Muchos árboles se alineaban en las carreteras que llevaban a Nueva Inglaterra. Y mientras apreciaba este hermoso paisaje, Lauren tomaba las carreteras interiores hacia Connecticut, pasando por pequeños pueblos coloniales con casas en estilo victoriano.
Nos detuvimos sólo una hora, para comer algo, y luego seguimos con el viaje. No hablamos mucho, lo cual era bueno, ya que mi mente estaba muy confundida.
¿Estaba haciendo lo correcto al viajar a un campo enemigo? Aunque, al lado de Lauren, me sentía completamente segura...
- ¡Aquí estamos! - dijo, llamando mi atención mientras aparcaba frente a una enorme casa colonial.
Jacob Edward Morgado, el padre de Clara Sant'Germani, estaba en el jardín, podando los rosales. Cuando vio que Lauren salía del coche y se dirigía hacia él, se quitó los guantes de jardinería, los tiró en el suelo y abrió los brazos y la sonrisa para recibirla. Desde el coche, observando la escena, sentía - con una pizca de envidia - el amor y el respeto que unían abuelo y nieta.
Intercambiaron más abrazos y algunas palabras antes de que Lauren se acercara al coche. Al abrir la puerta, me ofreció su mano.
- Ven, Cami.
Sus ojos verdes reflejaban protección, cuidado. Estaba temblando y me sudaban las manos. No era el viejo hombre que me asustaba, sino lo que descubriría a partir de entonces.
- Ven, Cami. Confía en mí. - insistió. - ¡Estaré a tu lado todo el tiempo!
Le tomé la mano y me llevó hasta el viejo señor.
- Jacob Edward... - me presentó a su abuelo y luego me presentó a su abuelo. - ¡Camila Cabello!
Ahora podía ver de quién Lauren había heredado esos ojos verdes, tan hermosos, tan límpidos, tan seductores...
Jacob Edward era un caballero que, a pesar de su edad, seguía siendo encantador. Por no hablar de la simpatía y la amabilidad que se mostraba de forma clara y objetiva en que me miró cuando me tendió la mano.
- Eres incluso más hermosa que tu madre. - me dijo con una voz fuerte y agradablemente baja.
- Gracias. - murmuré avergonzada, aceptando su mano. Y, a falta de algo mejor que decir, añadí: - Tus flores son preciosas.
Miró a su alrededor, con evidente orgullo.
- Me mantienen ocupado.
- Lo siento... - me aclaré la garganta. - Pero no sé cómo llamarte.
- Me gustaría que me llamaras de tuyo... - habló sin cualquier ceremonia y mucho humor. - Pero... - miró a su nieta con ternura. - No creo que a mi nieta le guste mucho. - volvió a sonreír. - Puedes llamarme Jacob. ¿Ya comieron?
- Sí, abuelo. - Lauren respondió.
Me estudió un poco más antes de volverse a su nieta y sugerirle:
- ¿Por qué no la llevas adentro para que vea las pinturas?
Lauren asintió con la cabeza.
- Mientras tanto, le pediré a Debbie que nos prepare un café.
Lauren me condujo a la casa y en el interior me enseñó el salón, donde dos enormes cuadros cubrían la pared. Me paré en la puerta y pedí.
- ¿Te importa si los veo a solas?
Los atentos ojos de Lauren, fijos en los míos, parecían interrogarme. Pero ella aceptó con un sutil movimiento de cabeza y dijo:
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Un secreto entre nosotras | Camren
FanfictionLauren era perfecta para ella... Sólo que Camila aún no lo sabía. ***** Atención: Esta historia no me pertenece sólo la estoy adaptando. Autora de la obra: Chris Vallen