Capítulo 9

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El cumpleaños de Miranda se estaba acercando y pensamos en ir al trabajo de Byron para celebrarlo.

Pero a Miranda no le apetecía celebrarlo, no se le veía con entusiasmo aunque igualmente le haríamos alguna sorpresa.

Compramos una tarta a medias, Valentina y yo.

Esperamos a Miranda dentro de su habitación y cuando ella entró, se asusto.

—¡Sorpresa!—gritamos ambas.—

Miranda se quedaba mirándonos fijamente y se reía dejando su maleta sobre su cama.

—Gracias colegas, pero no hacía falta.—

—Si que lo hacía y hoy saldremos de fiesta.—Dijo Valentina mientras alzaba su ceja.—

Miranda negaba lentamente, eso hacía que sus rizos se muevan y nos miraba.

—No me encuentro muy bien y tengo exámenes próximos.—

Decidimos dejar la tarta sobre su mesa de escritorio y comencé a cortar una porción de tarta mientras ellas
dos hablaba.

Comíamos tarta sentada en la cama de Miranda.

—A ti te encanta la fiesta, venga, veintitrés años no se cumplen todo los días.—Valentina insistía.—

—De verdad chicas, gracias, pero no me apetece.—

—Al menos podríamos ir a comer algún restaurante, nosotras pagaremos todo.—Dije.—

—Bueno.. Pero solo una cena, eh.—

Valentina y yo finalmente sonreímos.

********

Fuimos a cenar en un restaurante italiano, las chicas con la cuál nos juntamos, Valentina..

Hoy solo era noche de chicas.

Algunas ya estaban empezando a tomar una copa que otra en el restaurante, ya estaban tomando su propia fiesta, pero Miranda no le apetecía mucho.

Ella se levantaba del asiento despidiéndose de las demás chicas y decidí también levantarme.

Ambas salimos del restaurante.

—Te acompaño a la residencia.—Dije.—

—No, Erika, pásalo bien con las demás.—

—A mi es que tampoco me apetece irme de fiesta, dejame acompañarte.—

—Vale, está bien.—

Cogimos un taxi, durante todo el trayecto del taxi estábamos en silencio, creo que a Miranda le ocurría algo más.

Al llegar a la residencia, decidí acompañarla a su habitación y me invito a entrar.

Miranda se sentaba en su cama quitándose los tacones y yo decidí sentarme en su silla de escritorio.

Miranda se quedaba descalza y suspiraba.

—Está noche ha sido horrible.—Dijo.—

—¿Por qué Miranda? ¿No te gustó el restaurante?—

—Me ha gustado pero.. estoy haciendo una cosa horrible.—

—¿Que cosa?—

—Es que no puedo contarlo, por qué sino, se lo contarás a Valentina.—

—No, Miranda, yo no contaré nada, pero.. ¿que es?—

Miranda suspiro profundamente.

—El novio de Valentina y yo nos hemos acostado.—

La InsatisfechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora