—¿Me dirás que es lo que pasa? —La voz de Josh me sobresalta—. No has hablado en todo el camino.
Claro que no había hablado, mi cabeza está matándome, igual que el dolor en mi pecho.
Hace unos minutos había culpado a la imagen de Madeline besando a Adrian –aunque fuera en la mejilla–, y nuestra discusión. Sin embargo, no ha menguado ni siquiera un poco.
Estacionamos en los límites de la ciudad, donde cinco camiones de carga nos esperan para inventariar antes de enviarlos a lugares específicos, y esa tarea luego de las últimas filtraciones recae en nosotros.
—No pasa nada.
—Estás pálida. Y no has dejado de temblar en todo el camino —señala mis manos con la mirada—. Si no supiera mejor diría que te tomaste una taza de café extra grande.
—¿Por qué haría eso? ¿Acaso tengo cara de estúpida?
Mi intolerancia a la cafeína es un secreto a voces dentro de la familia, al igual que las desagradables consecuencias.
Que, de hecho, se parecen bastante a lo que estaba sintiendo ahora.
—Bueno... —me observa—. A veces.
—¡Joshua! —lo golpeo en el hombro.
—Trato de distraerte ¿Y así es como me pagas? —se queja.
—No necesito distracciones.
—Si sabes que la discusión que tuvieron tú y tu novio fue bastante pública ¿Verdad?
—No sé si todavía es mi novio —murmuro sin poder detenerme.
Lo último que dijo no sale de mi cabeza.
—Llámalo y pregúntale —responde con simpleza.
—¿Estás loco? No puedo hacer eso.
—¿Por qué no? —inquiere—. ¿Por orgullo?
—Es tan buen argumento como cualquier otro —respondo cruzándome de brazos.
—¿Incluso cuando se trata de él?
Josh abre la puerta del carro para bajar, y me mira antes de cerrarla.
»Mamá me contó de tu sorpresa de cumpleaños, piensa que él te siguió, quien sabe donde, sin hacer preguntas, confiando plenamente en ti.
«Tiene un punto»
Adrian quería reciprocidad, y yo no fui capaz de dársela.
—Tú ganas —admito a regañadientes—. Voy a llamarlo.
—Bien. —Va a irse, pero vuelve a retroceder—. Ten en cuenta que está en un encargo ahora, si no te responde no lo uses como excusa para no solucionar las cosas. No puedes borrar el pasado de una persona, Lara, tú eres su presente. Y su futuro. Eso es lo único que importa.
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We Have Always Been (WHAB #1)
De TodoElara Farrell y Adrian Holden. Dos de los herederos de una poderosa asociación criminal británica. Aunque se conocen desde niños, terminaron por crecer lejos el uno del otro, por crueles razones. Cuando se vuelven a encontrar dicen odiarse. Ambos es...