—¡Hola! —Me sobresalto al sentir el cálido aliento de Elijah en mi oído—. ¿En serio no me has sentido?
Me vuelvo hacia él, casi chocándome contra sus labios. Lo empujo y no me pierdo su sonrisa de idiota. No puedo creer que no lo haya sentido acercarse a mí.
—No, estaba muy concentrada en mis pensamientos.
—Eso supuse, has estado distraída y ausente todo el día.
Suspiro y suelto el arma de entrenamiento. Seco mi frente con un paño y me dejo caer sobre la lona, tomando un poco de agua.
—Elijah, hoy no estoy de humor, de verdad.
—Eso también lo sé, es por eso que necesito que vengas conmigo.
—¿Ir contigo? —gruño, levantando mi mirada a la suya—. ¿A dónde?
Se encoje de hombros y vuelve a sonreír. —Es un secreto.
Frunzo el ceño y niego. —Elijah, no estoy de ánimos para juegos...
—No son juegos, ven conmigo, Ageysha. —Extiende su mano, siente mi reticencia y se arrodilla frente a mí—. Sólo confía. Confía en mí.
Confiar... qué fácil es pedirlo, pero tan difícil hacerlo.
Miro a los ojos verdes de Elijah, están llenos de sinceridad, de cosas bonitas. Sentimientos transparentes. Siempre hay un brillo en ellos, ese brillo jovial y entusiasta.
Él tiene una manera tan simple y descomplicada de ver el mundo. A veces resulta molesta, pero justo ahora, creo que me encantaría ser un poco como él, y no dejar que el peso de mis responsabilidades me ahogue.
Sin decir una palabra tomo su mano.
Necesito al menos un respiro, sólo por hoy.
Elijah sonríe ampliamente y me arrastra fuera de la fortaleza, lo miro confundida cuando se transforma y deja a su luz salir. Le sigo, dejando que mi verdadera forma también emerja, alza el vuelo y se dirige a mi colina.
—¿Este es el secreto? —pregunto una vez que tocamos tierra de nuevo.
—Espera —susurra y camina hacia la derecha, bajando por unas rocas hasta que lo pierdo de vista, vuelvo a seguirlo.
Paso las rocas y veo como Elijah se pierde dentro de una pequeña cueva que no había visto. Camino hasta allí y cuando entro a la oscuridad Elijah toma unas cuantas ramas y tapa la entrada.
—Descubrí esto hace poco, no es muy profunda, pero es suficiente para escondernos del caos y el mundo por unos momentos.
Parpadeo hacía él y muerdo mi labio. Lo veo tomar algo del piso, y luego enciende una lámpara de aceite. Nuestra visión es perfecta en la oscuridad, pero el gesto de Elijah me conmueve. Junto con la lámpara, toma una manta y una canasta.
—Vamos —pide y por tercera vez lo sigo.
Caminamos unos cuantos pasos y llegamos al final de la cueva. Elijah tenía razón, no es muy profunda, pero es perfecta para opacar el bullicio del mundo.
—¿Vamos a hacer un picnic? —Trato de tomar la canasta para ver qué hay dentro de ella, pero Elijah la retira de mí alcance.
—No, primero vamos a acomodarnos en el suelo.
Le ayudo a extender la manta y me siento a su lado, sin dejar de ver la canasta. Estoy realmente curiosa por ver qué ha traído con él. Riendo por mi ansiedad, Elijah abre la canasta y saca una bolsa de galletas de chocolate, me la entrega.
ESTÁS LEYENDO
SOMBRAS (Entre el Cielo y el Infierno #2)
ParanormalLa única forma de someterlos es con Temor. Y no hay nada más temeroso que... la Oscuridad. Trilogía Entre el Cielo y el Infierno # 2 Obra registrada en Safe Creative Rregistro: 1605127552341