Comprobé una vez más el libro de cocina para ver si tenía los ingredientes necesarios para la receta francesa que estaba preparando. El "jarrete de cordero de siete horas" era el plato favorito de Lauren y quería que saliera perfecto.
Con el ajetreo de los días, había logrado evitar hablar de Alejandro y Sinuhe durante toda la semana. Sin embargo, era viernes y todo el fin de semana se extendía por delante, ofreciéndonos más tiempo juntas... Era el momento de compartir mis últimos descubrimientos con ella, y con esa cena especial, la noche comenzaría de forma placentera para ambas.
Puse el jarrete a sazonar y separé las hierbas para la salsa, acompañando la suave y envolvente música de Norah Jones que llegaba a la cocina, cuando sonó el timbre. No era Lauren. Porque, aparte de haber viajado a Boston por la mañana y haberme llamado a media tarde diciendo que se retrasaría, jamás tocaría el timbre de su propio apartamento. ¿Un desconocido?, pensé, descartando inmediatamente la posibilidad. Harry habría llamado...
Temerosa, me acerqué a la puerta y miré a través de la mirilla. ¿Clara Sant'Germani?
¿Qué quería esa mujer allí? Pensé en ignorar el molesto sonido del timbre, pero me armé de valor y abrí la puerta.
- Lauren no está aquí. - dije inmediatamente.
Sin ninguna delicadeza, Clara entró. La seguí hasta el salón.
- ¿Te gustaría sentarte y esperarla?
Ella se dio la vuelta y dijo con la mayor frialdad posible.
- No necesito tu permiso para entrar en la casa de mi hija.
Contando hasta diez, cerré los ojos y respiré profundamente.
- Está bien.
Lenta y astutamente, noté que su mirada recorría toda la habitación hasta volver a mí.
- Veo que ya te mudaste a la comodidad y a lo que te puede proporcionar. - habló con su habitual arrogancia, mirando mis elegantes ropas, los zapatos de tacones, dejados cuidadosamente a los pies del sillón y el bolso rojo de Gucci sobre él, hasta que posó su fría mirada verde en el anillo que había ganado de Lauren.
- Tengo mi propio apartamento. - repliqué a la defensiva, escondiendo la mano detrás de mi cuerpo.
- A la que no tienes intención de volver, ¿verdad? Y por supuesto, se lo prestó convenientemente al hermano de Lauren.
Estaba empezando a creer que Clara sabía que Lauren no estaría en casa. La mujer estaba lista para la guerra y no quería testigos. Con elegancia, se dirigió a la barra y se sirvió una copa.
No me quedaré haciendo compañía a esa vieja insoportable. Si está buscando una pelea, que lo haga con sus fantasmas.
- Si me disculpas... - intenté dar un tono neutro a mi voz, con el firme propósito de hacerla creer que, después de todo, no me importaba lo que pensaba. - Estoy preparando la cena en la cocina...
Clara me interrumpió con una especie de risa irónica, mientras tomaba todo el contenido de su vaso de un solo trago. Me encogí de hombros y pasé por ella dirigiéndome a la cocina.
Ella me siguió.
- Si crees que esta comidita casera impresionará a mi hija, estás muy equivocada. Ambas sabemos que sólo hay una razón para que te deje quedarte aquí.
Su voz sonaba metálica a mis espaldas.
- Sí. ... conveniente para mi trabajo.
- ¿Trabajo? ... ¿así le llamas a esta poca vergüenza en la que viven? - una vez más, su risa fue irónica y perversa, haciéndome temblar. - ¡Lauren permite que te quedes aquí para mantenerte con la boca cerrada, niña, es eso!
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Un secreto entre nosotras | Camren
FanfictionLauren era perfecta para ella... Sólo que Camila aún no lo sabía. ***** Atención: Esta historia no me pertenece sólo la estoy adaptando. Autora de la obra: Chris Vallen