¡Un súper plan!

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Jimin miraba fijamente la televisión sin mayor expresión, había perdido el hilo de la película a los cinco minutos de haberla empezado, y es que realmente no le interesaba en lo más mínimo. Las preocupaciones parecían querer comérselo vivo, y el tener a su dueño durmiendo con la cabeza apoyada en sus muslos, buscando constantes caricias no ayudaba para nada, ¿desde cuándo Hoseok era tan mimoso? No lo recordaba. Es decir, por supuesto que le pedía que ronronease y lo abrazara diariamente, empero el prácticamente obligarlo a usar su ropa, dormir juntos y no separarse no era algo muy común, al menos, no en los últimos años de convivencia. ¿Acaso el pelirrojo se había encontrado con su madre como para que retrocediera tanto?

Exhalando con suavidad, el rubio bajó sus orejas y su felina extensión comenzó un serpenteante movimiento contra la almohada. ¿Ahora qué haría? Ese sitio era completamente nuevo para el gatito, no sabía hacia dónde dirigirse o a quién recurrir en caso de cualquier accidente. Tras un pequeño recorrido en su nueva morada, pudo notar que la puerta principal se abría con una contraseña, la cual Jung no le mencionó, estaban exactamente en el undécimo piso del edificio y todo el mobiliario era completamente nuevo, incluso las prendas al interior de su nuevo clóset, ¿era necesario todo ello? Park suponía que no.

Todo era en cierta parte aceptable, Jimin no se quejaría, aunque lo que no podía entender era, ¿por qué no había un teléfono fijo allí? Es decir, todo era de última generación, ¡incluso la televisión de la sala tenía conexión a internet!

Un nuevo suspiro se le escapó al felino quien no pudo evitar bajar la vista al rostro sereno de su dueño, ¿cómo alguien que se veía tan tranquilo se comportaba de esa manera? Quizás Chimmy merecía todo eso, Chimmy estaba siendo castigado por ser un mal gatito.

–Kookie, Taetae. – Murmuró con una sonrisa dulce en sus labios, y es que aquellos nombres tenían un agradable sabor.

El calicó no pedía demasiado. Sí, puede que se haya comportado mal al escapar de su casa durante la noche, no obstante, creía que no merecía dejar atrás a las demás personas que estaban en su corazón. Jimin sólo quería comunicarse con su mejor amigo y decirle que estaba bien, sólo quería curar las heridas de su compositor favorito, quería agradecerle a la pareja Kim por todos sus años de buenos tratos, sólo quería poder amar a Jeongguk. En realidad, él anhelaba únicamente ser feliz y que todos lo fueran. Vaya felino iluso.


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–Entonces... ¿cuál es el plan ahora? – El tigre preguntó acomodándose en la cama, sentándose con las piernas en modo mariposa.

Jeon dio un último vistazo al pasillo de la morada antes de cerrar la puerta de la habitación del felino con seguro, realmente no querían interrupción de los adultos. Si bien, habían pasado bastantes horas desde su fallido intento de dar con Jimin, no significó que se hubiesen dado por vencidos, aun cuando los padres Kim insistieran en cambiar de tema a lo largo de la jornada.

–Bien. – Suspirando, el conejo se sentó en la orilla de la cama, volteando la mirada hacia su amigo. – Primera parte del plan; descubrir a qué lugar se mudó Jimin. –

–Corrección. – Kim frunció el ceño y abrazándose a su peluche favorito, tomándose unos segundos. – Primera parte del plan; que vuelvas con Yoongi-hyung.—

–¡¿Ah?! – Las orejas blanquecinas del menor se elevaron.

–¡Shhh! – Aquel corazón esponjoso y extraño con expresión neutral voló desde los brazos de Taehyung directo a la cara del conejo para que se callara. – Se supone que esto es un plan secreto. – Reprendió el peligris, frunciendo el ceño.

–Es tu culpa. – Respondió igual de molesto, abrazando ahora el peluche rojizo de su mayor. –¿Por qué tendría que volver con Yoongi? Te dije que no planeaba acercarme a él después de lo que hizo, además tus papás me dieron permiso de quedarme aquí todo lo que quisiera. –

No es que el tigre quisiera alejar a su dongsaeng, ¡por supuesto que no! Realmente le divertía tener compañía día a día, sin embargo, por el bien de su plan y de Jimin es que tenía que hacer que arreglase las cosas con el de cabellos celestes y volviese a la casa de éste. Kim suspiró enrollando su rayada cola en su vientre, buscando algo de comodidad, al instante en que se cruzaba de brazos.

–¿Quieres que nuestro súper plan tenga éxito o no? – Y el silencio ajeno fue el pie para que pudiese seguir hablando. –Entonces volverás con Yoongi-hyung para sacarle información.—

–¿Información? – Arqueando una ceja, el menor dejó a un lado el peluche, subiendo por completo a la cama para así sentarse de igual forma frente a Taehyung.

–Sí, información. – Asintió un par de veces. – Yoongi-hyung es conocido de Hobi-hyung, así que de seguro él sabe algo. – Dijo completamente convencido de ello. – Además, según papá Nam, trabajan en el mismo círculo así y tienen mucha gente en común. –

Oh, ya sabía hacia donde se dirigía todo eso.

–O sea que quieres que vuelva a la casa de Yoongi para que lo espíe, ¿no? –

–Espiar es una palabra fea. – Se excusó el felino encogiéndose de hombros. – Yo diría que es más un seguimiento encubierto. – Inevitablemente dejó salir una risilla para mantener su geométrica sonrisa.

–Taehyung. – Las orejas largas del menor se pegaron a su cabello, no obstante, las levantó casi enseguida riendo con ganas. – ¡Eres un idiota! –

–¡Respétame, soy tu mayor! – Gruñó el de cabellos grisáceos para gruñir por breves segundos antes de reír también.

El ambiente se relajó casi enseguida. Kim, sintiéndose renovado se levantó y caminó hacia un pequeño escritorio del cual sacó una libreta y un lápiz, regresando sin demora hasta su sitio.

–Bien, bien. – El castaño suspiró y se encogió de hombros. – Volveré con Yoongi si eso significa que podremos dar con la nueva dirección de Jimin. –

–Por eso te quiero, Kookie. – Canturreó con aquella mueca rectangular de felicidad. – Momento de idear por completo nuestro súper plan; ¡rescatando al príncipe calicó! – 

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora