América
-Voy al baño-. Le susurró a Lucas antes de levantarme, estoy un poco mareada a causa de los shots pero no ebria.
Entrando a uno de los pasillos de la casa tan conocida me dirijo hacia el baño, luego hacer mis necesidades me lavo las manos mientras me observo en el espejo, me arreglo un poco el cabello con los dedos y me limpió con un pedazo de papel el gloss corrido a causa de los besos con Lucas. Estoy cerrando la puerta, luego de apagar la luz cuando siento un cuerpo estrellarse con el mío.
Veo a Steve que me mira con una sonrisa mientras me sostiene de la cintura.
-Mierda, Steve me asustaste-. Digo mientras lo empujó para que me suelte.
-Hace mucho no venías a mi casa-. Dice mientras se vuelve a inclinar sobre mi, lo miro a los ojos y ¡genial! esta drogado.
- Si, bueno córrete-. Digo para que se mueva.
-Me acuerdo cuando tú, te corrías-. Dice con una sonrisa.- Me encantaba hacerte correr.
-¡ahg! ¿tienes que ser tan básico?-. Digo poniendo los ojos en blanco.
- No te hagas la Santa América, que te encanta que te hablen así.
-Una cosa es que te hablen sucio en la cama idiota, y otra muy distinta que te lo digan fuera de un baño, y que el tipo esté drogado, tomado y tú claramente no lo deseas-. Digo y le doy un empujón para que me suelte y pueda volver a la sala.
Pero no llegó muy lejos ya que vuelve a tomarme del brazo y a arrinconarme, Steve cuando no está en sus cinco sentidos es uno de los tipos más pesados que conozco.
-¿Te acuerdas cuando no podíamos sacarnos las manos de encima?-. Me susurra en la oreja, antes de morderla.- Volvíamos de clase y pasábamos horas en la cama, mis padres no estaban y lo hacíamos en todas las superficies de la casa, estábamos tan bien.
- No estábamos tan bien como parecía, ya que tuviste que acostarte con otra-. Digo mirándolo.
-¿Otra vez con eso? te dije que estaba borracho, no sabía lo que hacía.
-¿Por qué los hombres siempre tienen que culpar al alcohol? saben perfectamente lo que hacen, sólo que creen que tienen una escusa para justificar lo que hicieron, siempre culpan al alcohol-. Digo poniendo los ojos en blanco mientras trató de que me suelte, pero el me toma de las muñecas y las coloca sobre mi cabeza.
-¿Y tú por qué mierda traes a ese raro en mi casa?-. Dice mientras me aprieta las muñecas.
-¿Cómo?.
-Traes a ese idiota a mi casa, te sientas con el en el sillón donde muchas veces follamos, lo besas, lo tocas frente a mis putos ojos es como si quisieras ponerme celoso.
-¿Ponerte celoso? por favor Steve, me gusta este chico-. Digo sincera.
-Pero si apenas lo conoces, ¿que mierda podría gustarte?-. Dice con el ceño fruncido.
-¿Además de que es súper sexy?-. Aprieta los labios cuando lo digo.- es tierno, amable y que me encanta como bes…-. No puedo terminar ya que estrella sus labios con los míos.
Mueve sus labios sobre los míos, sin soltarme los brazos que los mantiene sobre mi cabeza, lo muerdo para que me suelte hasta sentir el sabor metálico de la sangre. El deja de besarme y me mira a los ojos con una sonrisa antes de pasar su lengua sobre sus labios.
-Siempre te gustó lo rudo América-. Dice antes de besar mi cuello.
-Suéltame grandísimo imbe…-. De reojo notó un movimiento.
Veo a Lucas observándonos en el final del pasillo con los brazos cruzados y una mirada de decepción dirigida hacia mi.
-Lucas-. Digo para que no se vaya, Steve oyéndome deja de besar mi cuello para mirarlo.
-¿Es que no vez que estamos ocupados italiano?-. Pregunta Steve con un sonrisa.
Sin poder resistirme más, levanto mi rodilla con fuerza para conectarlo con su entrepierna, Steve ahoga un grito antes de sujetar sus huevos con las dos manos e ir descendiendo lentamente hasta estar de rodillas frente a mi.
Lo tomo de la barbilla para que me mire, pero tiene los ojos cerrados con fuerza y el rostro rojo.- Nunca más vuelvas a tocarme sin mi consentimiento, ¿me escuchaste idiota?-. El sólo asiente antes de recostarse en el suelo.
Camino hacia Lucas que nos observa con los brazos cruzados y sin parecer asombrado por mis movimientos. Lo tomo del brazo para llevarlo a un lugar más apartado. Entramos a una pequeña oficina.
-Estabas besándote con el-. Dice, mientras mira los títulos de los libros que están en una repisa.
