Capítulo 11

312 55 3
                                    

Las lágrimas empiezan a descender de mis ojos antes de que pueda ordenarme que no llore.

Trato, con todas mis fuerzas, de contener mi esencia y todo mi poder luchando por salir y protestar por el dolor de mi corazón. En un borrón, corro por el pasillo, alzo el vuelo y llego a mi colina. Aquel lugar donde nadie ni nada logra herirme.

No sé exactamente cuanto tiempo permanezco sobre la colina, pero es el suficiente para que noten mi ausencia abajo y busquen por mí. Los veo mirar hacia donde estoy, sé que temen acercarse debido a las vibraciones que estoy enviando. Estoy tan molesta, furiosa, decepcionada...

Siento que Adif me ha... traicionado.

Sus palabras cortaron mi corazón.

¿Eso es lo que piensa de mí?

¿Desde cuando ha pensado eso de mí?

No quiero que ninguno de ellos se acerque a mí. No quiero sus jodidos ojos prejuiciosos, sus auras demasiado puras ahora comparadas a la mía...

He sido siempre fiel a ellos, fiel a los humanos, detesto a los oscuros más que a cualquier otra cosa.

¿Cómo pueden creer que me uniré a ellos, cuando ellos fueron quienes destruyeron lo que yo más amaba?

Ellos mataron a mis padres, me despojaron de su amor, jamás los aceptaré, jamás me uniré a ellos. Lo único que quiero es destruirlos, borrarlos de la faz de la tierra y no permitir que abran sus ojos una vez más.

Voy a descubrir quien es el oscuro o el demonio que está detrás de esto y voy a acabar con él lentamente. Lo haré sufrir, lo haré pagar por todo lo que ha hecho. Y voy a disfrutarlo, vengaré a mi familia y vengaré a mis humanos, no me importa si en el proceso mis propios hermanos dejen de creer en mí.

Soy un Ascendit y moriré como uno... luchando por la luz

—Ageysha, es nuestro turno para patrullar. —Levanto mi mirada a Elijah. Me impresiona que ya pueda desplegar sus alas sin tener que transformarse por completo, además, es el único que ha osado venir hasta aquí y no temblar por mis estados de animo—. ¿Estabas llorando?

—No.

—Tienes... tus ojos están rojos, Ageysha. ¿Por qué estabas llorando? ¿Es por eso que tu aura está... así?

—¿Turbia? —resoplo una risa que no siento—. Al parecer ese es el nuevo estado de mi aura, Elijah, turbio. La oscuridad está en mí... y ella contamina todo. Y como soy más humana que Ascendit... soy fácil de tentar.

—¿De qué estás hablando?

—De lo que todos piensan, de lo que todos ven.

—No sé exactamente a qué te refieres con lo que todos ven.

—Que soy un peligro inminente, soy oscuridad o...—me rio de nuevo y la cara de Elijah se frunce en confusión—, mejor, soy parte de ella.

—¿Quién demonios está diciendo eso? —gruñe y mira hacia abajo, donde todos tratan de disimular que no están observándome.

—Sólo lo dicen. Voy por mi arma, espérame en la puerta.

—Ageysha... —llama antes que alce el vuelo. Levanto una ceja hacia él—. Sólo para que tengas claro algo... yo no soy todos. Si quieres creer que ellos piensan mal de ti, créelo, pero nunca dudes que en mis pensamientos, tú, lo eres todo.

—Elijah...

—Lo sé, no quieres escuchar lo que siento por ti, porque de alguna manera retorcida y estúpida crees que no puedes amar ni mereces ser amada, pero... tú mandas en tu corazón y yo mando en el mío —Se acerca y toma mi mano, llevándola hasta su pecho—. Y mi corazón está totalmente seguro que tú eres lo que quiere. Eres perfecta ante mis ojos, no lo dudes nunca, yo creo en ti.

SOMBRAS (Entre el Cielo y el Infierno #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora