Capítulo 5: La Vida del Gangster (4)

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Segundos antes, Jon y Seiji combatían cuerpo a cuerpo en el callejón. Luego de intercambiar varios golpes, Jon le lanzó una patada a la cara que fue bloqueada por Seiji con dificultad. Jon tomó la tapa de un bote de basura y la usó cómo escudo ante un furioso Seiji que comenzó a lanzar puñetazos a lo loco.

—Parece que sabes boxear, eh —decía Jon mientras mirada la abollada tapa.

—No es lo único que sé, gangster.

En ese momento, Seiji tomó a Jon por el cuello de su camisa con su mano derecha, y dando un pequeño giro, colocó su brazo izquierdo por detrás del hombro izquierdo de Jon. Seiji realizó el giro completo y, mientras gritaba con furia, lanzó violentamente a Jon contra el suelo, quién recibió un fuerte impacto en la espalda.

Jon enseguida se sentó y tosió saliva.

—Eso fue una llave básica de judo. Te mostraré todas las que quieras.

Seiji estaba en lo cierto, era sólo una técnica básica. Pero aplicada por este hombre con tal fuerza, para Jon había resultado una técnica muy peligrosa. En ese momento se oyeron algunos disparos que provenían del tiroteo entre los gangsters y los oficiales. Jon se percató de que no podía seguir perdiendo el tiempo con su oponente. Tenía que acabar cuanto antes y ayudar a sus camaradas, ya que además podrían llegar refuerzos en cualquier momento.

—Terminemos con esto —decía Jon mientras se ponía de pie.

—¡¡Ven aquí!! —gritaba un emocionado Seiji.

Jon corrió hacia Seiji y lo tomó del hombro con la mano izquierda, presionándolo con sus dedos. Seiji recibió una extraña sensación en los nervios que le debilitó las rodillas y sintió que no podía moverse con facilidad. No tuvo tiempo de reaccionar, ya que Jon estaba preparando un golpe con la mano derecha, colocándola hacia atrás y con la palma abierta. Seiji apretó los dientes esperando recibir el golpe de lleno, no había tiempo de evitarlo.

¡¡"Trunk Wave"!! —exclamó Jon.

La palma de su mano derecha impactó con enorme fuerza y profundidad en el estómago de Seiji, quién se desplazó unos tres metros hacia atrás, manteniéndose de pie. El golpe había generado una onda de choque que pareció pasar a través del oficial. Al frenar, escupió una considerable cantidad de sangre y se arrodilló agonizando.

—Esta técnica la aprendí hace unos diez años. Fue pasada de generación en generación por mis antepasados del lejano oriente. Supongo que tenemos eso en común, teniendo en cuenta tus rasgos y esas técnicas de judo.

—¿Qué hay de ese nombre? —decía Seiji en tono de burla, sonriendo forzosamente.

—Bueno, al concentrar la energía en la palma de la mano y liberarla a la vez de un golpe, se produce una onda de impacto comparable a la de un tronco de un árbol talado. Te lo puedo asegurar, ya que cuando mi tío me enseño esta técnica me hizo recibir el golpe de un tronco. Diría que el mío es comparable al de uno de dos metros de largo, de diámetro de treinta centímetros y yendo a unos cinco metros por segundo. Olvídalo, ese ataque hasta el día de hoy sólo lo han soportado mi tío y un problemático oso de la montaña —Jon se dio media vuelta— es probable que tu estómago esté arruinado, lo siento.

De pronto, Nuiana apareció en el callejón.

—¡¡Seiji!! —exclamó la oficial desesperada, mientras asistía a su herido camarada.

—Se han escapado, ¿Verdad? —murmuraba Seiji con dificultad.

—¡No hables, todo esto es mi culpa, maldición! ¡Tendría que haber previsto este riesgo! —lamentaba Nuiana.

Odisea de Clanes | Volumen 1 - Primera Odisea en IneriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora