Protegerte °Jenlisa & Chaesoo°

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Lisa estaba sentada en el sofá de su gran oficina, con su tableta en mano, leía libros por internet, acababa de empezar uno llamado "Jamás me había sentido así" que la atrapo de inmediato, leía sobre unas chicas que se conocieron en una fiesta y de inmediato tuvieron química entre ellas – Ojala todo fuera tan fácil – murmuro mientras leía. El nuevo pasatiempo de Lisa surgió después de tener la necesidad de tener su mente ocupada, demasiado tiempo de ocio lo le hacía bien.

Las últimas dos semanas han sido las más aburridas de su vida, sí que lo tiene todo en aquella gran sala, Jennie se encargo de que sus nuevas empleadas tuvieran todo lo necesario para trabajar cómodamente, pero... hay algo a lo que Lisa no le termina de encajar de todo esto, maldijo el momento en el que empezó a pensar con más profundidad todo lo que le había pasado el último mes, desde que conoció a la empresaria hasta el día de hoy.

Agotada apago la pantalla de su tableta y se acostó, mientras miraba el techo pensaba y pensaba, no podía ni siquiera leer con tranquilidad porque su mente se encontraba en otro lugar, o mejor dicho, en otra persona. 3 preguntas daban vueltas sin parar por la mente de la Tailandesa, impidiéndole concentrarse en cualquier otra cosa.

Tantas dudas aparecían y no tenia para responder ninguna, ¿Por qué Jennie la contrato a ella específicamente? Esa era la primera. El hecho de que la empresaria insistiera tanto y haya sido incluso capaz de contratar a su amiga solo para que ella trabajara en su empresa le parecía muy extraño, llevándola a la segunda pregunta.

¿Por qué tantos lujos? De por si la paga era una suma exuberante de dinero, extremadamente grande si hablamos de un simple guarda espaldas, ni hablar de lo que le pagaban a Rosé, ¿desde cuándo un guarda espaldas necesita una secretaria? Y ni hablar de la "oficina" que mas bien parecía una sala de recreación, según Lisa lo único que faltaba en aquella grande sala era una cama y hace un par de días descubrió que el sofá se puede convertir en una. Simplemente es inexplicable todo aquello que se le ha sido otorgado.

Y eso nos lleva a la tercera y última pregunta, pero no por eso menos importante, en realidad era la que más le llamaba la atención, ¿Por qué Jennie las llevo a un viaje a Paris? La empresaria había dicho que era por negocios, al ser su guarda espaldas personal era su deber acompañarla, pero, ¿Por qué llevar a Rosé y a Jisoo también? En su estadía aquella semana en Paris descubrió varias cosas interesantes que como cosa rara aumentaba su curiosidad.

Como el hecho de que en realidad no era un viaje de negocios, debía ser un viaje de pareja, nada más ella con su novio. Al imaginárselos solos en aquel lugar le revolvía el estomago, no se podía imaginar a Jennie con alguien y menos con ese idiota, volviendo al tema del viaje, parecía más unas vacaciones que un viaje de negocios, he incluso, la reunión del ultimo día fue pura casualidad por que según Rosé, Jennie no tenía nada agentado para esa semana más que descansar.

- No te entiendo Jennie Kim – Hablo con cansancio, se sentó nuevamente en el sofá, viendo como la pantalla de su tableta se ilumino mostrando la entrada de un correo, sin ganas de leerlo, apago la pantalla nuevamente y se levanto en busca de algo de comer – Al menos hay buena comida – volvió a susurrar mientras metía un poco de fideos instantáneos al microondas, así es, tienen un microondas. ¿Qué no tienen en aquel lujoso lugar?

El microondas no había terminado de cocinar aquellos fideos cuando la puerta de la oficina, la que da hacia el pasillo, se abrió, dejando ver a su amiga, un tanto extraña.

- Rosie, al fin llegas – Hablo sonriendo, abrió aquel contenedor y con un par de palillos empezó a comer - ¿Quieres un poco? – Al ver que su amiga no terminaba de entrar a la oficina y su rostro estaba un poco pálido se preocupo - ¿Está todo bien?