Capítulo 17

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Habíamos llegado a Italia.

A Roma.

Era precioso.

Cada día íbamos a un sitio diferente para visitar.

Las calles estaban llenas de gente, todo era turismo, la gente era de cada país diferente.

Alemanes, ingleses, suecos, españoles..

Era un poco agobiante pero me gustaba por que estaba en compañía de Izan.

Estaríamos un mes juntos allí, disfrutando de la calor.

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Me estaba dando una ducha junto a Izan.

Me tenía rodeada por la cintura y besaba mi cuello.

Mientras tanto, yo estaba enjabonando mi cuerpo y me reía.

Decidí darme la vuelta, dándole un beso en sus labios y puso su mano sobre mi nuca.

—Déjame que te haga el amor un poco.—dijo en mis labios mientras me besaba.—

—Vamos a llegar tarde.—dije mientras me reía divertidamente.—

Izan retiraba sus labios de los míos fingiendo estar enfadado.

Me quede mirándole por unos segundos y negué saliendo de la ducha.

<< ... >>

Salíamos a cenar espaguetis con tomate y queso junto un vino dulce típico de Italia.

Izan no paraba de sonreírme mientras cenabamos.

Nunca le había visto tan contento que ahora.

Luego fuimos a dar una vuelta por el centro de Roma.

Por unos momentos.

Izan me rodeo de la cintura y andábamos paso por paso.

—Vamos a tropezar.—dije girando un poco mi rostro para mirarle.—

—No quiero que te pierdas entre la gente.—

—Ahora hay menos que por el día.—

Izan se reía sin soltarme, se nos acerco un hombre con bastantes flores rosas y empezó hablar en italiano.

No entendía lo que estaba diciendo, Izan me soltó de la cintura y se acerco aquel hombre.

Parecía que él sí entendía lo que el hombre decía.

A los segundos, Izan tomó un rosa y le pagó.

Se giraba dándome la rosa, la cogía con delicadeza y sonreí con ilusión.

—¿Y esto?—

—Una flor para otro flor.—

Me sonrojé por lo dicho, me acerque más a él dándole un beso en sus labios y me siguió el beso.

Me apartaba de sus labios lentamente.

—¿También sabes hablar el italiano?—

—Mejor que el francés.—

—Tendras qué enseñarme.—

—Te enseño lo que quieras.—

Volvíamos al apartamento que estábamos instalados.

Me encontraba en ropa interior mirando la rosa que me había regalado Izan.

Él entraba en la habitación abriendo una botella de alcohol y apoyaba una rodilla en la cama.

La InsatisfechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora