-Jinyoung, escúchame. Debes ir a un medico. –Por cuarta vez Jackson estaba implorando a su amigo.
Luego de comer algo, decidió llevar a Jinyoung hasta su auto, porque consideraba una locura dejar que este se pusiera frente a un volante en ese estado de miedo y pánico. También pensó que era una idiotez el no ir a un centro médico para ver sobre la herida y averiguar si había una solución para ella
¡Podrían arreglarlo! Solo necesitaban ir y quitarse las dudas, pero el castaño no quería saber nada de eso. Varias veces amenazo con salirse del auto en pleno movimiento si Jackson lo llevaba a un médico, lo que demostraba que no tenía nada que perder y que no le importaba arriesgar la vida en ello si podía evitar no ver a nadie más en ese estado; ya se había humillado suficiente al recurrir al alfa.
Jackson era bueno, no lo presiono nunca y entendió que el mejor lugar para él era en una cama, encerrado en un cuarto. Al principio Jinyoung sugirió que lo llevara a un hotel, pero su idea fue rechazada y remplazada por la casa del alfa, quien muy gentil lo invito. Si días atrás alguien le hubiera dicho al castaño que su primera vez en el cuarto de su amigo seria en esta situación, donde lloraba y sufría por una mordida en su cuello, estaba muy seguro de que se carcajearía.
¿Él siendo mordido por alguien? ¿Él compartiendo un lazo? Ja, realmente se reiría hasta que su panza doliera. Habría sido todo muy diferente al dolor físico que sentía ahora, ya que mientras esa marca ardía, su corazón se destrozaba y parte de su alma se marchitaba. Ya no sentía que valiera la pena respirar, ni siquiera se creía que era él quien estaba pasando todas estas cosas y lloraban cubierto por una manta.
Hasta pensaba que era otra persona y aquel Jinyoung seguro de sí mismo estaba por ahí, vagando en las afueras de la ciudad. Con ese pensamiento se consolaba, porque al ponerlo de esa forma siempre podría imaginarse a él sonriendo y disfrutando de la tranquilidad, de la libertad. Si solo se olvidaba un momento de Jaebeom, aun recordaba cómo se sitio alguna vez tener el poder de elegir tu camino y destino.
En su imaginación seguía siendo un omega diferente.
-No vale la pena ir, Jackson.- Susurro aun oculto y con la cabeza hundida en la almohada con aroma a su amigo, cosa que lo ponía triste. Odiaba sentirse así, pero era inevitable, su mente había sido perturbada y su alma, su omega, había sido corrompido por cierto animal salvaje que lo había reclamado.
-No digas eso. ¡Debe haber una forma para ayudarte!- Exclamo, tratando a fuerza de que su amigo entrara en razón.- No sé, quizá puedan venir a verte y saber que tan enlazado estas con...- Se cayó. No dijo el nombre porque sabía que decirlo solo causaría más sufrimiento en su amigo. No quería verlo llorar, si era posible Jackson solo desearía poder golpear a aquel alfa y librarle todo el dolor que contenía Jinyoung. Aunque sabía que era un deseo inútil, porque no sirve de nada entrar en una pelea por un omega enlazado, pero no podía evitar pensar en que el dolor que sentía el otro era el suyo también y que haría todo lo que estuviera en sus manos para que se desvaneciera.- Jinyoung...- Suspiro.- Quiero que alguien te vea, por favor. Si encontramos alguna forma, si la hay, podemos intentarlo. Yo te ayudare.
-¿¡Y qué demonios quieres que les diga!?- Enojado, Jinyoung descubrió su rostro y enfrento al alfa.- ¿¡Que me marcaron porque confié en alguien!? ¿¡Quieres que les cuente de paso porque me acosté con él!? – Grito mientras las lágrimas caían de sus ojos.- Seria más fácil contarles un chiste, al menos así se reirán de otra cosa que no sea de mí.
Enojado, el omega intento ponerse de pie, se destapo y quiso salirse de ese cuarto, pero Jackson rápidamente lo retuvo, obligándolo a quedarse en la cama. En ese estado, lleno de aromas fuertes y con las emociones a flor de piel, nada podría salir bien. Si dejaba ir a Jinyoung, lo más probable era que estuviera preocupado todo el tiempo, por no decir que sentiría inmensa culpa y desesperación de que en cualquier momento alguien llamara para darle alguna mala noticia.
ESTÁS LEYENDO
BE MY ALPHA
Fanfiction¨Las mentiras tienen patas cortas.¨ Cinco años llevando una farsa, y todo se derrumba por culpa del estúpido de mi jefe. Si el maldito pudiera mantener su pene dentro de sus pantalones por mas de una semana, esto no estaría pasando. ¨-Estamos cansa...