Capítulo 9| Pesadillas del pasado y del presente

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Estoy agotada, lo único que quiero es darme una ducha e irme a dormir, la discusión y convencer al Holden mayor drenó lo poco que me quedaba de energía, pero claro, como siempre las cosas nunca salen como uno las planea, estoy a punto de sacarme l...

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Estoy agotada, lo único que quiero es darme una ducha e irme a dormir, la discusión y convencer al Holden mayor drenó lo poco que me quedaba de energía, pero claro, como siempre las cosas nunca salen como uno las planea, estoy a punto de sacarme los pantalones cuando mi hermano se le ocurre irrumpir en mi habitación

—¡Oye! ¡Estaba a punto de sacarme la ropa! ¿No sabes tocar acaso? —digo molesta mientras le tiro una almohada.

—Qué bueno que no alcanzaste porque... —Me mira y hace una mueca—. Qué asco.

Le lanzo una segunda almohada que ataja, odio sus buenos reflejos.

—¿Qué quieres? —pregunto mientras me siento en la cama.

—Lo sabes, háblame —Se ve serio mientras se sienta junto a mí en la cama.

Claro que lo sé, esperaba esta conversación desde que decidí hablar hace un rato.

—No pude evitar pensar en Maddie, en Elena, en lo que vivieron y en lo que... en lo que yo pude haber terminado también, o incluso peor —balbuceo mirando el suelo.

—Lara... Nosotros jamás lo hubiésemos permitido, no habríamos descansado hasta encontrarte —dice abrazándome.

Después de mucho investigar descubrimos que la persona que me había estado siguiendo no estaba solo, era una organización a la que le estaban pagando, alguien me quería, viva. Cuando me mudé a California tuve paranoia los primeros años, luego tomé terapia, lo que ayudó bastante.

Allá no pasó nada fuera de lo común, y ahora que estoy de vuelta en Londres tampoco, y espero que siga así, aunque sé que mi familia aún no olvida el asunto y siguen haciendo investigaciones, lo que me tranquiliza.

—Lo sé —murmuro sobre su hombro—. Es por eso, si es lo que sospecho, no puedo dejarla ahí y solo irme ¿Me entiendes, verdad?

Lo observo, tiene una barba cuidada y su cabello rubio casi hasta los hombros.

—Sí, sí, lo entiendo. —Se separa, revolviendo mi cabello.

—Por cierto, tú también le gustaste, me di cuenta —digo con una pequeña risa, me tira de vuelta la almohada y se va hasta la puerta, donde se detiene.

—No escuché su nombre.

Reprimo otra sonrisa antes de responder—. Alika.

—Alika —repite—. ¿Cómo se escribe eso?

—Si quieres puntos con ella, más vale que lo averigües por tu cuenta.

Me muestra el dedo corazón antes de, esta vez, irse.

Me quito el maquillaje y me doy una ducha, donde no puedo evitar recordar lo que pasó luego terminar show, no puede ser solo fruto de mi imaginación.

Cuando lo vio, todo su cuerpo se tensó, y en la conversación que escuche el miedo en su voz fue inconfundible y tan profundo que me hizo traer de regreso recuerdos que me ha costado años encerrar al fondo de mi cabeza.

We Have Always Been (WHAB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora