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Los segundos sin respuesta se tornan eternos para el rubio, hasta que siente el peso de Christopher cargarse en su cuello y comienza a sentir como se moja su cuello debido a las lagrimas que suelta el mayor.

— Por supuesto que quiero, mi amor— susurra con la voz entrecortada por la emoción y las lágrimas.

El rubio lo abraza con más fuerza y siente sus ojos picar porque también quiere llorar.

Es uno de los días más felices de su vida.

Se separa un poco y lo besa sin verificar si alguien está viendo, porque ya tenía todo planeado y puede tomarse esa libertad.

—Fue tan lindo esto, Zab, gracias— dice el castaño sobre su boca y se separa un poco solo para voltear de frente hacia la torre Eiffel.

—Tú te mereces todo, bebé, y cualquier esfuerzo que yo haga valdrá completamente la pena si a cambio puedo verte sonreír— dice el rubio acariciando su cintura y puede ver como el castaño se sonroja —Eres tan adorable, mi amor—

—Cállate— responde sonriendo y se acerca para darle un corto beso.

—Me gustaría esta así contigo, por siempre... pero si Renato se entera me va a partir el cuello en dos— dice y cierra los ojos cuando el castaño se suelta de su agarra porque ya sabe lo que va a decir.

—Zabdiel De Jesús eres un...— comienza pero se interrumpe y respira fuerte antes de volver a hablar — Vámonos antes que nos regañen—

—¿No estás...

—Lo estoy— afirma interrumpiéndolo —Pero ya habrá tiempo para regañarte en el hotel, prefiero hacerlo yo a qué Renato nos regañe a ambos, vamos—

El rubio asiente sin decir nada y sube a la camioneta después de Christopher, quien, a pesar de estar enojado, toma su mano entrelazándola cuando comienza a conducir.

Llegan rápidamente y maldice cuando ve a su managger en la puerta trasera esperándolos.

Bajan y se acercan al mismo tiempo en que llega Richard y se posa frente a ellos.

—Antes que les digas algo, olvide que tenia que avisarte que salieron a comprar una medicina que le pedí a Zabdiel— el moreno defiende y Renato solo suspira para después asentir.

—Bien, pero que no se repita— dice y les indica con la mano que entren ya al hotel.

Los tres chicos toman el elevador y una vez adentro, Zabdiel abraza a Richard.

—Muchas gracias Rich—

— Estaré feliz de haberlo hecho si me dices que por fin son novios—

Ambos ríen y Zabdiel vuelve al lado de Vélez para volver a tomar su manos.

— Bueno, eso me lo confirma— el moreno ríe y los otros dos chicos lo imitan —Me alegro por ustedes, son muy lindos juntos—

Ambos sonríen y se acercan a Richard para abrazarlo.

—Eres el mejor Richie— Chris dice y Camacho sonríe orgulloso.

—Ya sé — Responde y ambos ríen a su lado.

Terminan el abrazo y Zabdiel jala a Christopher junto con él abrazándolo mientras deja un pequeño beso en su cabeza, apretándolo entre sus brazos.

Alma cálida || Chrisdiel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora