Aroma a gasolina... Nafta... Y a zorra.
Ya era un poco inevitable para Jinyoung entrar a la casa de Jaebeom y encontrarse con distintos tipos de aromas mezclados al suyo. Su omega interno quiso chillar y tapar sus fosas nasales cada que pasaban estas cosas. Siempre le disgustaba al punto que se volvía tan o más pesado que el trabajo que ocupaba en ventilar el lugar para que todas esas feromonas se fueran y volviera a ser mínimamente un hogar más que un motel de mala muerte.
Las promociones estaban en puerta, en menos de dos semanas estarían atareados hasta la cabeza con cosas que hacer y lugares a los que ir. JYP tenía la condición que para mejor rendimiento de sus empleados, siempre se daba una semana antes de los trabajos duros, evitando de cualquier forma algún problema físico o un desgarre, también descartaba posibilidades de celo en medio del horario laboral programado al dar a cada uno un tiempo adecuado para saciar sus necesidades fisiológicas y someterse luego a un tratamiento para el retraso de su periodo; todo bajo un control minucioso de un medico experto y reconocido en el tema.
Y aunque puede que sonara anti natural o doloroso, Jinyoung comenzó a pensar que era una gran idea que revolucionaba al mundo en estos días. No solo evita que los idols omegas afecten a sus compañeros en medio de promociones o giras, sino que también logra controlar las hormonas de los alfas al estar cerca de tantos aromas que podrían llegar a ser tentadores y a disparar con ello un celo sorpresivo.
El plan es bastante riguroso y efectivo, solo que a veces existían chicos como Jaebeom que arruinaban hasta lo más perfecto.
Dale libertad a un perro sin adiestrar y lo único que conseguirás son dolores de cabeza junto a un gran desastre.
Cerrando la puerta y mirando el lugar, recorrió el suelo del living con los ojos. Prendas de vestir femeninas y varias masculinas estaban regadas por toda el área. Al parecer alguien si había tenido una guerra ahí y no había reparado siquiera a llegar al cuarto. Lo confirmaba aun más cuando vio que en el medio del sofá y en el suelo se encontraban un paquete de condones abierto.
Jinyoung rodo un poco sus ojos, dándole el crédito de que al menos el imbécil de su representado se cuidaba y preservaba de enfermedades, porque con tantos cuerpos que su pene había profanado quien sospecharía la cantidad de bichos que podría tener si eso no ocurría.
Siguiendo el olor de la sala, miro hacia las escaleras que estaban justamente por detrás de él, a un costado izquierdo de la puerta principal. Jinyoung masajeo un segundo su entrecejo para pensar y armarse una imagen en su cabeza para no vomitar al llegar a donde sabía que se encontraban. Saber que estuvieron haciendo en este lugar era suficiente como para que su estomago se contrajera y quisiera devolver su cena.
Con calma, sin ningún apuro a decir verdad, camino primero a la cocina por un jarrón de agua fría, lo lleno hasta su tope y con él camino con mucho cuidado de no derramar nada por las escaleras. Subió uno a uno los escalones, guiado por la fluidez de los aromas que marcaban el camino y lo llevaban al mismo sitio de siempre; el cuarto de invitados, a aquella habitación que se había transformado en el hotel de mala muerte del alfa.
Abrió la puerta con mucho cuidado de no generar ningún ruido, asomo su cabeza por la abertura mínima que creo entre el marco de madera y la tabla, mirando dentro del cuarto para dar con el único mueble importante del lugar. La cama king zide estaba distendida, el gran edredón gris tirado en el piso y encima del colchón dos cuerpos desnudos cubiertos por una sábana blanca.
Jinyoung lucho internamente por no comenzar a insultarlos.
No solo porque estaba enojado porque la misma mujer del escándalo estaba aun ahí y con eso recordaba mucho mas el regaño de sus padres hace un rato. No, también estaba furioso porque se suponía que eso había ocurrido un sábado por la noche y hoy era lunes. Eran precisamente las diez de la noche y esos dos aun estaban desnudos como si nada, durmiendo desde que sabe qué hora.
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BE MY ALPHA
Fanfiction¨Las mentiras tienen patas cortas.¨ Cinco años llevando una farsa, y todo se derrumba por culpa del estúpido de mi jefe. Si el maldito pudiera mantener su pene dentro de sus pantalones por mas de una semana, esto no estaría pasando. ¨-Estamos cansa...