[[ Maratón: 3/4 ]]
Para fortuna de Yoongi el ambiente había sido menos tensó de lo que pensó podría llegar a ser. Doyoung no tardó en pedir una copa de cognac como aperitivo, al momento en que otro de los asistentes a la reunión había llegado. La charla fue tranquila y sorpresivamente, el conocimiento de la industria musical internacional era algo real, por lo que el pelicyan incluso creyó que su decisión había sido completamente acertada.
Sí, tal vez el futuro sería algo próspero, no sólo para él, sino para lo demás, incluso podría agradecerle a Zico, por su jodida obstinación. Llevando la copa hacia sus labios, cerró los ojos para disfrutar la amargura en su paladar antes de que el licor bajara por su garganta.
En cuanto bajó la copa, Min se sintió mareado. No, eso debía ser una jodida cámara oculta o un puto espejismo.
Su ceño se frunció mientras el resonar de los zapatos del último de los invitados, más su acompañante se acercaban. Hoseok, el maldito Jung Hoseok caminaba con una sonrisa triunfante hacia ellos. Eso sí tenía que ser una broma de mal gusto, ¡¿de todos los malditos apellidados Jung tenía que estar relacionado sanguíneamente con el que controlara su futuro?! La jodida mente del pelirrojo estaba más atrofiada de lo que alguna vez creyó, ese tipo estaba enfermo.
Jimin iba tras el ex bailarín, con la mirada clavada en el suelo y los ojos sin brillo. La sangre del peliceleste hervía de rabia, y es que, si creía que él había dañado al pobre híbrido, con seguridad, Hoseok lo quebró de tal manera que sería imposible de reparar.
–Caballeros. – Doyoung habló con tranquilidad. – Por fin estamos todos. –
Hoseok mantuvo su mueca de superioridad reverenciando a modo de saludo a cada uno de los presentes, y el compositor pudo asegurar que prácticamente se acababa de reír de él en su cara.
–Mi hijo Hoseok comenzó a hacerse cargo de algunos departamentos, así que he decidido que sería muy bueno que iniciara con esta reunión. – Siguió Jung mayor. – Me disculpo porque haya venido con su híbrido, pero ustedes saben, a veces es mejor mantener un ojo sobre las bestias. –
Las risas resonando en la mesa asquearon a Yoongi, quien ya no ocultó su molestia, frunciendo notoriamente el ceño, ¿qué clase de gente era esa?
Hoseok y Jimin tomaron asiento frente a él, en silencio. El calicó no se atrevió a ver a nadie más que a la brillante vajilla sobre la mesa, en cambio el pelirrojo arqueó una ceja retando con la mirada al iracundo Min.
–Bueno, felicitaciones joven Jung. – Choi, el otro de los invitados le entregó una sonrisa al nombrado. – Por estar al mando al igual que los demás de su familia... y por poder adiestrar muy bien a su mascota, salud por eso. –
En cuanto los más viejos levantaron su copa, Yoongi supo que había cavado su propia tumba, sus propias decisiones no eran más que parte de un plan de alguien más, jamás sería dueño de su propio futuro. Tristemente, ya no había forma de disolver aquello, sería un error en su vida, y uno que le costaría mucho.
🐾🐾🐾🐾🐾
Namjoon había analizado cada una de las posibilidades a medida que continuaban avanzando en el camino, y por muchas alternativas que se le cruzaran por la mente, ninguna parecía ser algo completamente aceptable. La música de una radio aleatoria sonaba para amenizar el silencio que se había formado luego de la mini discusión del par en el asiento trasero. Por suerte Seokjin ya no se veía tan tenso, incluso sus orejas habían dejado aquel rojizo color.
El médico tuvo que dar la vuelta, aparcando no particularmente lejos del restaurante donde vieron entrar a Hoseok y Jimin, ¿qué harían ahí? ¿Desde cuándo Jung sacaba de paseo al calicó? Ah, le estaba dando dolor de cabeza todo eso. El de hombros anchos suspiró en cuanto apagó el motor del vehículo mirando a los menores por el retrovisor.
–Bien, supongo que tienen alguna idea de qué hacer, ¿no? – Preguntó hacia los híbridos.
El silencio se prolongó y sólo fue roto por la suave exhalación de Namjoon.
–Ahora es una situación más compleja de llevar. – Dijo el moreno.
Los adolescentes fruncieron el ceño, apretando sus puños con molestia, se sentían impotentes, ¿qué harían si sólo eran unos críos? ¿Habían tenido alguna oportunidad siquiera?
–Eso supuse. – Seokjin suspiró una vez más, quitándose el cinturón de seguridad. – Bájense. – Pronunció en un tono tranquilo. – Tata, ya no podrás pedirme un regalo de cumpleaños. – Y tras ello se bajó del auto.
El docente volteó su rostro hacia los menores para sonreírles con dulzura, mostrando sus hoyuelos.
–Es un restaurante algo costoso, así que tendrán que comportarse, pequeños. – Quitándose el cinturón, el otro adulto salió del vehículo.
Eso debía ser una mentira. Taehyung quedó con la boca ligeramente abierta ante aquello, ¿sus padres realmente pagarían una cena para cuatro en un sitio costoso sólo para que pudiesen ver a Jimin una vez más? Tenía ganas de gruñir de la emoción.
Jungkook por su parte, se mantuvo en silencio, desabrochando el cinturón de seguridad para bajarse. Su blanquecino rabo se sacudía con desespero. Nada de eso le gustaba, tenía que trabajar arduamente para poder pagarle todas las molestias a los señores Kim, y después de eso para poder mantener completamente bien a su gatito tricolor. Aún tenía que decírselo a Taehyung y aquello lo mareaba, su cuerpo ardía y el dolor regresaba.
Sólo un poco más. Todo pensaban igual a medida que caminaban hacia la recepción del local de comida.
A Seokjin no le importaba el dinero, tenía lo suficiente para eso, incluso se atrevería a discutir si es que requerían algún tipo de código de vestuario. A Namjoon no le importaba perder un poco la compostura con tal de defender los ideales de su esposo hasta que consiguiese una mesa. A los padres Kim no les importaba esforzarse siempre que fuese por los deseos de su hijo.
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I'm gonna bite you [ KookMin ]
Romantizm« Los gatos maullan. Los tigres rugen. ¿Y los conejos? Muerden. » || Hybrid AU! || Jimin Gato || Taehyung Tigre || Jungkook Conejo ♡ Fanfic KookMin ♡ Modificación de edades ♡ Mención del Vmin, Hopemin y Yoonmin ♡ Namjin como pareja secundaria...