- Si, Lucas porque cuando me beso con alguien me gusta golpearles en las pelotas al final-. Digo poniendo los ojos en blanco.- ¿crees que soy la clase de chica que primero estoy contigo, y luego a tus espaldas estoy con otro?.
Me mira antes de acercarse un poco y colocar sus dos manos tras su cabeza.
-Perdóname, sólo no estoy acostumbrado a esto, verlos juntos así me hizo sentir cosas que no me gustaron, tú me haces sentir cosas que jamás sentí por nadie y apenas nos conocemos.
Me acerco a el y lo abrazo por la cintura mientras lo miro a los ojos.- Tu me gustas Lucas, enserio, y me gustaría que nos conozcamos más, pasamos años sin hablarnos sin darnos más que una mirada y luego me hablas porque yo nunca tuve el valor de hacerlo, no quiero volver a lo de antes.
El sonríe y se inclina para darme un pequeño beso en la nariz.- Como te dije, jamás sentí nada por nadie, si te digo la verdad no tengo a nadie en mi vida que me interese un poco.- me sorprendo un poco lo que dice, pero lo entiendo.- Hasta tú y suena loco por que no nos conocemos pero quiero hacerlo y ojalá tu quieras lo mismo.- Dice con una sonrisa.
-Yo también quiero lo mismo.- Digo, antes de besarlo.
Lo beso dulcemente sin lengua mientras lo abrazo por la cintura, antes que el coloque una mano en mi nuca y otra en mi cintura e inclinar la cabeza para profundizarlo, el toma la iniciativa y mete su lengua en mi boca para que se encuentre con la mía. Empiezo a sentir calor pero me pego a el todo lo que puedo y meto mis manos bajo su ropa para acariciar su espalda, el se estremece pero no suelta mis labios, a medida que el beso va perdiendo fuerza el separa sus labios de los míos para sustituirlo por mi cuello, gimo bajito. Un golpe en la puerta nos separa.
-Chicos, Steve me dijo que entraron aquí, lo siento si interrumpo pero hay pizza y sólo quería avisarles antes de que se acabe-. Escucho que dice Sandy un poco incómoda.
- Gracias, Sandy-. Digo.
Escucho sus pasos mientras se aleja.
Lucas chasquea sus dedos frente a mi, con una sonrisa.
-¿Qué?-. Pregunto.
-Al fin, se su nombre-. Dice aún sonriendo.
Lo miro confundida.- ¿No sabías el nombre de Sandy?.
-Nop.
Me río mientras lo tomo de la mano y lo llevo hacia la puerta.- Que idiota eres.
Los dos observamos como todos están alrededor de la pequeña mesa de vidrio, donde están colocadas las pizzas mientras comen como si el mundo se fue a acabar en minutos.
-Por fin aparecen-. Dice Cole y nos pasa un plato de plástico con algunas porciones.- Ordenamos cinco cajas, pero creo no fue suficiente.
-Gracias-. Dice, Lucas mientras toma el plato.
-Aunque, creo que dentro de la oficina donde estaban, ellos ya comieron.- Escucho que dice Luke.
Lo miro mal y levanto mi dedo medio, pero el sólo sonríe antes de tirarme un beso.
-¿Quieres?-. Me pregunta Lucas, mientras pone frente a mi el plato con las rebanadas de pizza.
- Gracias-. Digo, mientras tomo la porción más pequeña del plato.
Levanto la vista, mientras trató de comer mi porción y me encuentro con los ojos de Steve que me fulmina con la mirada mientras sostiene una bolsa de hielo contra sus partes. Tratando de aguantar la risa y no atragantarme miro hacia otro lado.
Siento mi celular vibrar en el pequeño bolsillo de mi chaqueta.
Juliet: Hola, cariño ¿vendrás a cenar? ya se está haciendo tarde y cocine tu platillo favorito.
Intento no gritar mientras leo el mensaje, mi madre cree que tenemos la familia perfecta y que en la casa donde vivimos en los últimos años en las noches no pasaba absolutamente nada, cuando se que muchas veces me escucho gritar y llorar, que en las mañanas despertaba desnuda cuando iba a levantarme para ir a la escuela, que muchas veces le contaba a gritos lo que mi padre me hacia, ella sólo me acariciaba el rostro y me decía “Ya cariño, ya pasará”. Luego de un tiempo simplemente lo acepte y deje que pasará, hace un año el ya no va a mi habitación en las noches, pero siempre encuentra la manera de tocarme cuando estoy cerca. Jure vengarme un día.
-Hey, ¿estas bien?-. Escucho a Lucas, mientras me acaricia la pierna.
Lo miro y le regalo una sonrisa.
-Si, ¿por?.
- No lo sé, estabas como ida-. Dice, mientras pasa un brazo por mis hombros y me acerca a su pecho.
-Perdona, sólo estaba pensando-. El me regala una sonrisa, antes de colocar un beso en mi cabeza.
-¿Y tú que cuentas italiano?-. Escucho a Steve preguntar.
-¿Cómo?-. Dice, Lucas.
- Si, siempre tan callado e inexpresivo ¿eres así de aburrido, o solamente te quieres hacer el interesante?.
-¿ Y tú eres así de idiota, o solamente estas celoso?-. Dice Lucas tranquilamente, antes de dar otro bocado a su pizza mientras lo mira.
Todos quedan en silencio al igual que yo, no tenia idea que Lucas podía contestar así, hasta ahora me pareció el chico que evitaba los problemas pero ya veo que no se deja intimidarse por nadie. Y me gusta.
-¿Cómo me acabas de llamar imbécil?-. Dice Steve mientras se levanta y tira la bolsa con hielos aún lado.
- Bueno- Dice Cole mientras se levanta y coloca una mano en el hombro de Steve.- Todos estamos ebrios y un poco drogados así que vamos a calmarnos.
-Steve más que todos-. Dice Luke sin levantarse del sofá.
Steve lo miro mal antes de manotear la mano de Cole que sigue en su hombro e irse a la cocina. Ya no soportando más el numerito de Steve, me levanto.
- ¿nos vamos?-. Le digo a Lucas.
- Si-. Dice mientras se limpia las manos con una servilleta y se levanta del sofá.
-Nosotros nos vamos-. Les digo a los demás.
-¿Ustedes van con nosotros?-. Le dice Lucas a las porrista.
- No, nos quedaremos un poco un poco más-. Dice Sandy recostada sobre el pecho de Cole.
- Bien-. Digo, mientras tomo mi mochila y el toma la suya, para dirigirnos hacia la puerta.
Casper está en la entrada moviendo su cola, cuando nos ve acercarnos. Nunca tuve una mascota y lo más cercano a uno fue el perro de Steve, pero sólo lo veía el tiempo que estuve en una relación con su dueño que no fue mucho. Lo que más lamento de terminar con Steve fue ya no ver a Casper. Me arrodilló junto al perro para poder acariciarlo.
-Adiós, Casper te voy extrañas muchacho-. Digo mientras lo acaricio tras la oreja y la panza, el perro se vuelve loco mientras lo sobo.
Me levanto con la ayuda de Lucas mientras sonríe.
-Adiós, amigo-. Le dice Lucas, mientras lo acaricia tras la oreja.
Vamos en un cómodo silencio cuando Lucas dice.
-¿Sabes? Nunca me diste tu número.
-Tienes razón, yo tampoco tengo tu número-. Digo, mientras busco mi teléfono en mi bolsillo, lo paso.- Dámelo.
- Ya está-. Dice mientras deja mi teléfono en el posavasos.
- Por un momento pensé que tú y Steve se iban a los golpes-. Digo.
-No me considero un tipo violento, pero creo que si seguía provocándome, si habría uno buenos-. Dice, riendo.
-¿Alguna vez sentiste muchísimas ganas de hacerle daño a alguien?-. Pregunto.
-¿Muchísimo daño? ¿Cómo, matarlo dices?-. Pregunta, mientras me mira.
- Si.
-Si...aveces si-. Dice, mientras se mira las manos.
-Es como si tuvieras una gran, una gran…-. Lucas termina por mi.
-Oscuridad.
- Si, como una gran oscuridad en tu interior que no puedes dejarla salir-. Digo, mientras me tocó el pecho.
-A veces, tengo miedo de que ya no pueda controlarlo y explotar-. Dice, mientras mira por la ventana.
- Si, yo también-. Susurró.
Aparco frente a la oscura casa de Lucas.
-Parece que no hay nadie-. Digo, mientras el busca su mochila en el asiento trasero.
-Créeme, el siempre está.
-Tu padre-. Más bien afirmo.
- Si, mi padre-. Dice, ante de inclinarse y darme un beso.
-Nos vemos mañana-. Digo, luego que nos separamos.
-Nos vemos mañana-. Antes de regalarme un guiño y bajarse del auto.
Lo veo entrar a su casa, antes de dirigirme a mi infierno personal.••••
Hola! Espero que les guste.
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Somos Oscuridad
RomanceLUCAS Y AMÉRICA PARA LOS OJOS DE LA GENTE SON PERSONAS DE MUNDOS TOTALMENTE DIFERENTES, INCLUSO PARA ELLOS LO SON. LUCAS D' ANGELO EL ITALIANO ANTISOCIAL QUE SIEMPRE APARECE CON UN GOLPE NUEVO, QUE NO HABLA NI SE JUNTA CON NADIE DE LA SECUNDARIA. A...