Narra Miriam
Ana: ¿a quién estamos esperando?
Ana y yo estabamos esperando en el aparcamiento del instituto a que nos viniera a buscar la pieza clave de mi plan.
-Ten un poco de paciencia
Ana: oye ese que está viniendo por ahí, ¿no es mi padre en coche?
Efectivamente, la pieza clave es el padre de Ana. Sin su ayuda no podría haber organizado el plan.
Su padre aparcó a nuestro lado, se bajó del coche y empezó a caminar hacia nosotras.
Ana: ¿papa que hacés aquí?
Antonio: traerte la maleta
Ana: ¿la maleta? ¿Para qué?
-Esa es la sopresa Ana, nos vamos de viaje este fin de semana.
Ana: ¿es en serio?
-¿No te gusta?
Ana: ¿cómo no me va a gustar?
-No sé, igual te parecía demasiado precipitado.
Ana: Miriam es genial, tranquila.
Antonio: bueno chicas subid al coche que aún vais a perder el tren.
Subimos a su coche para que nos llevase a la estación de tren. Llegamos a tiempo, aún quedaban unos diez minutos para que el tren se pusiese en marcha.
Nos despedimos de Antonio, cogimos las maletas y fuimos hasta el andén.
Ana: ¿a dónde vamos?
-A Galicia, mi familia tiene una casa en un pueblo y voy cuando necesito desconectar y estar tranquila. Ahora quiero estar contigo y que nadie nos moleste.
Ana: ¿así que un fin de semana tú y yo solas? Suena genial.
-Eso espero.
El viaje en tren se pasó volando, Ana se quedó dormida y yo estuve escuchando música, de vez en cuando le echaba un vistazo a Ana. Es demasiado mona cuando duerme.
La voz de megafonía nos avisó de que ya estábamos llegando a pontedeume y Ana se removió en el sitio.
Empecé a moverle el brazo para despertarla.
-Despierta amor, que ya estamos llegando.
Ana se levantó, se sentó bien en el asiento y se giró para mirar por la ventanilla.
Ana: es precioso el paisaje
-Mucho verde, ya te acostumbraras.
Llegó nuestra parada y bajamos del tren.
-Ven sígueme, que ha venido mi abuelo a buscarnos.
Salimos de la estación y efectivamente ahí estaba mi abuelo, en el aparcamiento esperándonos.
Solté la maleta y fui corriendo hasta el. Me esperaba con los brazos abiertos así que nada más llegar nos abrazamos.
Vi a Ana llegar con mi maleta y la suya, un poco tímida.
-Abuelo te presento a Ana, es mi...
Ana: soy su novia
Mi abuelo la abrazó también y la amenazó de broma.
El camino en coche se me hizo muy rápido y por fin y estábamos en mi casa. Nos despedimos de mi abuelo y entramos con la maleta.
-Ven, vamos a dejar las maletas en la habitación y vamos a cenar algo que se nos ha hecho tarde.
Subimos a la planta de arriba a dejar las maletas, era una habitación no muy grande, con una cama de matrimonio en el centro y algunas fotos de mi hermano y mías de cuando éramos pequeños.
Ana: ¿esta eres tú?
-Sí, de pequeños veraneabamos aquí, así que hay algunas fotos.
Ana: tendrás que enseñarmelas.
-No corras tanto, aún tengo que impresionarte.
Ana: pues empieza con la cena.
-¿Te apetece que cocine algo o prefieres salir fuera a cenar?
Ana: estoy muy cansada, podríamos cenar aquí y ya mañana si quieres salimos a comer.
-Pues entonces pido una pizza porque yo cocinar 0
Ana: no seas tonta, no es tan difícil.
-Ana no sé hacer ni un huevo frito.
Ana: no seas una novia cojín, yo te ayudo. Hoy se cena comida casera.
La nevera estaba llena porque se había encargado mi abuelo de hacer la compra y llenarla para cuando llegasemos.
Ana: joder que llena está la nevera.
-Mi abuelo que es un gran aficionado a eso de hacer la compra y también muy pesado con que hay que comer bien y mucho.
Ana: es genial ese hombre, bueno vamos a ver que podemos preparar.
-¿Unos cereales con leche?
Ana: pizza
-Al final tenía yo razón, es mejor pedir una pizza
Ana: no, idiota, vamos a hacerla casera. Saca la harina y vamos haciendo la masa.
Empezamos a hacer la masa y yo estaba demasiado aburrida, así que decidí llenarle la casa de harina a Ana.
Ana: Miriam para
-Que guapa estás, pareces un mimo.
Me acerqué y empecé a darle besos por el cuello mientras ella colocaba los ingredientes en la masa.
Ana: Miriam si sigues así, no vamos a acabar la pizza en la vida.
Se agachó para meter la pizza en el horno y yo aproveché y le agarre el culo.
Ana: me estás poniendo malisima.
-¿Sí? Creo que tengo un remedio para eso.
La cogí y la subí a la encimera.
Empecé a besarle el cuello mientras iba desabrochandole el botón de su pantalón. Tarea que me estaba costando bastante.
-Joder esto es imposible.
Me separé de ella un poco y se los bajé sin desabrochar.
Ana: joder Miriam
-Tranquila.
Me agache un poco para estar a la altura perfecta y empecé a dejar besos en el interior de sus muslos.
Ana: miriam por favor, rápido
Le hice caso y metí un dedo en su interior
Ana intentaba decirme algo pero le estaba costando.
-¿Más?
Ella asintió con la cabeza.
Le metí otro dedo más y empecé a ir más rápido.
Ana me estaba arañando toda la espalda pero no sentía dolor, de repente empecé a notar que estaba ya a punto de venirse, así que empecé a ir aún más rápido. Y llegó al orgasmo mientras gemia mi nombre.
La ayudé a bajar de la encimera y le di un beso rápido.
-Vete a ducharte y yo mientras voy preparando las cosas para cenar, que tendrás hambre.
Ella asintió y subió a ducharse mientras yo sacaba la pizza del horno, pizza que por cierto se nos había quemado un poco, aunque había merecido la pena.
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Sólo si es contigo
FanfictionMiriam decide cambiarse de instituto porque le hacen bullying. Empieza el nuevo curso en el mismo instituto que su primo Roi y ahí conoce a Ana. Ana pertenece al grupo de los populares y Miriam bueno no pasa desapercibida. ¿Cómo se cruzarán sus vida...