Pequeños adultos

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Kim Namjoon y Kim Seokjin no se consideraban malos padres, claro, habían cometido uno que otro error, pero es que no hay tal cosa como un manual de perfecta crianza. Siempre existían dudas y por sobre todo, siempre estaba el deseo continuo de que su pequeño sufriera lo menos posible, es por ello que intentarían ayudar y guiarlo lo mejor que pudiesen.

¿Cómo iban a negarle algo cuando sabían que su dolor era real? ¿Cómo podían decirle que no, si sus lágrimas eran honestas?

El moreno suspiró mirando a su esposo, quien se encargaba de cepillar el cabello grisáceo de su hijo. Todo era demasiado complejo, se suponía que la situación había retornado a la normalidad, en teoría todo estaba bien, lástima que todo eso no era verdad.

–Entonces...– Namjoon comenzó a hablar, manteniendo su vista en el rostro afligido de su hijo. -- ¿Quieres ir con esta chica? –

–¡Por supuesto que iré, papá! ¡Kook me va a acompañar y traeremos a Chimchim! – El gruñido del menor no se hizo esperar, mientras que el docente pedía ayuda silenciosa a su pareja.

–Tata. – Habló por fin, Seokjin. -- ¿Cómo puedes estar tan seguro de que esta chica... Ayleen dice la verdad? –

– ¡Se llama Irene y es verdad lo que me dijo, papá! – Las cejas del tigre se juntaron en completo enojo, poniéndose de pie para enfrentar a sus padres. – ¡E incluso si fuera una trampa, iría! –

Oh, no.

El médico se puso de pie sólo para caminar hasta el sofá donde estaba sentado su marido, sentándose a su lado.

–Sabes que estás poniéndote en peligro, ¿verdad? – Namjoon se mantuvo sereno, con un tono tranquilo, para sostener una de las manos de su pareja, entrelazando sus dedos.

–¿Por qué harías algo tan riesgoso, Tata? – Realmente Jin había puesto todos sus esfuerzos en no sobre saltarse y cuestionar al menor.

–Porque estoy enamorado de Chimchim. – Su cola rayada se ondeaba con furia, no iba a dejar que menospreciaran sus emociones. Él adoraba a sus padres, pero no permitiría que ignorasen una vez más el amor que tenía hacia el otro felino. – Ustedes hicieron lo imposible para estar juntos, yo haré lo mismo por Chimchim. –

Y el de hombros anchos sólo pudo juntar sus labios en una línea, tomando con fuerza la mano de su amante.

–Campeón, sabes que te amamos con nuestra alma, ¿no es así? – Joon no esperó respuesta, sonriéndole con dulzura a su pequeño. – Porque eres mi hijo y te amo debo preguntarte esto... –Tomándose unos segundos, inhaló con profundidad. – Si Jimin no correspondiese tus sentimientos, ¿de todas formas irías con Irene ahora mismo? –

–Sí. – El peligris no titubeó ni un mísero segundo, manteniendo una expresión seria y sus redondeadas orejas ligeramente hacia atrás. – Amo tanto a mi Chimchim que estoy bien si él no me ama. Quiero que esté sano y salvo, para que yo pueda seguir amándolo a pesar de todo. –

El mayor de todos mordió su labio inferior conteniéndose, para que terminase por suspirar.

–Yo conduciré. – Pronunció por fin, Seokjin.

–Bien. – Los hoyuelos de Namjoon se asomaron en cuanto sonrió con completo orgullo. – Será mejor que comencemos a buscar en el Google Maps el recorrido más corto. – Le dio un beso a la mano de Jin antes de soltarla para así ponerse de pie. – Es momento de que nos digas nuestra parte en el plan, campeón. –

–Sí, pero ya sabes que no vamos a usar la violencia. – El de hombros anchos se pudo de pie también, cruzándose de brazos. – No me pagarán horas extras por atenderlos, par de torpes. –

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora