Capítulo 02

6.4K 287 43
                                    

El viernes amaneció bajo mucha lluvia y, como me había acostado casi de madrugada, a las siete de la mañana me costó un esfuerzo sobrehumano llegar a la ducha. Me di una ducha rápida, ya que se me hacía tarde para llevar a Liza al aeropuerto.

Cuando aparqué en su plaza, ella ya estaba mirando el reloj con cara de pocos amigos.

- ¡Llegas demasiado tarde, Lauren!

- ¡Lo siento, Liza! Terminé los informes muy tarde y... - traté de argumentar, pero me interrumpió la voz impaciente de Liza.

- Tú y tu trabajo. ¡Siempre el trabajo! - se metió en el coche. - Ahora tendrás que volar al aeropuerto...

Me senté al volante y me incliné hacia ella, depositando un beso en su hermoso rostro.

- ¡Buenos días para ti también, mi amor! - dije con voz suave.

Liza sonrió ligeramente, con la boca pintada de rojo.

El tráfico, para variar, incluso con la lluvia, estaba horrible. Pero llegamos al aeropuerto a tiempo de registrarse.

Caminé con mi carrito de equipaje hacia el mostrador de embarque de primera clase de la American Airlines, mientras Liza se adelantaba con pasos rápidos.

- Por favor, Lauren. Envíame esos papeles lo antes posible, ¿de acuerdo? - me pidió Liza, mientras me detenía con el carrito a su lado.

- Dennis prometió entregarlos el próximo martes. En cuanto los tenga a mano, los enviaré por fax...

- Prefiero que me los envíes por correo, cariño. - me interrumpió, profesional. - Quiero que la junta tenga esos números a mano lo antes posible. Con suerte, ya tendrán una decisión para cuando llegue.

- Eso sería genial. - respondí simplemente.

Miré a mi alrededor... No sé por qué, pero esa mañana me sentía un poco rara.

Liza y yo habíamos estado saliendo durante casi un año. Sin embargo, allí no había amor. Era una mezcla de buen sexo, amistad y buena dosis de intereses comerciales. Hasta aquel momento, eso estaba siendo más que suficiente para ambas partes. Hasta el momento...

Miré el hermoso rostro de Liza. ¡Sí! Liza era una mujer muy hermosa. Alta, delgada, elegante, encantadora... Empresaria de éxito, Liza llamaba la atención por donde pasaba y, consciente de ello, aprovechaba su influencia para ayudar a muchísimos ONG y organizaciones benéficas. Tal vez este fuera el lado que más me gustaba en ella.

Sin embargo, esa mañana, allí, de pie a su lado, sintiendo su rico y delicioso perfume, quería más. Mi pecho se sentía vacío... Sin emoción, sin dolor, sin nada.

- ¡¿Liza!? - la llamé en voz baja.

Ella me miró y sonrió. Su sonrisa era hermosa y... distante! ¡¿Qué raro?!

- ¡Dilo, cariño! - respondió.

- Disfruta del viaje. - me sorprendí diciendo lo contrario de lo que sentía. - Sé que es un viaje de negocios, pero tómate un tiempo para descansar.

Ella suspiró y, se me acercó.

- Estaré en Venecia, ¿recuerdas? - me apartó el pelo rebelde, que me cubrían los ojos. Luego me dio una cálida caricia. - Bien, no hay razón para que esperes hasta que me suba al avión, amor. Estaré en la sala de embarque en cuanto me registre. - Se inclinó y me besó la mejilla.

- ¡Cuídate, Liza! - le devolví el beso.

Ella me tomó las manos y sugirió:

- Tómate una semana de vacaciones, Laur. Has estado trabajando demasiado.

Un secreto entre nosotras | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora