Erika
Me encontraba cenando en casa junto a mis padres.
Mi padre era el único que hablaba sobre un partido de fútbol que habían echado por la tele.
Pero ni mi madre ni yo le oíamos, ambos nos miramos desafiantes por lo que ocurrió con Izan.
Tomaba mi vaso de agua dando un trago largo y dejaba el vaso sobre la mesa.
—Lo que no entiendo aún por que Izan se ha tenido que regresar a Estados Unidos.—dijo mi padre cambiando de tema radicalmente y le miramos.— Con lo bien me caía ese chico.—
—Se ha tenido que ir por asuntos de trabajo.—dije aclarando mi garganta, colocaba mejor mis lentes y miraba a mi madre.—
—¿Que trabajo?—preguntó mi madre con ironía.—
—Es fotógrafo mamá, ya lo dijo.—dije enfadada por su pregunta.—
—Que mala suerte por Izan, quería irme unos días con él de acampada, y conocerle más a fondo.—
—Ya lo haréis.—dije con una media sonrisa dirigía a mi padre y le mire.— ¿Sigues yendo de acampada?—
—Si, con los compañeros de trabajo, tu madre ya no le gusta.—
—Es muy cansino, y los mosquitos son molestos.—decía mi madre repentinamente.—
—Cansino es estar todo el día en casa como tu estas.—decía mi padre refiriéndose a mi madre.—
Mi madre rodaba sus ojos y decidió ignorarlo.
Mi plato estaba vacío, y lo retiraba.
—Esta noche me quedo a dormir en casa de Luna.—
—¿Te vas a ir? ¿Ahora?—dijo mi madre.—
—Si, ya había quedado.—decía mientras me retiraba de la silla y me ponía en pie.—
—Es un poco tarde, deberías quedarte aquí.—
—Ya, pero soy mayor de edad, asique me iré.—
—No me ofendas, Erika.—dijo mi madre mirándome enfadada y luego miró a mi padre.— Dile algo.—
—Es que tiene razón, es mayor de edad.—
—Tu defiendela.—
—¿Quieres dejar de estar siempre enfadada, mamá? Encima que vuelvo para estar con ustedes, y te pones así.—
—Estás todo el día a fuera, yo por aquí nunca te veo.—
Rodaba mis ojos negando, y decidí darle un beso a mi padre.
—Hasta mañana, papá.—
—Buenas noches, hija, ten cuidado y cuando llegues por favor llámanos.—
—No te preocupes que os llamaré.—
******
Había cogido el bus, teniendo demasiadas ganas de ver a Izan.Finalmente llegue a casa de Christian, y esperaba a que abriese.
Christian fue quien me abrió.
—Hey, está Izan esperándote.—
—Hola.—dije con amabilidad y le miré.— Si, vamos.—
Ambos entramos andando por el césped.
Izan se giraba estando en bañador y me sonrió ampliamente.
Fui hacia a él corriendo y ambos nos besamos con ganas.
—Uy, uy, uy.. ¿Podré dormir esta noche?—dijo Christian detrás nuestra riéndose.—
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La Insatisfecha
RomanceErika es una joven de 22 años. Está en su segundo año de carrera. Es una chica guapa, con sus virtudes y defectos. Su único problema es que nunca se ha sentido satisfecha en sus relaciones sexuales o casi nunca. Erika vive frustrada y a la vez vacía...