Advertencia: En lo personal no me gusta pornerlas antes de empezar el capítulo porque me dan la sensación de cortar todo, pero creo que ésta es necesaria: por favor, leer el capítulo hasta el final. Hay una escena que puede ser malinterpretada, en especial para aquellos que están en la comunidad BDSM y practican el Dom/sum. No está mal intencionada, ni tiene el afán de molestarlos u ofenderlos. Sólo quiero aclararlo para que no hayan mal entendidos. Ahora sí, gracias por leer. Sus comentarios, sugerencias y votos serán bienvenidos. Espero que disfruten la lectura.
Saludos, Lady Necrópolis.
Los primeros días fueron tortuosos para Benjamín. La rutina de ir y volver del trabajo con él había vuelto, junto a la ansiedad de tenerlo tan cerca y tan lejos en el mismo edificio, además de las ganas crecientes de presumirlo, de querer besarlo sin importarle absolutamente nada, y quizá de un tocamiento indecoroso en el ascensor con gente presente. A su vez, se moría por dentro al saber que estaba un piso más arriba, robándose la mirada y atención de todos. Por que claro, ¿quién no se fijaría en un tipo como él? Alto, de larga cabellera rubia, con un cuerpo trabajado, mostrando sus músculos a través de prendas ceñidas y unos ojos verdes capaces de llevarte al mismísimo paraíso. Los celos lo invadieron al recordarle que estaría en una oficina rodeado de mujeres. Para colmo, mujeres más hermosas que Afrodita. Las ganas de estampar su puño contra el monitor fueron demasiadas. Tenía que controlarse, no podía mostrarse así. En especial cuando había sido ordenado en tener una imagen ingenua en frente a todos. ¿Cómo lo haría, si era todo lo contrario? Pensó en hablar entre tartamudeos, avergonzado, pero era ridículo. Quizá se refería a ocultar de manera bastante sutil los estragos que generaba en su cuerpo. Claro, eso tenía que ser. Pero... ¿cómo lo haría? Era por poco imposible, si no aguantaba las ganas apenas lo veía, menos sabiendo que está ahí, a tan solo un piso de distancia, emanando sensualidad y lujuria por los poros. Nunca se sintió tan avergonzado de descubrirse celoso. No podía reclamarle nada, todavía estaban saliendo, no era nada oficial. Y si pudiera, querdaría como un controlador. Delineó sus encías, fijando la vista en el monitor, fingiendo estar concentrado en lo mostrado, cuando en realidad se rompía por dentro.
Dante sacaba provecho de ésto, tomándole las manos desprevenidamente, colocándose detrás de él en el ascensor respirando en su nuca, de vez en cuando teniendo la osadía de lamer cerca de su oreja. Le resultaba en cierto punto tierno verlo enojado cuando se cruzaban y él conversaba con un chico. Calmaba su malestar encerrándolo en un cubículo en el baño, besándolo hasta quedar sin aire, para luego salir y dejarlo ahí, con ansias de más. ¿Cómo era posible que con tan sólo un beso lo llevara a las nubes pero no lo dejase bajar a beber de la fuente de los pecados? Por que eso era, una maldita caja de Pandora, llena de secretos y pecados tan sutiles como extremos. Le hacía sentir la necesidad de ser poseído en todos lados, en sentirlo dentro de sí, gruñendo en su espalda, con sus manos siendo marcadas en su trasero. No veía la hora de volver a esa habitación, de enredarse contra su cuerpo y ser llevado a un magnífico paraíso. Pero hasta ahora no pasaba de unos cuantos besos sugerentes, de toques maliciosos, de dejarlo a medias. El odio iba en aumento, pero todo se iba por la borda al verlo con el torso desnudo. Habían pasado un poco más de medio año, y seguía generándole tantas emociones al mismo tiempo que cuando lo conoció.
El mayor lo esperó en la puerta de su oficina, esperándolo para regresar a casa. Benjamín se acercó a él, sin saber qué podría ocurrir luego. No podía leer su lenguaje corporal, ni sus expresiones. Se mantenía tan neutro hasta ponerlo nervioso. Se detuvieron en el garage de su casa. El otro lo miró confuso. Una vez dentro, lo llevó hasta la sala.
- Reserva el Sábado 20 de Mayo. No harás planes esa noche.
- Faltan como tres semanas, Dante. ¿Por qué tanta anticipación?
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Entre Cadenas
Romance- La respuesta correcta es "Sí, señor" Cadenas. Fustas. Placer. Desobedencia. Dominación. Tenían todo eso en común, aunque no lo supiesen, aunque lo negasen. NOTA: historia 100% de mi autoría. Si quieres adaptarla, por favor contáctame antes. Esper...