CAPÍTULO 22

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Narra Ana

Joder ahora entendía porque Miriam tiene como apodo La Leona, los orgasmos que no me dieron Miguel Ángel y Jadel, me los va a dar ella.

Acabé de ducharme, me puse el pijama y bajé a cenar. Cuando llegué a el salón, estaba ya la mesa puesta y Miriam con un pijama de Mickey Mouse.

-¿Y ese pijama?

Miriam: ¿qué le pasa?

-Me follas encima de la encimera y luego te pones un pijama de dibujitos animados

Vi como Miriam se quedaba bloqueada y se ponía roja como un tómate .

-Amor te has puesto como un tómate.

Miriam: jo Ana

-Anda vamos a cenar. Si es que eres como un bebé.

Narra Miriam

Cogí el cortapizzas para dividir la pizza en ocho porciones.

Cuatro para mí y cuatro para Ana. Bueno ese era el plan ideal, porque cuando acabó con sus porciones, empezó con las mías.

-Ana me vas a dejar sin cena.

Ana: pero tengo hambre.

Al final le dejé comer mi parte de la cena y yo me acabé preparando unos cereales con leche.

Ana: primero los cereales y luego la leche.

-Primero la leche y luego los cereales

Ana: Miriam eso no tiene ningún sentido.

-Tiene sentido, mira te explico. Echas primero la leche y luego ya vas echando la cantidad de cereales que quieres, poco a poco.

Cuando acabé de echar los cereales, me giré hacia Ana y la pillé riéndose.

-¿De qué te ríes tú ahora?

Ana: nada, que te has puesto muy sería y sólo estábamos hablando de cereales.

-Esta conversación ha marcado el fin de nuestra relación. Recoge tus cosas que nos vamos.

Ana se subió a mi espalda como un koala y empezó a darme besos por el cuello.

Ana: vale sargento, tiene usted razón con los cereales.

-Uf te odio

Ana: pero me quieres un poquito.

-Un poquito sólo.

Ana: un poquito mucho.

-Bueno, un poquito mucho.

Ana: y yo a ti también

-Que pastelosa eres.

Acabé de cenar, y nos pusimos a limpiar lo que habíamos ensuciado durante la cena.

-Vamos a la cama anda, que mañana nos espera un día con bastante movimiento.

Ana: ¿Qué tienes pensado?

-Ya lo descubrirás mañana.

Nos echamos en la cama y al poco nos dormimos. Se podría decir que nunca había dormido tan bien.

Narra Ana

El despertador de Miriam empezó a sonar, marcaba las 10:00.

Empecé a moverle de forma cariñosa el brazo, para intentar despertarla.

-Miriam, cariño, despierta.

Ella se removió y empezó abrió un poco los ojos.

Miriam: ¿Qué hora es?

-Las 10

Narra Miriam

Joder es verdad, que había puesto el despertador a esta hora.

Ana: ¿te vas duchando mientras yo preparó el desayuno?

-O podemos ducharnos juntas, para ahorrar agua digo.

Ana: ¿tenemos tiempo para eso?

-La verdad es que no

Ana: pues entonces vete a ducharte, y yo voy a preparar el desayuno.

-Tú ganas, sosa

Ana: tengo las mismas ganas que tú, pero esto te pasa por no decirme que tienes planeado para hoy.

Al final se salió ella con la suya, y fui a ducharme sola.


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