Capítulo 17: Mil sensaciones

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Aviso!!! Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas. (lo advierte también la historia en sí, pero yo aviso de todos modos :P )

El sol estaba cayendo señalando que el día terminaba. Otro día en mi nueva vida lejos del lugar donde había nacido. Dentro de dos días habría pasado una semana desde que salí elegida para ser devorada por el dragón. Que irónico era pensar que, en realidad, el dragón en cuestión… era yo.

            Suspiré mientras empezaban a aparecerme las alas negras como el carbón a mi espalda. El agua caliente relajaba mis músculos y limpiaba mi piel de posibles restos de tierra, sangre y comida. No supe cuanta porquería había acumulado hasta que lavé mi pelo con el agua caliente y empezó a salir un color marrón de él. Mi cabello era mucho más brillante y dorado ahora que estaba limpio, y mi piel era más suave y menos bronceada… Aunque claro, al parecer no era bronceado lo que llevaba encima…

            Observé curiosa la cola de dragón que sobresalía del agua y se movía a voluntad. Era increíble, suave como la piel de una serpiente. Mi tez era completamente negra cuando me transformaba en dragón, lo que me hizo cuestionarme cómo se verían mis ojos. ¿Cambiarían de color? Los de Jordi eran ámbar cuando era humano, pero se volvían de un amarillo brillante cuando era dragón.

            Jordi. Él me había estado protegiendo todo este tiempo… Ahora entendía por qué había tenido la sensación de haberlo tenido siempre a mi lado. Esa extraña conexión. Aunque nunca lo había visto, habíamos creado un vínculo.

            ― Nunca creí que pudieras ser incluso más hermosa con tu aspecto de dragón.

            La voz a mis espaldas me sobresalto. Di un pequeño respingo mientras mis alas cubrían mi cuerpo tapando mi desnudez y lo miré por encima del hombro con la mejor expresión de reproche que pude poner.

            ― ¡Me has prometido que no mirarías!

            Jordi chasqueó la lengua y se cruzó de brazos con una expresión casual.

            ― Esa promesa cayó en saco roto desde el mismo instante en el que dijiste que ibas a bañarte… desnuda… ―comentó terminando la frase con una sonrisa pícara.

            Mis mejillas no podían estar más rojas. Debería haber supuesto que no iba a cumplir con esa promesa en concreto. Sobre todo porque de ser al revés yo no lo habría hecho. ¿Se puede saber en qué narices estás pensando?  ―me recriminó mi consciencia―. No lo sabía. Pero esos pensamientos nuevos empezaban a asustarme.  

            ― ¿Ahora te es más sencillo transformarte? ―me preguntó al ver que no contestaba y mantenía la mirada fija en el agua.

            Mis alas se abrieron relajadas. Me introduje un poco más en la caliente agua y dejé que mi cabello se sumergiera.

            ― Sí… Es porque me siento más fuerte. Más…

            ― ¿Saciada? ―Aunque sus palabras no pretendían ser interpretadas de ningún otro modo, al menos esa vez, no pude evitar pensar en ello―. ¿Sabes porque no pude transformarme en dragón en la cueva?

            La pregunta logró despistarme y llamar mucho mi atención. Me volví parcialmente.

            ― ¿Te refieres… a cuando yo… te ataqué? ― Él frunció el ceño y negó con la cabeza.

La leyenda de San Jordi, el Dragón y la Princesa... ¿O era al revés?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora