Eran más de las ocho de la noche cuando estiré la espalda frente al ordenador. Me ardían los ojos, cansados de mirar la pantalla. Me quité los anteojos, los deposité sobre la mesa, suspiré y miré a Camila que, dormida en el sofá con un libro abierto sobre su barriga, ¡era una visión hermosa y reconfortante!
Sonreí, me levanté en silencio y me acerqué a ella, agachándome a su lado. La respiración de Camila era suave y constante y, así de relajada, conseguía ser aún más bella. Un impulso de despertarla con un beso invadió mis pensamientos al aterrizar mis ojos en sus labios rosados.
Dios, ¿Qué labios eran esos? El impulso se convirtió en una necesidad urgente de tocarlos y deleitarme con su sabor. Mi respiración se volvió agitada mientras ella se movía inconscientemente de forma lenta y sensual, despertando aún más mí ya excitada imaginación y...
¡No! Sacudí la cabeza. No podía, por tantas razones, por Liza al menos, a la que le debía un poco de fidelidad. Al menos por el momento...
Respirando profundamente, me levanté y me alejé de allí. No era mi intención quererla de esa manera, incluso porque, además de la conversación que había tenido con Ray, Camila me estaba confundiendo. Pero tenía que enfrentarme al hecho de que, desde que la vi por primera vez, todo había cambiado... ¡Todo! Y, para seguir siendo la persona honesta que siempre me había propuesto ser, necesitaba hablar con Liza. Aunque no pasara nada entre Camila y yo.
No sabía cómo decirle a Camila que Liza existía en mi vida. La miré de nuevo, encantada. Completamente, ¡encantada! Cuando pensé en volver a acercarme a ella, la luz de mi celular, que estaba sobre la mesa, junto al ordenador, empezó a parpadear. Lo agarré y miré su pantalla: ¡Liza!
Salí rápidamente de la oficina y me dirigí al balcón.
- ¡Hola!
- ¿Laur? ¡Te extrañé, amor!
Apreté el teléfono y no pude decir nada.
- ¿Lauren? ¿Estás ahí?
- Sí... Sí...
- Tu voz suena raro. ¿Está todo bien?
- Es... – estaba temblando. – Estoy bien...
- ¿Estás sola? – la voz de Liza parecía venir de tan lejos...
La inquietante imagen de Camila durmiendo en el sofá de mi despacho apareció en mi mente.
- Estoy. – mentí, haciendo una breve pausa para recuperar el aliento. – Acabé de rehacer un informe y...
- Necesitas unas vacaciones, cariño. Trabajas demasiado. No me extraña que estés tan agotada.
- ..., podría ser... - solté lentamente el aire de mis pulmones. - ¿Y tú, Liza? ¿Estás disfrutando Roma?
- Bueno, en realidad, este fue más bien un viaje de negocios. Un antiguo socio comercial del abuelo está pensando en donar algo de dinero a la Fundación y, me ha invitado a conocer su nueva Villa y su nueva esposa...
Hace dos semanas, habría tenido argumentos para continuar esta conversación con naturalidad, sin tener que pensar tanto. Sin embargo...
- ¿Pasa algo, Lauren? – escuché su voz enojada, desde el otro lado del océano, tras un incómodo silencio.
- No, todo está bien, Liz. Creo que me voy a resfriar...
¡Listo! Otra mentira.
- Deberías irte a la cama más temprano esta noche. Una buena noche de sueño hace milagros. –sugirió con voz apagada. Debe ser la señal.
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Un secreto entre nosotras | Camren
FanfictionLauren era perfecta para ella... Sólo que Camila aún no lo sabía. ***** Atención: Esta historia no me pertenece sólo la estoy adaptando. Autora de la obra: Chris Vallen