Especial: La historia detrás de los híbridos

2.7K 215 27
                                    


Todo lo malo posee algo bueno en el fondo, ¿no es así? Ese era el discurso de los optimistas en los diversos medios de comunicación, y es que luego de una segunda guerra de carácter mundial lo último que se deseaba era que los ánimos decayesen aún más, si se podía rescatar la moral de los civiles intentarían hacerlo.

El temor era colectivo, ¿cuándo se acabaría el dolor de todos? ¿Podrían volver a ver a sus familiares en servicio? Las personas se sumían en la desesperación de la incertidumbre, doblegándose a las diversas deidades pidiendo la finalización de la guerra y la miseria. Las cosas siempre terminaban así, con los poderosos luchando por sus intereses mientras los civiles sufrían, resignándose a esperar a que sus vidas acabasen por longevidad y no por una bomba cayendo sobre sus techos.

Los años avanzaron y los combates comenzaban a cesar, al parecer los intereses políticos y territoriales ya no eran de gran importancia, no cuando el desarrollo de armas químicas y medicina se llevaba a cabo. ¿Quién podía cuestionar algo si se habían descubierto muchos avances en áreas que todos desconocían? ¿Realmente importaba que se hubiesen llevado a cabo torturas si ahora conocían la temperatura exacta en que un corazón dejaba de latir por hipotermia? EL fin justifica los medios, eso era lo que los encabezados de los periódicos mencionaban una y otra vez. A nadie le importaba los descensos, no cuando ya estaban a libre disposición cientos de vacunas para enfermedades que parecían incurables. La ambición de los hombres no tenía límites.

Sólo un año más bastó y a mediados de los cuarenta la guerra terminó, llevándose con ella millares de vidas inocentes, así como cientos de otras arrebatadas de culpa. Ya no había nada de preocuparse... nada más que la hambruna colectiva y la típica desesperación post guerra. Tiempos desesperados llevan a medidas desesperadas, ¿no es cierto? Los inversores extranjeros, sanguijuelas en todas partes del mundo que fueron cuidados recelosamente por su poder económico, no tardaron en instalarse en diversos puntos estratégicos para poder llevar a cabo un peculiar negocio.

Al inicio, fueron centros de ayuda, lo principal era ganarse la confianza de la gente, ¿no? Rápidamente, la ayuda se transformó en un canje, sólo que no se intercambiaban los bienes por papel moneda, oh no, era algo mucho más escalofriante, si deseabas comer y vestirte apropiadamente, lo que debías dejar en su lugar era a tus hijos. Tétrico, horrendo, inhumado, pero de todas maneras la gente no dudó en hacerlo, desde neonatos hasta niños de una década, las familias priorizaban para quedarse juntos y dejar a los más pequeños cual bolsa de basura. "Estarán mejor que con nosotros" se excusaban, pues al entregarlos en aquellos enormes orfanatos suponían que sus propias palabras se transformarían en realidad. Pobres e ilusos.

¿Orfanatos? ¿Casas de acogida de menores? Blasfemias, puras mentiras.

Enormes edificaciones disfrazadas que sólo eran centros de estudios, ¿para qué? Para continuar con las investigaciones que se detuvieron con la guerra, y qué mejor que hacerlo con infantes que no podrían negarse, que poseían el consentimiento de sus progenitores, seres que ya no tenían valor, no eran nada más que sujetos de prueba, material genético modificable. ¿Y si morían? ¡Qué importaba! Había más de donde escoger.

Ensayos y error, muchas muertes y abominaciones de la naturaleza que obviamente no podrían salir a la luz. La perfección siempre llevaba tiempo, lágrimas y dinero. La economía se reactivaba, aquello era obvio, las crisis no duraban para siempre y los gobiernos tenían que hacer florecer sus tierras y recuperar lo honorable, por muy contradictorio que pudiese sonar.

El tiempo se comenzaba a agotar, así como los sujetos de experimento, los desarrolladores estaban contra el tiempo, el crear armas humanas se volvía más complicado, hasta que decidieron por intentar algo más, ¿qué ocurriría al mezclar los genes humanos con animales? Fallos, por supuesto, aunque mucho más manejables. El ADN pronto pudo mezclarse sin problema y las mutaciones –dolorosas- dejaron en evidencia a criaturas que sólo parecían sacadas de oníricas fantasías.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora