Capítulo 5| Desaparecer a un Noble

4.2K 350 58
                                    

Me esfuerzo en que mi expresión no refleje  el dolor punzante que se esparce por mi pecho ante sus palabras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me esfuerzo en que mi expresión no refleje el dolor punzante que se esparce por mi pecho ante sus palabras.

—Es bueno saberlo —digo bajándome de la mesa—. Gracias por el té.

Lo escucho llamarme, pero lo ignoro y sigo caminando sin mirar atrás. Entro a la habitación donde Will y yo estamos trabajando.

Debo concentrarme en lo que importa, no en mis estúpidos emociones.

—¿Monto?

—Setecientos mil dólares, seiscientos cuatro mil euros y todavía no llego a las libras —responde sin mirarme.

Y esos solo era los años 2017 y 2018.

—Ha robado por más tiempo del que creí —contesto—. No creo que haya gastado todo ese dinero.

—Yo tampoco —niega con la cabeza—. ¿Lo habrá invertido?

—O apostado —sugiero—. Voy con Derek.

—Suerte si con el trabajo que tu padre le asignó te hace caso.

—Derek siempre me hace caso —le sonrío antes de salir de la habitación otra vez e ir con mi primo a su escondite en el sótano.

Al que no dejaba entrar a nadie, ni siquiera a Lydia. Por lo que toco la puerta sin molestarme en tratar de abrir.

—No sé quién eres, tampoco me interesa, largo, estoy ocupado —es su respuesta al otro lado.

—¡Dee–dee, es urgente! —le grito de vuelta—. Necesito que rastrees unos movimientos bancarios.

—¡Estoy rastreando los movimientos bancarios de toda la organización, Lara!

—Es sobre David —agrego, intentando convencerlo—. Nos ha robado mucho dinero y con Will creemos que pudo haberlo invertido.

Unos ruidos extraños al otro lado me hacen fruncir el ceño, pero luego la puerta se abre dejando ver al pobre de mi primo viéndose tan mal como yo me sentía ahora mismo.

Aunque por motivos diferentes, puedo apostar.

—¿De cuánto estamos hablando?

—Millones entre euros, dólares y libras. Sin embargo, no descartaría que lo haya cambiado todo a otra moneda para que no lo rastreáramos. A menos que lo haya perdido en algún casino, en ese caso tendremos que darlo por perdido.

Se acomoda los lentes, antes de suspirar.

—¿Por qué solo vienes a dejarme más trabajo?

—También un té —digo entregándole mi taza.

No podría beberlo aunque quisiera.

—Prefiero el café —me responde, pero le da un sorbo a la bebida caliente de todas formas.

We Have Always Been (WHAB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora