Capítulo 13| Intrusos

3.9K 294 70
                                    

Al regresar a mi habitación mis movimientos son mecánicos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al regresar a mi habitación mis movimientos son mecánicos. Una mezcla entre incredulidad y éxtasis aprieta mi pecho.

Después de ver como mi madre pudo haber muerto, decidí que no huiría más. Sin embargo, el miedo arremetió de nuevo cuando intentaron atacar a Elena. De repente no era Caden Holden quien estaba furioso y desesperado porque la persona más importante de su vida pudo haber sido arrebatada frente a sus narices.

Era yo.

Esa ira me aterró. Estaba más allá de cualquier descontrol que pude sentir en el pasado al verme indefensa. Por un segundo, me hizo desear no sentir todas esas emociones cálidas que me llenan cada que veo a Adrian.

Esa debilidad por él.

Pero fue en vano, sé que, yo jamás podría mirarlo y no sentir nada.

El de esta noche fue mi último intento de alejarme de él. La última vez que me escudo en una pelea absurda para marcar una distancia entre nosotros y protegerme a mí misma.

Me dejo caer sobre la cama tocando mis labios, donde la sensación de los suyos todavía persiste. Lo besé y fue como lanzarse de un acantilado. Del que todavía estoy cayendo.

Y a pesar de todo lo que eso significa, no me arrepiento de ni siquiera un segundo. Porque no puedo seguir viviendo a medias. No puedo dejar que el miedo me siga privando de las cosas que en secreto he anhelado.

Perdida en mis pensamientos, casi no siento el golpe en la puerta. Él no espera mi respuesta para abrirla y entrar. Trae un plato con fruta en una mano que deja sobre la mesa de noche antes de sentarse a mi lado.

Me incorporo quedando a su altura.

—Hola —murmura cerca de mis labios.

—Hola —respondo.

Entrelaza nuestros dedos lo que me provoca un temblor.

—¿Qué pasa? —pregunta.

—No lo sé —digo—. Crecimos juntos, luego me fui, y al regresar fue como si nada hubiese cambiado, pero ahora... no sé como comportarme o que decir... Es un poco raro.

Adrian ladea su cabeza, analizándome.

—¿Estás avergonzada? —pregunta con un toque de diversión.

—¿Yo? —niego con la cabeza—. No, claro que no.

—Claro que sí —sonríe—. Estás sonrojándote.

—¿Qué? No —protesto cubriendo mi rostro con mis manos.

Él intenta quitarlas, pero no lo permito, lucha que termina con ambos sobre la cama, cara a cara. Con mis manos en las suyas.

—Desde niños siempre estabas sonrojada a mi alrededor, creía que era por enfado, pero ahora...

—Era por enfado —lo corto—. Ahora también es por enfado.

We Have Always Been (WHAB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora