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Los dos permanecieron así, abrazados y en silencio, por un rato. No estaba de más decir que era la primera vez que se abrazaban, pues ni como amigos lo habían hecho. Ashiya seguía temblando ligeramente, y Abeno lo abrazaba intentando calmarlo un poco, aunque también intentando calmarse a sí mismo. Sin embargo, lo único que conseguía era ponerse más y más incómodo conforme pasaban los segundos, así que terminó por alejar a Ashiya de sí rápidamente.

- Bueno, ya basta - dijo, mirando a otro lado. La vergüenza no le dejaba mirar a Ashiya a la cara, y sentía que la suya aún estaba ardiendo, mientras su corazón no dejaba de latir. Esperó a que Ashiya dijera algo, porque estaba seguro de que empezaría a hablar y hablar y gritar como loco, como siempre hacía cuando se alteraba. Pero al notar que Ashiya no decía nada, se extrañó, y volteó un poco la mirada.

Ashiya estaba llorando. A lágrima viva, en silencio, lloraba justo frente a él.

- ¡ESPERA ¿POR QUÉ DEMONIOS ESTAS LLORANDO?! - Abeno acercó sus manos hacia él, sin entender nada de lo que estaba pasando. Sabía que Ashiya era sentimental pero... ¿esto? ¿Qué rayos era esto? No sabía qué hacer, así que solo movió sus manos en el aire cerca de él. Ashiya intentó decir algo, pero lo único que salió de su boca fueron balbuceos y lloriqueos incomprensibles - O-Oye, cálmate, no entiendo nada de lo que dices.

Ashiya se limpió la cara con una mano, mientras que con la otra apretaba fuertemente la tela de su chaleco contra su pecho. Tras unos segundos, cuando se hubo calmado un poco, habló entre sollozos.

- Estoy... muy feliz.

Abeno volvió a sonrojarse. Las lágrimas no dejaban de salir de los ojos de Ashiya, y él no paraba de ahuyentarlas. También estaba rojo, pero ya no sabía si era por vergüenza por emoción o porque estaba llorando.

- Tenía...mucho miedo... - siguió - De verdad mucho...de que me...me fueras a odiar...

- ¿Qué? ¿Odiarte?

- Porque... Porque ambos...somos chicos y...y pensé... pensé que lo-lo arruinaría...que arruinaría...nuestra... amistad, o a-algo así. Por eso... Por eso...

Abeno sentía como si algo se rompiera en él al ver a Ashiya llorar de ese modo. No era la primera vez que lo veía llorar - ya que era un llorón - pero el saber que él era la causa tras aquellas lágrimas lo hacían sentirse culpable de cierto modo. Él también estaba feliz, por supuesto, y se sentía halagado y apenado por las cosas que Ashiya estaba diciendo, que implicaban que también había pasado mucho tiempo pensando en él de la misma forma que él mismo. Pero también se daba cuenta de todo lo mal que lo tenía que haber pasado por él. Aunque no pudiera ponerlo en palabras, el pensamiento le rompía el corazón.

- Pero nada de eso pasó - dijo de pronto. Ashiya, aún entre lágrimas, por fin volteó a verlo -. Así que deja de llorar de una vez. O te golpearé.

Ashiya parpadeó un par de veces. Abeno tenía su cara seria y un poco molesta de siempre, pero un rojo brillante pintado en ambas mejillas la decoraban. Ashiya se había sorprendido un poco al principio por la rudeza con la que había hecho su comentario, pero ¿por qué debería estar sorprendido? Ese era el Abeno de siempre. ¿Acaso estaba esperando que lo consolara, como en un manga shōjo? Claro que no, Abeno nunca haría algo tan cursi como eso; su orgullo no se lo permitiría. Él era directo, franco y estricto.

Ashiya sonrió. Así era él. Y así como era se había enamorado de todas formas. Ashiya sabía bien que Abeno pensaba que él era un llorón y un dramático. Pero se había enamorado de él también. Secó las últimas lágrimas que quedaban en sus ojos.

- Tienes razón - respondió -. Ya que soy así de feliz, debería sonreír en vez de llorar.

Abeno se quedó callado un momento, con el corazón latiendo fuertemente tras aquellas palabras de Ashiya.

-... Estás sonriendo como un idiota.

- Haha, ¿en serio? - Ashiya llevó una mano cerca de su boca - Bueno, supongo que sí. Es sólo que... - en un instante, se volvió a poner todo rojo, esta vez sí por vergüenza - Es sólo que acabo de comprender que t-te g-g-gusto, y pues... estoy tan nervioso q-que no puedo dejar de sonreír.

Ashiya tartamudeó un poco al hablar. Abeno ya no respondió. Ambos observaron el suelo un momento, sin saber qué hacer después.

Repentinamente, la campana de la escuela sonó, dándoles a ambos un buen susto.

- Ah, esa es la campana de clases - Ashiya había olvidado por completo que aún estaban en la escuela. Abeno, intentando ganar de nuevo el control de la situación, se apresuró a la salida.

- Vamos - dijo -. Llegaremos tarde.

- ¡Ah! Espera, um, ¡Abeno-san!

Abeno se detuvo en el umbral de la puerta, sin voltearlo a ver.

- Si le dices a alguien sobre lo que hablamos... - giró ligeramente la cabeza para verlo - te mataré.

- ¡¿EHHH?! - "¡¿No acabas de decir que te gusto?! ¡¿Puedes amenazar así a la persona que te gusta?!"

Abeno le dio de nuevo la espalda.

- ... Y lo demás que tengas que decirme al respecto... Lo escucharé después.

Abeno bajó las escaleras y salió de la azotea. Ashiya percibió un sentimiento cálido en su pecho tras oírlo. Sonrió.

"Después... Después, ¿no?"

Rio. Sí, ciertamente, estaba sumamente feliz.

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¡Gracias por su paciencia!
El fic ha regresado \(owo)/

Tomodachi Meter (Ship Ashibeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora