Hace treinta años...
—... Y no pude dejarlas ahí. —Me había perdido en la mitad de la conversación que tenía con Brian y Álvaro.
Tuve que haber escuchado mal, él no hizo lo que dice que hizo ¿Verdad?
—¿Qué hiciste qué? —cuestioné.
Habíamos enviado a Álvaro hasta América a convencer a la mafia Húngara que estaba establecida allá de que una tregua sería una buena idea, no a que se fuese hacer el maldito superhéroe.
—Las compré, las traje y quiero ayudarlas. —Resumió en una corta frase lo había hecho, maldito sea el corazón demasiado blando de este hombre.
—Y nosotros somos qué ¿Una fundación de ayuda al prójimo? —pregunté sarcásticamente, Álvaro me sonrió viéndose más joven de lo que era.
—Mira, corazón de hielo, incluso tú, no habrías podido no ayudarlas.
Refregué mi rostro con las palmas de mis manos, ya estaba hecho, no podía hacer más, no podía devolverlas ¿O sí?
—¿Me imagino que al menos podemos estar seguros de que no son infiltradas o algo, verdad? —No me gustaban demasiado las personas en general, menos los recién aparecidos, con suerte Brian y Álvaro me agradaban, prácticamente había crecido con ellos a fin de cuentas.
—No, no son nada de eso, Caden ya, por favor, confía en mí.
Resoplé, asintiendo, no me quedaba otra opción.
—¿Dónde están ahora? —preguntó Brian.
—Le pedí a una de las mucamas que las llevara a una habitación, pero seguro bajan a comer.
—¿Cuáles son sus nombres? —continuó.
Ya estábamos saliendo del despacho, iba adelante, escuchando la conversación de los hermanos.
—Magdalene y Elena, Maddie es tranquila, a ella fue a la que conocí primero, Elena... Bueno, ella es especial...—No terminó la oración porque ya habíamos llegado hasta el comedor, donde se encontraba una rubia a un lado de la mesa, ojos azules, atractiva, no iba a negarlo.
—Maddie, hola ¿Están bien? ¿La habitación...?
—Todo es más de lo que nos pudimos imaginar cuando nos dijiste que nos ayudarías. —Se acercó hasta él, dándole un pequeño abrazo—. Muchas gracias.
Ambos se quedaron mirando luego de separarse un poco, incómodo me aclare la garganta.
—Sí, déjame presentarte —Terminaron de separarse y él sacudió la cabeza—. Él es Brian, mi hermano. —Apuntó al otro Farrell a mi lado— Y él es Caden Holden, nuestro socio.
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We Have Always Been (WHAB #1)
De TodoElara Farrell y Adrian Holden. Dos de los herederos de una poderosa asociación criminal británica. Aunque se conocen desde niños, terminaron por crecer lejos el uno del otro, por crueles razones. Cuando se vuelven a encontrar dicen odiarse. Ambos es...