Belladonna

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Él es el sueño de aquellos que pueden respirar, te duermes en sus brazos sin saber que morirás, después que ha descargado todo su veneno en ti, entonces partirá

El limite de su velocidad era exorbitante, a 160 km, su alrededor se desdibujaba en borrones de colores mezclados entre sí. Todo lo que él podía ver eran los autos al frente, y solo podía intentar estar concentrado en esquivarlos a tiempo para no impactar contra ellos.

La adrenalina estaba corriendo por sus venas como fuego, calentando su sangre, despertando sus reflejos y sentidos.  

El peligro lo mantenía despierto, ocupado y distraído y es todo lo que verdaderamente necesitaba para alejar de su mente a una Omega que hasta el momento no sabia que existía, pero que su llamado se sintió tan potente que caló en cada uno de sus huesos.  

«Omega» aullaba su lobo en su mente.  
Giró a la derecha y la moto se ladeó peligrosamente cerca del asfalto, sus músculos tensos por mantener el control del manubrio. Se había pasado ya tres altos pero poco le importaba, todo lo que él quería era suprimir las malditas ganas de conducir hacia la autopista y tomar la jodida desviación que llevaba a un rumbo que solo su lobo parecía conocer.   

Estuvo peligrosamente tentado en hacer una estupidez de ese tipo el día anterior en la mañana cuando el rostro difuso de una Omega que su lobo reclamaba como suya, se dibujo en su mente por un par de segundos.  

Y jodida mierda, él llevaba toda su vida sin sentir esa sensación de necesidad de proteger a un Omega, de buscarla y llevársela lejos, pero por la Diosa, ni siquiera tenia una idea clara de quien era, se sentía impotente, sin saber ¿qué hacer? ¿Dónde buscarla?.   
La preocupación se había deslizado por su piel como sudor, de una manera sumamente desagradable en todo el maldito día desde que escuchó su llamado. Su lobo estaba realmente inquieto, ansioso y preocupado.  

Si, Borhan Malik supo que estaba completa y seriamente jodido cuando cayó en la cuenta de que no podía ser indiferente a emparejarse, que para él también existía una Omega destinada.  

Pero no sabía donde. Por una mierda, ¿dónde?.   

Tampoco podía dejar de pensar un segundo en Caleb, le jodía la cabeza no saber en donde y como estaba su hermano gemelo, no sentía que estuviera sufriendo como siempre pasaba cuando el Omega se encontraba mal, Borhan siempre podía sentirlo, el lazo de gemelos entre ellos era fuerte, pero esta ves no sentía absolutamente nada y eso lo desesperaba aun mas, necesitaba la certeza de que estaba bien y las suposiciones no eran suficientes para calmarse.  

Él conocía a Zayn, él sabía el alcance de su hermano y nunca le había importado o preocupado el grado de crueldad al que su hermano mayor era capaz de llegar. No hasta ahora, cuando en todo en lo que podía pensar era en que Caleb estaba sólo y un movimiento en falso por parte de Zayn podría ocasionar que lo lastimaran, y él no podía hacer absolutamente nada para irrumpir en la maldita casa de los Payne y llevarse al Omega con él.  

Su agarre se reforzó en el manubrio, aumentó la velocidad de la moto y fijó su vista al cielo, el sol había salido hacía unas horas pero las nubes grises impedían su paso, dándole a su alrededor una claridad bastante apagada.

  «Omega» rugió de nuevo su lobo, y Borhan ya no sabia por cuál de los dos se lamentaba, si por la Omega desconocida que se supone es su Omega, o por su hermano Caleb, o por ambos Omegas, ya no tenía nada claro.  

Borhan apretó la mandíbula, enfadado consigo mismo por ser un idiota descuidado, por bajar la maldita guardia y dejar que el día de la boda de Zayn se lo llevaran.

Tenia que hacer algo y rápido; era un secreto a voces que el heredero de la manada iba a ser Borhan, un niño con el temperamento y perfil de un Alfa líder, que a su corta edad de 7 años, contaba con todo lo que a su debilucho hermano mayor le hacía falta.

Sangre de  Lobos (Ziam Palik) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora