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-Te dije que no era necesario que vinieras, mamá.- El alfa continuo reclamando mientras que abría la puerta de vidrio y la empujaba para mantenerla abierta mientras ingresaba las bolsas de comestibles que su madre le había obligado a comprar

Bebidas, verduras, fruta, pescado, pollo, cosas saludables que según la querida mujer decía que él necesitaría para mantenerse fuerte y saludable. Lo peor es que ya Jinyoung había hecho las compras, así que al traer esto Jaebeom sospechaba que podrían alimentar un batallón. No sabía si agradecer a su madre o enojarse porque tendría que hacer una cena monumental con muchas personas para que se acabaran todo lo que tenían antes de marcharse.

En particular no le gustaba desperdiciar la comida, así que tendría que pensar en que cosas dejaría para ellos y cuales otra compartiría con la familia de Jinyoung cuando estos vinieran a comer.

Por ahora debía ocuparse de su madre, y agradecía que la casa estuviera en silencio, ya que significo que el menor no se encontraba ahí. También estaba feliz de que este abriera las ventanas y dejara que el aire corriera para eliminar todas los aromas. Al menos no tendría que explicarle a su madre porque el aroma de su hijo y el de un omega estaba tan intenso en todas las partes de la casa.

-Sigo diciendo que esto no es necesario.- Acoto, viendo como su madre ingresaba con las demás cosas mientras él seguía sosteniendo la puerta.

- No empieces. Ya tuvimos esta charla de camino aquí.- Regaño, tirando las bolsas de comestibles encima de la mesada de la cocina. Resignado, Jaebeom cerró la puerta y se encamino también a aquel sitio para dejar las otras cinco bolsas.- Voy a cocinar la cena para mi cachorro ¿Qué hay de malo con eso?

-Jinyoung también está aquí ¿No crees que será incomodo para él?

-¿Incomodo? – Su pregunta sonó a que se sentía ofendida.- ¿Qué una madre venga a consentir a su hijo es incomodo? Ni que fuera tu omega para sentirse presionado. –Rodo los ojos antes de caminar a la primera bolsa y buscar en ella el pollo. Estaba segura de haberlo puesto en la primera bolsa, y mientras lo buscaba se dio cuenta de un detalle que la hizo detener su acciones, volviendo a mirar a su hijo delante suyo.- Espera ¿Es tu omega, cierto?

-¿¡Que!? ¡No! ¡No es eso!- Miro a los costados como si las paredes pudieran escuchar, rápidamente se acerco luego a su madre para susurrar.- ¿De dónde sacas que puede ser mi pareja? Dios, no lo menciones en voz alta.

-¿Qué? No tiene nada de malo.- Se defendió, encogiendo sus hombros.- Tu estas en edad de buscarte una pareja, él es un omega que, según tú, no tiene un alfa ¿No es normal que pueda pasar que se gusten luego de convivir tanto tiempo?

-Nunca nos hemos mirado de otra manera, mamá. Solo trabajo, y agradecería que no mencionaras ese tipo de cosas cuando él esté presente.- Suplico.

Jaebeom conocía a su madre, y no es como si ella lo obligara a buscarse un omega, pero tenia el presentimiento de que al ver al mayor, algún comentario de las parejas destinadas, o todo el cuento que había escuchado de niño, saldría a flote como un tema de conversación. Enserio él deseaba ahorrarse esa vergüenza. Si pudiera, también quería evitarle eso a Jinyoung.

Lo que le recordó... ¿Dónde estaba su manager?

La última vez que lo vio fue esas mañana y no es que se halagara, pero tenía la sospecha que Jinyoung no podría salir de la cama tan fácil luego de haber pasado tres días completos sin la necesidad de moverse. Bueno, si se había movido pero no precisamente para caminar mucho tiempo. Lo que llevo a que sus recuerdos contaran como había pasado el celo del omega follando en todas las superficies y le pareció hasta un poco vergonzoso que en la misma mesada que su madre estaba por cocinar, él tiempo atrás tuvo el cuerpo desnudo de aquel hombre, gimiendo e implorando porque lo anudara.

BE MY ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora