CAPÍTULO 27

951 58 0
                                    

Narra Miriam

Después de este viaje catastrófico pero con un final feliz, ya había llegado el día de volver.

Mi abuelo nos acompañó hasta la estación de tren y nos despedimos de el.

A ver si nos vemos pronto.

- Te prometo que volveremos pronto.

Mi abuelo me indicó que quería hablar conmigo a solas, así que le indiqué a Ana que me esperase ya dentro.

-No te voy a entretener porque vas a perder el tren.

-Dime

-Cuidala, es buena chica. Se nota que te quiere.

-Lo sé.
Te prometo que lo haré.

-A ver si me das biznietos.

-Tiempo al tiempo abuelo.

Nos reímos y nos volvimos a despedir.

Fui hasta el tren, donde Ana ya me estaba esperando. Me senté a su lado y le cogí la mano y empecé a hacer formas en ella.

Ana: amor ¿estás bien?

-Si, ¿por?

Ana: desde que montamos en el tren, estás como ida. ¿En qué piensa esa cabezita?

-¿Tú me quieres?

Ana: Miriam, ¿por qué me haces esa pregunta? Sabes de sobra la respuesta. Claro que te quiero.

-No sé Ana, la he cagado bastante y aún así me quieres.

Ana: ¿tiene algo que ver lo que hablaste con tu abuelo?

-Un poco.

Ana: ¿Qué te dijo?

-Tonterías.

Ana me giró la cabeza para que la mirase, ya que yo seguía mirando por la ventana del tren.

Ana: seguro que no es una tontería.

-No paran de repetirme constantemente que te cuide, que no te deje escapar y más cosas así. ¿Tan mal lo hago?

Ana: bueno genial no lo has hecho, pero te quiero y eso no va a cambiar ni hoy, ni mañana ni nunca. No te preocupes porque no te voy a dejar escapar yo a ti.

-¿Cómo te imaginas nuestro futuro?

Ana: tú y yo con el trabajo que deseemos, con dos niños y una casa como la que tienes en Galicia.

-¿Y un perro?

Ana: ¿un perro?

-Quiero todo eso contigo pero un perro también.

Ana: pues tendremos un perro.

-Te quiero Ana

Ana: y yo a ti.

El resto del viaje transcurrió con tranquilidad.

Cuando llegamos a nuestro destino, cogimos las maletas y llamé a Roi para ver dónde estaba, ya que era el que venía a recogernos.

Me indicó que nos estaba esperando en la esquina de esa misma calle, así que cogimos las maletas y nos pusimos rumbo hasta allí.

Al verle solté la maleta y fui corriendo a abrazar a Roi.

Roi: puedo intuir que no me has echado de menos.

Se acercó Ana, y nos tuvimos que soltar del abrazo.

Roi nos llevó hasta mi casa y más tarde ya acompañaría yo a Ana a la suya.

-¿Te ha gustado el viaje?

Ana: ¿a pesar de todo?

-A pesar de todo

Ana: Sí, sí me ha gustado.

-Pues Ana, te prometo que este no será el único viaje que haremos.

Ana: ¿Qué quieres decirme con eso?

-Pues que joder Ana, aún nos queda toda una vida. Esto que te voy a decir igual es muy precipitado. Pero quiero pasar el resto de mi vida contigo, lo tengo muy claro. Después de todo lo que ha sucedido en este viaje me he dado cuenta de que con la única que quiero estar es contigo. Y no te he sido del todo sincera, así que debería empezar a explicarte la razón por la cual Mary me tiene algo de rencor.

Ana: Miriam no hace falta. Lo que haya ocurrido en el pasado, ahora mismo da igual.

-Ana es necesario. Es algo que deberías saber.

Ana: cuéntame

-Pero prometeme una cosa, una única cosa.

Ana: ¿el qué?

-No te vas a ir corriendo.

Ana: nunca me iría corriendo.

Me preparé mentalmente para contárselo. Estaba mentalizada para lo peor.

-Mi relación con Mary, si es que se la puede llamar así. Nunca fue fácil.
Yo estaba en una etapa de la adolescencia en la que no pensaba las cosas. Lo que quería lo tenía que conseguir sí o sí.

Ana: al grano Miriam

-Pues me acosté con su mejor amiga. Y ahí mi vida se fue a pique, y en parte la de ella también

Ana: ya lo sabía

-¿Cómo que ya lo sabias?

Ana: hablé con Mary por instagram y me lo contó todo. Por eso cuando os vi juntas aquel día me puse de aquella forma.

-No entiendo nada

Ana: no hay nada que entender. Lo que hayas hecho en el pasado, en el pasado se queda. Ahora prepara algo de cenar que tengo hambre y no quiero llegar muy tarde a casa.

-Pero Mary me había dicho que no te había contado nada.

Ana: ay Miriam, que ilusa eres algunas veces. Venga la cena

Y dicho y hecho me puse a preparar la cena. Tendría que tener una conversación sobre esto con Mary pero ya en otro momento.

Sólo si es contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora