Zaya

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Hay una luz en el bosque, escucho una canción de cuna distante.

Sólo espera un poco más, no tardaré...
Puedo escuchar el sonido de tu corazón que apenas si late.
Sólo espera un poco más, no tardaré...


Liam iba y venía entre la consciencia y la inconsciencia, sentía estar siendo desgarrado desde adentro de sus entrañas.

Con cada minuto el dolor que sentía se hacía más y más insoportable, quería gritar pero no era posible, no debía.

Su respiración comenzaba a fallar, era como si un enorme camión estuviera aplastando su pecho y oprimiendo sus pulmones.

No quedaba tiempo. Debía hacer algo rápido o tanto su bebé como él morirían en ese apestoso lugar.

Era el momento de decidir qué hacer, era el momento de ser valiente y escapar.

Cerró los ojos y comenzó a llamar mentalmente a su lobo.

—Ayúdame Leyum —pidió en voz baja. Los músculos de sus brazos y piernas se tensarón y un grueso pelaje blanco empezó a surgir de ellos.

Pero a medida que empezaba a darse el cambio no tardo en sentir como una corriente eléctrica que iba en aumento cubría su cuerpo.

Los primeros segundos se sintió como un leve cosquilleo en la piel, pero a medida que sus músculos se estiraban los voltios de la descarga aumentaban y el dolor era abrumador así que tuvo que detenerse.

Liam se sintió impotente e inútil, sabía que necesitaba transformarse para salir de su encierro y para poder parir a su cachorro puesto que debido a sus malas condiciones físicas le sería imposible hacerlo en su forma humana. Tendría que dejarle esa importante labor a Leyum, su lobo.

En ese instante recordó algo que Zayn le había contado que podía hacer y si él lo lograba también, le sería de suma utilidad.

Se concentró sólo en su mano derecha, tratando de regular su respiración y de no pensar en el dolor, levantó su mano hacía arriba para evitar que esta hiciera contacto con el cable de alta tensión que lo rodeaba.

Después de cinco intentos, comenzó a cambiar, de sus uñas brotaron unas enormes y filosas garras, sus dedos se hicieron rígidos y comenzaron a unirse unos con otros, los huesos de su muñeca se quebraron y se saldaron a sus dedos para formar la pata de Leyum. Dolió como el infierno pero lo logró.

De un fuerte zarpaso de la pata destrozó el cable con sus garras, liberado del problema de la corriente eléctrica el resto del enorme lobo blanco salió a la superficie.

Ahora tenía que pensar como salir de ese lugar del cuál nisiquiera conocía su ubicación, podía estar en cualquier parte del mundo.

Ahora tenía que pensar como salir de ese lugar del cuál nisiquiera conocía su ubicación, podía estar en cualquier parte del mundo

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Sangre de  Lobos (Ziam Palik) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora