Capítulo 55

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Estuve esperando una hora a que alguien viniera a decirme lo que sea.

Se que Erika se iba a poner bien.

Había tantas cosas que hacer aún.

Me arrepiento de no hacerlas antes pero nunca es tarde.

Erika..

Había un doctor preguntando por los familiares de Erika y me acercaba yo sin pensarlo dos veces.

—Yo soy su novio.—dije rápidamente nervioso y ansioso a la vez.—

—¿No tiene más familiares?—

—Sus padres son de Inglaterra y están en Bristol.—

El doctor suspiro profundamente.

—Debería de informar primero a sus padres.—

—Doctor yo necesito saber como se encuentra Erika, por favor.—

El doctor se me quedaba mirando los ojos sin poder hablar, tenía una mirada de compasión.

—Erika ha fallecido.—dijo repentinamente.— Cuando llegó ya estaba muerta, llevaba una hora muerta.—

—No.. no puede ser verdad.—

—Las heridas que se hizo fue muy profunda y al estar en el agua se desangra más rápido, no duro mucho en morir y no le dolió, fue como un dulce sueño..—

Le interrumpía con un grito furioso.

—¿¡De verdad crees que diciéndome de la manera que ha muerto me consuela!?—

El doctor se quedaba callado mientras me miraba fijamente.

—Podría haberse salvado pero no ha podido ser.—

Comence a llorar nuevamente sin creer lo que estaba oyendo.

—Dime que no es real, por favor.—dije rogando totalmente desesperado mientras se me caían las lágrimas.—

—Lo siento mucho por la pérdida.—dijo aquel doctor intentando apoyarme y suspiro profundamente.—Debo de informar a su familia.—

Miré al doctor como se iba, dejé caer mis rodillas al suelo y me escondía mi rostro con mis manos.

Esto era una pesadilla.

1 semana más tarde

Me encontraba instalado en la casa de John.

El funeral se había celebrado hace un par de días y ni si quiera tuve el valor de ir.

No quería verla en una caja metida, no quería recordarla de esa manera aunque tenía ese recuerdo metido en mi cabeza cuando me la encontré en la bañera

Fue devastador, fue terrorífico.

Mi rutina era sencilla.

Me quedaba metido en la habitación todo el día sin querer salir.

Día y noche.

Noche y día, me la pegaba llorando sin consuelo ninguno.

Sobre todo por las noches era cuando tomaba mi cámara, donde tenía  almacenado sus fotografías y sus videos.

No podía parar de llorar desconsoladamente.

Me hubiera gustado verla una vez más estando Erika viva.

Jamás podré oír de nuevo su voz.

No podré abrazarla ni sentir sus besos.

¿Que hay de su perfecta coleta junto a sus lentes?

La InsatisfechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora