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- ¡Aquí está!

Ashiya exclamó triunfante, brazalete en mano, mientras elevaba el brazo para que los demás lo vieran. El brazalete era, efectivamente, de metal y de color morado, el mismo que el de las flores. Tenía además algunos adornos dorados por los bordes. No lucía costoso, pero brillaba con la luz del sol como si estuviera repleto de joyas preciosas.

- Me tomó menos de media hora - Ashiya se acercó a Abeno y Tsune - ¿Este es, verdad?

- ¡Oh, lo es, LO ES! - Tsune tomó el brazalete con sus garras y lo observaba extasiado, agitando fuertemente sus dos pares de alas - ¡No puedo creerlo! ¡Lo he estado buscando tanto, tanto! - pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos - ¡Gracias, gracias! ¡Gracias, señores de la Mononokean!

"Parece realmente feliz" pensó Ashiya "Debe ser un brazalete realmente importante. Oh, pero dijo que era de alguien más, ¿no?"

- Tsune-san, dijiste que el brazalete pertenecía a alguien importante, ¿cierto?

- Oh, sí, exactamente - Tsune se calmó un poco por fin.

- Entonces... - comenzó a decir Abeno, con la intención de decir que lo acompañarían para asegurarse de que el brazalete fuera devuelto. Sin embargo, Tsune lo detuvo.

- Oh, no se preocupen. Yo le devolveré el brazalete por mi cuenta. Sería raro que unos desconocidos llegaran de pronto con él para dárselo.

"Ah, esto me recuerda a aquella vez con Manjiro" pensaron Ashiya y Abeno. Ciertamente, en aquella ocasión se habían encontrado con el problema de cómo devolverían el anillo que Manjiro había pedido recuperar.

- Si usted dice que está bien, entonces se lo dejaré - respondió Abeno, haciendo una reverencia. Ashiya sonrió. ¿Sería raro decir que le gustaba cuando Abeno actuaba tan maduro frente a los yokai? Bueno, no es como si lo fuera a decir en voz alta, así que pensó que no importaba y se quedó con ese pensamiento. Además, le gustaba Abeno en casi todas sus facetas (menos cuando se ponía a si mismo en peligro por trabajo), así que pensó que no importaba, por dos.

- Qué bueno que lo encontramos, ¿verdad, Tsune-san? Estoy seguro de que el dueño estará muy feliz de ver que lo encontraste.

Ashiya esperaba que su comentario hiciera a Tsune aletear vigorosamente como antes, pero en vez de esto, Tsune simplemente permaneció en silencio observando el brazalete. Ashiya y Abeno se dieron claramente de que algo no estaba bien.

- Oh... Sí - dijo lentamente Tsune -. Cuando... Lo vea...

- ¿Pasa algo, Tsune-dono? - preguntó Abeno.

- No es nada - respondió Tsune, sin levantar la vista - Es sólo que, bueno.. técnicamente no podrá verme devolverlo.

- ¿Qué? ¿Por qué no?

- ¿Pasa algo con esa persona? - preguntó Ashiya. Un pensamiento cruzó su mente y le hizo fruncir el ceño en preocupación - ¡¿Tal vez se trata de un yokai ciego?! - Ashiya recordó a Tomori-san, a quien le prestó su visión una vez. ¿Tal vez este yokai también tenía un problema de vista?

- No es un yokai - dijo Tsune -. Es un ser humano.

Ashiya y Abeno se quedaron sin palabras. ¿El brazalete perdido era de un humano?

- En realidad... - comenzó Tsune- cuando yo era un polluelo, fui abandonado por romper tarde el cascarón. Entonces, la dueña de este brazalete me encontró. Intentó cuidarme y alimentarme, pero al final morí y me volví un yokai. Pero siempre he estado agradecido por ese acto de amabilidad suyo. Desde que me volví un yokai, he estado a su lado cuidando de ella a mi manera, pero... Desde luego, ella es una humana común y no puede verme. Aunque quisiera hablar con ella y decirle lo agradecido que estoy, no puedo hacer más que permanecer a su lado.

>> Pero estoy bien con eso. Estar a su lado es más que suficiente. Aunque ella nunca sepa de mis sentimientos de gratitud, ella siempre será alguien importante para mí. Y ahora, siento que finalmente le puedo devolver el favor, y hacer que, de algún modo, sepa de mí. Por eso quiero devolverle el brazalete yo mismo.

Ashiya escuchó en silencio al yokai. Había algo en lo que decía, en la manera en la que lo decía, en la forma en cómo su miraba se suavizaba cuando mencionaba a aquella humana, que le resultaba extremadamente familiar.

- ¿Te gusta esa humana? - preguntó casi sin pensar.

Abeno volteó a verlo en el instante en que Ashiya dijo eso, más que nada como un reflejo involuntario ante la palabra "gustar" que había hecho que su corazón saltara de pronto. Tsune, por su parte, parpadeó un par de veces y luego sonrió

- Oh, bueno... ¿Supongo que ustedes lo llamarían así? Jeje.

Ashiya sintió una punzada en su corazón. Eso significaba que el amor de Tsune nunca podría realizarse, porque la otra persona ni siquiera era consciente de él. ¿Cuán triste era eso? De pronto, a Ashiya lo invadió nuevamente esa sensación de familiaridad. Pero esta vez supo por qué era.

¿Acaso su situación con Abeno no era igual? No, espera, ¿si quiera podía decir que había una "situación" con él? Ashiya sabía que era inútil esperar nada, porque nada nunca sucedería. Él se decía que estar a su lado era suficiente, pero eso no hacía menos difícil el tener que tragarse sus emociones cuando estaba con él. Nunca serían nada más que amigos. A veces hasta dudaba de que fueran algo más que empleado y jefe. Y Ashiya se había dicho que estaba bien con eso.

Pero... ¿en serio lo estaba?

- Bueno, es mejor que me vaya - la voz de Tsune sacó a Ashiya de sus pensamientos -. Iré de inmediato a regresarle el brazalete. Abeno -dono: me quedaré en el mundo humano un tiempo más, hasta que ella muera. Cuando eso suceda, iré a buscar a la Mononokean para ser exorcizado al Inframundo.

- Sí, por supuesto - contestó Abeno. Luego de las respectivas despedidas, Tsune alzó el vuelo y despareció.

El camino de regreso fue largo y en silencio, igual que lo había sido en la mañana, pero por distintas razones. Ahora Ashiya ya no se sentía ansioso, sino deprimido. No dejaba de pensar en cómo la situación de Tsune se parecía a la suya, y sobre si tal vez terminarían igual.

"No, no es un tal vez" pensaba "Definitivamente terminará igual, ¿cierto? No es como si pudiera hablarle a Abeno-san de lo que siento por él. No me queda de otra más que quedarme a su lado sólo como su amigo. Eso debería ser suficiente, ¿no? Siempre podré apoyarlo cuando lo necesite y estar con él si algo sucede. Pero..."

- Oye, ¿qué sucede? - Abeno caminaba unos pasos frente de él, y había volteado a verlo ya que Ashiya se tardaba. Su voz sonaba algo irritada, como si estuviera cansado de esperar a que Ashiya dijera algo por lo que se vio  obligado a hablar primero él.

- No es.. nada - respondió a medias Ashiya.

- Cada vez que pones esa cara es porque quieres decir algo - dijo Abeno - ¿Qué es? Sólamente dilo.

¿"Esa cara"? ¿Qué cara? Ashiya no creía que había hecho alguna expresión que delatara que estaba enfrascado pensando en algo. ¿Abeno podía notarlo? Sintió que su corazón se aceleraba un poco al pensar que se fijaba, aunque fuese un poco, en él.

- No es nada, de verdad - Ashiya se obligó a si mismo a sonreír y hablar alegremente. Abeno lo observó por un momento. Ashiya casi habría jurado que podía ver preocupación pintada en sus ojos dorados. Se preguntó si Abeno podría ver la mentira en los suyos. Finalmente, Abeno dio la media vuelta.

- Ya veo - dijo, y simplemente siguió caminando. Ashiya observó su espalda y su figura delineada por el kimono rojo. En serio, era injusto lo bien que le quedaba.

"Estar a su lado como su amigo debería ser suficiente. Pero... no hay forma de que esté bien con eso" pensó "Aunque tampoco hay nada que pueda hacer... ¿cierto?"

Tomodachi Meter (Ship Ashibeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora