Último Capítulo. - Part. 2

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Camila se giró lentamente en el agua para mirarme. En sus ojos pude notar un tono aterciopelado, lleno de deseo, pasión y... ¿Sería miedo? Aturdida, no podía descifrar lo que era. Sólo supe que la forma en que me sonrió, un poco insegura, sacudió aún más mis estructuras.

- Estoy tratando de probar un punto. – dijo en voz baja, un poco para sí misma.

Demasiado inquieta, lo que no era normal en mi personalidad, descrucé los brazos para meter las manos en los bolsillos del pantalón.

- ¿Cómo? – pregunté, notando que su mirada se posaba en mis pechos semidesnudos y su respiración se entrecortaba por un momento a causa de ello.

Era bueno saber que no era la única que estaba inquieta allí.

Ella se aclaró la garganta, apartó la mirada y luego se encontró con la mía.

- Me has demostrado varias veces desde que nos conocimos, que a veces los actos hablan más que las palabras. Como tuve problemas para expresarme en la sala, pensé en usar tu táctica para llamar tu atención.

- ¡Bueno, lo hiciste! – afirmé, masajeando mi nuca, tensa al ver los hermosos contornos de sus pechos en la espuma. - Pensé que te habías ido...

- Pero no lo hice. – replicó, vulnerable. - No pude. Y no me iré hasta que hablemos.

Recordando el dolor insoportable que había sentido minutos antes, cuando pensé que se había ido, decidí que esta vez no me echaría atrás. No después de que ella haya encontrado el valor para quedarse.

Sería tan fácil entrar en esa bañera, perderme en su calor, hacer el amor con ella... Pero eso no resolvería el problema básico entre nosotras. Camila necesitaba tomar una posición de una vez por todas. Y eso era sólo el principio. Ella ya se había arriesgado a un posible rechazo, y para alguien que había construido barreras impenetrables alrededor de sus emociones, eso era un gran progreso.

- De acuerdo. – acepté, sentándome en el borde del mármol blanco de la bañera. - Ya sabes exactamente lo que siento y lo que quiero de ti. Es tu turno.

- ¡Te quiero a ti! – dijo con confianza.

- ¿Por qué? – pregunté, desconfiada. – ¿Por qué me quieres?

- ¡Porque te amo!

- No hay amor sin confianza. - ahora me tocó a mí responder. Y me odié por ello. Pero fue más fuerte.

- Merezco escuchar eso de ti, Lauren. – admitió, bajando la mirada por un segundo. - Pero, créeme, confío demasiado en ti. Y eso es lo que me asusta.

- ¿De qué exactamente tienes miedo, Camila? – sabía a lo que temía, pero tenía que saber si ella podía resolverlo en su interior.

- Tengo miedo de confiar mi felicidad a una persona, otra vez. Miedo de entregarme a la intensidad de lo que siento por ti y acabar sola. – agitó la superficie del agua, formando tentadoras olas. – Fue difícil para mí, pero me di cuenta de que la impresión que tu madre intentaba darme sobre ti, sólo era una forma de aumentar nuestra distancia emocional. Pero por mucho que quisiera creerla para alejarme, sólo podía recordar lo amable, cariñosa y justa que eres y que nunca harías daño a nadie deliberadamente por tu dinero.

Sus palabras, a la vez que tenían el poder de alegrarme, de satisfacerme, me dejado avergonzada por la actitud disimulada de Clara.

Y continuó.

- Tampoco es fácil no creer en lo que me dijo, pero estoy dispuesta a dejar atrás este dolor, porque no puedo soportar la idea de seguir viviendo sin ti.

El sentimiento de alegría y alivio que amenazaba con invadirme eran tan fuerte que me costó un esfuerzo sobrehumano para no romperme a llorar de felicidad y de amor...

Había algo que necesitaba saber sobre mi trabajo, y lo sabría en otro momento, pero ahora necesitaba conocer su disposición a aceptar sin cuestionar. Eso por qué...

- ¿Y mi trabajo? ¿Estás dispuesta a aceptar las largas horas de dedicación, las noches que llegaré tarde y el equilibrio entre mi trabajo y nuestra relación?

- Me muero de ganas de intentarlo. – respondió con una maravillosa sonrisa. - Saber que me amas marca la diferencia, Laur, porque estoy segura de que no lo tomas a la ligera.

- No, no lo hago. – afirmé, dejando que la sensación de bienestar me invadiera por completo.

Un secreto entre nosotras | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora