Sin hogar

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*Maratón: 2/3 *

Una de las peores pesadillas de Jimin comenzaba a reproducirse una y otra vez en su mente, finalmente había llegado el momento en que Hoseok se había aburrido de él y había decidido devolverlo a uno de los centros de acogida de híbridos. Miedo, demasiado. El calicó sabía que estaba demasiado grande para esos lugares, ¿qué le esperaría más que un constante recuerdo de que su existencia no era deseada? Era obvio que su cuerpo sufriría las consecuencias, mucho más porque su corazón le pertenecía a alguien más. ¿Sería como le habían contado de pequeño? ¿Realmente perdería las fuerzas de vivir?

Sus ojos se humedecían y las lágrimas bajaban continuamente por sus mejillas, procurando controlar su respiración para no hacer enojar aún más a su amo, claro, si es que aun podía llamarle así. Habían sido unos buenos años, no podía negarlo, Jung le entregó más amor del esperado, una compañía grata, y aunque haya tenido algunos comportamientos un tanto extraños, no se podía quejar, era más de lo que en algún instante llego a soñar, es decir, ¡había hecho amigos!

El camino cambiaba, a pesar de que el felino no estaba prestando absoluta atención en el paisaje del otro lado de la ventana, su mirada estaba perdida en el mismo sitio que sus recuerdos. Sus orejas triangulares permanecieron bajas, así como su cola enrollada en su cintura, encogiéndose por el temor de manera casi inconsciente, él sólo era un gatito.

El automóvil se detuvo frente a un enorme edificio que parecía estar recubierto de cristal, bello, moderno, algo que Jimin no recordaba.

–Baja, Jimin. – La voz de Hoseok lo hizo reaccionar.

Asintiendo con torpeza, se apresuró a abrir la puerta para salir del coche. ¿Sería ese un nuevo refugio? Realmente no lo parecía. ¿Y si lo llevaban a otro lugar mucho peor? La saliva resbaló de forma sonora por su garganta, perdiéndose en la altura de la estructura.

–Vamos. – El menor no se había percatado de la presencia del pelirrojo junto a él, quien no tardó en volver a tomar su muñeca con fuerza para arrastrarlo hasta el interior del lugar. Su hora había llegado, había tenido una vida demasiado buena para ser un simple híbrido.


🐾🐾🐾🐾🐾


Namjoon suspiró con suavidad, viendo por el espejo retrovisor al par de híbridos que parecían no querer quedarse quietos. Lo entendía, estaban muy ansiosos por todo lo ocurrido y suponía que en cuanto lograsen, siquiera, escuchar al rubio se calmarían.

–Si se quitan los cinturones antes de que estacione daré la vuelta. – Amenazó el adulto. – Compórtense, en serio. – Trató de sonar lo más serio posible, a pesar de que en sus labios se encontraba dibujada una sonrisa dulce.

–Bien, bien. – El tigre elevó ambas manos en señal de rendición al ver que su padre descubrió sus intenciones.

–Está bien. – Suspiró el conejo, cruzándose de brazos para desviar la mirada por la ventana al instante en que sus orejas se apegaban a su cabello. No creía poder soportarlo tanto, por fin podría ver a su Minnie, aunque claro, con algo de compañía extra, pero ya qué, suponía que después podrían recobrar el tiempo perdido sólo para ellos dos.

Las mentes de los tres en el auto estaban algo dispersas, aun cuando divagasen sobre el mismo tema, ninguno se atrevía a pronunciar una palabra, y no fue hasta que la morada Jung estuvo a la vista y el motor se apagó, que nuevamente el docente volvió a abrir la boca.

–Bajen con cuidado. – Pronunció sacándose el cinturón de seguridad.

Ambos chicos asintieron y con rapidez se quitaron el cinturón para apresurarse en salir del coche, corriendo hacia la vivienda ajena. Namjoon por su parte se tomó unos segundos al interior de su vehículo, respirando con profundidad, todavía no tenía en claro qué decirle a su amigo, era obvio que tenía que darle su apoyo empero no estaba seguro de cómo hacerlo, más todavía cuando daba por sentado que aquella visita improvisada no sería de su gusto. Sencillamente, todo era demasiado complicado.

Tras salir y cerrar con alarma, su teléfono comenzó a sonar con una dulce melodía que era perfectamente reconocible, por lo que no esperó para contestar.

–¿Jinnie? ¿Pasó algo, amor? – El moreno trató de sonar calmado, a pesar de que estuviese más que extrañado con la llamada de su pareja, es decir, sí, solían mensajearse y llamarse, no obstante, eso sólo durante sus ratos libres, que no eran demasiados y claramente no a esa hora del día.

–Monnie, malas noticias. –

–¿¡Te pasó algo!? ¿¡Estás bien!? – Kim optó su modo sobre protector, y es que iría corriendo por los pequeños para socorrer a su marido si lo requiriese en ese mismo momento.

–Tranquilo, Nammie, estoy bien. – Lo tranquilizó. – Pero necesitaba llamarte porque acabo de atender a Yoongi. –

–¿Yoon está en el hospital? ¿Tuvo un accidente? – Cuestionó incrédulo, caminando a paso lento por el sector.

–Sí, o sea, no. – Se corrigió. – Vino con la cara algo maltratada. –

–¿Se metió en alguna pe...?—

–No, no se metió en ninguna pelea callejera. – Jin suspiró. – Dijo que Hobi fue hasta su casa a, según sus palabras, partirle la cara y después se fue. –

–¿Algo como lo que hiciste tú, mi amor? – Los nervios le jugaron en contra y no pudo evitar soltar aquella broma de muy mal gusto.

–No vamos a hablar de eso, Kim Namjoon. – Sentenció el mayor. – Estoy hablando en serio, Hobi realmente se desquitó con la cara de Yoongi, así que si hablas con Hobi, por favor házmelo saber. –

–Entiendo. – Paró en seco contemplando para morder su labio inferior. – Gracias por contármelo, Jinnie. –

–Sabes que no hay secretos entre nosotros, Nammie. – Contestó y el sonido de los altavoces volvió a llamar a Kim mayor. – Ya debo irme, Monnie, nos veremos más tarde. Por favor cuida a los niños. –

–Sí, no te preocupes, mi amor. Nos veremos más tarde. Te amo. –

–También te amo. –

Y tras ello, los padres Kim colgaron.

No tardó más que un par de segundos, y el moreno se apresuró a ingresar hacia los departamentos, esperando que Hoseok no haya hecho o dicho nada a los menores. Deteniéndose en el pasillo ya no sabía si lo que veía era buena o mala suerte, tan sólo sabía que las cosas se complicarían el doble que antes.  


I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora