Capítulo 3: La Vida del Gangster (2)

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—Bueno —dijo Benito—, ya eres oficialmente un associato de la familia. Es hora de llevarte a uno de nuestros bares, donde conocerás al resto de tus camaradas y a tu jefe asignado.

—¿Acaso no será Pietro mi jefe? ¿Y tú? —cuestionaba Jon con fastidio.

—Pietro no. Yo sí, pero soy un superior. Te explicaré todo en el bar, andando.

Benito hizo una seña al grandullón que se había incorporado con dificultad luego de ser enviado a volar por Jon. El soldato, Benito, Pietro y Jon se dirigieron a la camioneta.

—Tú lleva esto al cuartel, nosotros iremos al Gli amici —Ordenaba Benito al soldato grandullón. El hombre asintió con la cabeza y se puso en marcha con la camioneta que llevaba las armas.

Benito, Pietro y Jon subieron a otro coche donde esperaba otro soldato y fueron llevados al bar.


                                                                ♦ ♦ ♦


En el estacionamiento donde había sucedido la desastrosa prueba de los reclutas, se encontraban un grupo de policías metropolitanos y paramédicos, además de dos ambulancias y dos móviles policiales. Los cuerpos de los cuatro reclutas asesinados estaban metidos en sacos negros cerrados y tres de los albaneses estaban siendo asistidos y llevados en ambulancias. El albanés restante, el único que no había sido cortado por Jon y cuyo rostro estaba ahora descubierto, era interrogado por una joven policía. La oficial parecía tener dificultad para hablar con el delincuente. Otro oficial se acercó a la joven.

—Es inútil, Nuiana. Estos tipos no hablan nuestro idioma.

—Maldición —respondió Nuiana—. Otra vez nos encontramos con un desastre, y otra vez no podemos hacer nada. ¿Qué deberíamos hacer, Seiji?

—Bueno, me siento igual que tú. Hablemos con la jefa y tomemos el caso, así podremos encargarnos.

—Estoy de acuerdo. Al parecer los responsables son de la Cosa Nostra. Era de esperar, son los que controlan todo el Distrito 11.

—Maldición, juró que acabaré con esos bastardos —dijo Seiji alterado.

Esta pareja de policías eran ambos de origen extranjero. Nuiana era una joven cabo de veinticuatro años, quién había viajado hacía doce años a Neoccidente con sus padres desde un país del lejano norte conocido como Tierra Verde. Aunque ese era el nombre que le habían dado sus colonizadores de Escandinavia, ella provenía de la tribu nativa del lugar. Era una hábil cazadora, y como tal, tenía buenas habilidades de puntería y de sigilo. También era muy bonita, con una larga cabellera negra lacia y grandes ojos azules. Sin embargo, tenía baja estatura y a menudo era confundida con una menor de edad.

Por su parte, Seiji Watanabe era un sargento de veintinueve años que había venido de pequeño, también con su familia, desde el Imperio del Sol Naciente. Esta era la nación más alejada de Neoccidente, ubicada en el extremo oriente del Mundo Exterior. Se trataba del mismo país de donde provenía la rama del abuelo paterno de Ringo, y de la cual heredó sus artes marciales. Seiji era un hombre temerario, quién arriesgaba su vida siempre que un peligro se le presentaba. Si bien con sus cercanos era muy cariñoso -como con Nuiana-, a su vez también era desconfiado con desconocidos. Tenía un cuerpo muy tonificado y una cicatriz muy visible en su cara, que le cubría desde el párpado izquierdo hasta el mentón. Su pelo era negro, algo largo y alborotado. También era un luchador profesional de judo, un arte marcial de su tierra natal, y además sabía utilizar muchos tipos de armas.

Odisea de Clanes | Volumen 1 - Primera Odisea en IneriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora