Prólogo

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¿Como había parado en aquella situación?

¡AH! claro el bendito alcohol como siempre, ese néctar de Lucifer había nublado una vez mas sus sentidos y ahora debía pagar por su error, esta vez nadie podría salvarlo, sin importar que tan gorda fuera su billetera o de quien fuera hijo no tendría escapatoria.

No recordaba casi nada de lo que había pasado la noche anterior, solo sabia que lo que fuera que halla hecho era muy malo, los asientos de su auto estaban cubiertas por un liquido color carmesí; era sangre obviamente y sin duda no era suya. Para descartar posibilidades reviso cada parte de su cuerpo meticulosamente y no tenia ninguna herida mas allá de su labio inferior roto, pero eso recordaba perfectamente que era producto de un golpe que le había propinado Harry cuando lo descubrió mirando de manera morbosa a su omega Louis, (claro que él pensaba que en su defensa podía decir que el condenado omega era tan bonito y se veía ardiente como el infierno en esos pantalones apretados que llevaba y que realmente no podían culparlo de querer follarselo con la mirada), el solo recuerdo le provocaba una jodida erección.

Estaba sentado en su cama, ya hacia unas dos horas que había despertado con una jaqueca de los mil demonios, la boca reseca y la mente totalmente nublada; como siempre se encontraba solo, probablemente su padre estaría en su oficina «supuestamente trabajando», nada mas alejado de la realidad que aquello puesto que era un secreto a voces que el renombrado alfa, dueño de la mas grande multinacional empresa de construcción de Europa, (fachada perfecta para ocultar sus negocios ilícitos), la mayor parte del día se la pasaba entre las piernas de su secretaria, una beta rubia de pechos exageradamente grandes y una inmensa ambición por poseer el dinero de la fortuna de éste y quería obtener a como diera lugar el puesto de omega marcada del poderoso Yaser Malik, mismo que hasta ahora ostentaba su madre.

Tricia su mama, muy probablemente estaría jugando canasta con sus amigas, o en la peluquería, o de compras gastando el dinero de su alfa, en realidad a ella sus hijos no le importaban mucho, la única compañía que Zayn había tenido desde niño era nani, su mama solía decir que ya había hecho suficiente con haberle dado a su esposo hijos alfas para continuar su apellido y posición social como para también sacrificar sus años de juventud y belleza en criarlos, es por esto que Zayn desde que tiene memoria nunca recuerda una caricia o al menos un gesto amable de parte de la mujer que le dio la vida.

Ni siquiera en las pocas veces en que enfermo esto fue diferente; aun recuerda con tristeza la vez que con tan sólo 10 años tuvo apendicitis y nani fue quien lo llevo de urgencia en la madrugada al hospital, su madre apareció en la tarde del día siguiente cuando ya lo habían operado y estaba bien, entro a su cuarto de forma imponente enfundada en un abrigo de piel sintética color marrón, tacones altos, un vestido de seda negro, perfectamente bien maquillada y peinada, parecía salida de una portada de revista, avanzo hasta la cabecera de la cama donde se encontraba acostado, ladeó una sonrisa floja y pregunto a nani como estaba, cuando esta le respondió que ya estaba fuera de peligro inspiro y exhalo, se dio media vuelta y salio diciendo que había perdido su tiempo pues su presencia allí no era necesaria y había cancelado su partida de poker con sus amigas para nada, sin una palabra hacia su hijo que solo la veía con sus ojitos inundados en lágrimas, solo salio de el cuarto de hospital sin importarle nada mas.

Recuerdos como estos de la soledad que vivio durante su niñez y adolescencia tenia muchos y siempre llegaban a su mente cada noche cuando las luces del día se apagaban y la función que representaba la vida perfecta que en realidad no tenia se acababa, en eso se había basado su vida desde niño, en apariencias y engaños, formaba parte de una maquinaria que funcionaba a base de mentiras y él solo era un engranaje mas, una pieza del circo que era su familia pero en la soledad de su cuarto muchas noches se había dormido con los ojos hinchados de llorar y el corazón arrugado por tanta soledad y es que dolía demasiado el saber que los seres que le dieron la vida y lo trajeron al mundo no tenían ningún afecto o interés por él, había nacido por obligación, estaba muy consciente de ello y había aprendido a fingir que no le importaba y lo aceptaba, pero en el fondo de su corazón hubiera deseado una familia como las de sus compañeros de colegio, con padres y hermanos amorosos no la soledad tétrica en la que vivía siempre y de la cual no podía si quiera quejarse porque se suponía que aquello era normal, eso era lo que se esperaba de todo matrimonio y así debían ser las cosas, se suponía que cuando un alfa encontraba a su omega y se enlazaban el siguiente paso a seguir era tener cachorros que perpetuaran su apellido y su casta.

Sangre de  Lobos (Ziam Palik) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora