Si algo en su vida nunca creía poder tener era el privilegio de ver a Jinyoung desnudo, a su lado y con sus brazos alrededor de su cuerpo mientras descansaban. La expresión del hombre sobre su pecho era el claro ejemplo de la palabra paz. Sus labios regordetes, rosas y algo hinchados luego de sesiones intensas de besos, estaban entre abiertos mientras el aire caliente salía de ellos con un ligero sonido. No eran ronquidos, pero a Jaebeom ese tipo de suspiros le recordaba a sus gatos cuando se acurrucaban y ronroneaban.
Jinyoung de alguna manera le hacía pensar que era una especie de gato bebé que necesitaba de su calor y su compañía para dormir. Ya podía imaginarlo con unas orejas y su corazón se enternecía mientras que su mente solo le gritaba que estaba un poco enfermo por andar teniendo ese tipo de pensamientos a tan tempranas horas de salido el sol.
Por las ventanas se filtraban los primeros rayos de sol del amanecer y gracias a que uno de ellos había caído fijo sobre su cara es que se había despertado en su intento por recuperar las energías que había consumido. Jaebeom no pudo estar más enojado con el clima al no haber sido una mañana nublosa para permitirle que lo dejaran dormir un poco más.
Su cuerpo estaba algo rígido, parte de sus músculos estaban tensos y los rasguños en su piel comenzaban a cobrarle pase al hacerse sentir cada vez más, lo cual se volvía algo molesto. Deseaba tanto un baño de agua fría en esos momentos, pero el aroma de Jinyoung estaba encima suyo y eso de cierta forma hacia que su alfa se mantuviera tranquilo, sereno mientras que se acurrucaba como un cachorro necesitado del calor de su madre.
No podía y tampoco quería cortar esa sensación que nunca antes había sentido.
-Solo una persona es la indicada, hijo. Tú lo sabrás cuando el mundo desaparezca para ti y solo quieras quedarte a su lado, rodeado de su aroma.
-¿Estas diciéndome eso solo para consolarme? Porque te informo que eso no está funcionando, mamá.
La mujer soltó una suave risa mientras se acercaba a tomar asiento al lado de su hijo de 13 años, quien recientemente había terminado su primera relación de un año con una omega dos años mayor que él, quien lo dejo solo por el hecho de ser nuevo en todo eso de relaciones sexuales.
No había sido la mejor primera vez para el alfa. Ella había sido comprensiva, pero al terminar el encuentro y luego de una semana decidieron terminar por el hecho de no haberse corrido.
Si, por eso. Jaebeom aun creía que era algo injusto que su novia no entendiera que para muchos, no solo a él, la primera vez siempre duraba menos de lo esperado. Eso no era algo que no se pudiera arreglar con la práctica, pero ella decidió que era mejor el capitán de futbol de la secundaria, que él y por eso decidió no perder el tiempo.
¿Y si su orgullo había sido herido? Sin duda.
¿Y si se sentía triste? Un poco. Su primera novia, la única que le gusto de enserio lo había dejado y todo por ser un maldito virgen precoz. ¿Cómo no iba a estar mal? ¿Cómo no iba a querer aparecerse en la escuela sabiendo que ella se pavoneaba tan fácil por ahí con aires de haberlo superado?
Claro, él podría haberlo hecho también. Digo, era el capitán del equipo de Básquet y mujeres no le faltaban, pero la única para sus ojos se había ido, Se había alejado y él aun creía que podrían haber sido para siempre si solo se hubieran propuesto superar esto como era debido.
-¿Estás seguro que sentías amor de verdad por esa chica?
-¿A qué te refieres?
-Cuando la traías a casa, siendo sincera, yo solo observaba que era como una omega mas para ti. –Se encogió de hombros ante la atenta mirada de su hijo.- Si hubieras tenido esa mirada, quizá podría entender tus berrinches. Pero no la tenias, así que sé que estarás bien.
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BE MY ALPHA
Fanfiction¨Las mentiras tienen patas cortas.¨ Cinco años llevando una farsa, y todo se derrumba por culpa del estúpido de mi jefe. Si el maldito pudiera mantener su pene dentro de sus pantalones por mas de una semana, esto no estaría pasando. ¨-Estamos cansa...