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Lucas

-Esto es imposible-. Dice América mientras se toma el rostro con las dos manos y suspira.

-No lo es, sólo repasa un poco más y si no lo entiendes sólo dime y te lo explicaré de nuevo-. Digo mientras le acaricio la cabeza que lo tiene recostado sobre la mesa de la biblioteca. Estamos estudiando trigonometría avanzada y América no entiende algunos ejercicios.

Levanta la cabeza y me mira sería.- Entiende que no puedo bajar mi promedio Lucas.

-Y no lo aras nena-. Digo y le acaricio el rostro.

-Dios, necesito un cigarro-. Dice mientras juntas sus cosas, la imitó.-Odio a este nuevo profesor, es un inservible y no sabe explicar una mierda.

Por suerte cuando salimos de la biblioteca, los pasillos no están muy abarrotados de estudiantes y podemos caminar tranquilos, sin sentir que una horda humana nos asfixian.
 
-¿No tienes entrenamiento hoy?-. Le pregunto, ya que va vestida con una polera blanca, tiene un pequeño collar de oro que sobresale con un dije con forma de A, un jean negro ajustado con un cinturón, unos botines negros con un poco de tacón, el cabello lo lleva con un moño despeinado sobre la cabeza y un bolso de cuero marrón oscuro grande, donde guarda sus libros. Esta hermosa.

-Si, pero me cambiaré luego, hoy hay un estúpido juego de lacrosse.

-Creo que eres la animadora, con menos espíritu del mundo-. Digo con sonrisa.

Ella para de caminar en medio del pasillo, me mira mientras se lleva una mano al corazón.- Tengo mucho espíritu escolar.- Dice haciéndose  la ofendida antes de inclinarse para besarme, pero no logra hacerlo ya que siento un cuerpo chocar con mi espalda.

Me volteó para encontrar una chica bajita, que me mira con los ojos abiertos.

-Perdona.

-No te preocupes-. Digo, antes de regalarle una pequeña sonrisa. Ella se sonroja y pasa por mi lado apresuradamente.

Observo a América que me mira con los ojos entrecerrados.

-¿Qué pasa?.

-Nada-. Dice, mientras me toma del brazo y me acerca a ella.

Vamos caminando a nuestros respectivos salones ya que no falta mucho para que suene la campana, cuando nos encontramos con Luke y Cole. Luke tiene el cabello negro y abundante con rasgos asiáticos, alto de mi misma estatura y de complexión musculosa, por otro lado Cole sería la cara del chico Americano, rubio con ojos azules, cabello claro un poco rapado a los lados y abundante en el centro, tiene sonrisa de comercial de dentífrico y es unos centímetros más bajo que Luke.

Parecen estar discutiendo mientras nos acercamos, por la cara de Luke que tiene el ceño fruncido y los dientes apretados mientras habla con Cole, sacude la cabeza negando cuando parece que Cole quiere explicarle algo y gesticula con las manos. Luke suspira y mira el techo asistiendo como aceptando lo que Cole le está diciendo, mientras este levanta un mano para apretar su hombro. Luke baja la cabeza y abre los ojos cuando nos ve acercarnos, rápidamente cambia su semblante malhumorado por su particular sonrisa comemierda.

-Pero si aquí viene el más lindo de los continentes-. Dice, Luke.

-Ja ja, que graciosillo-. Dice mientras rueda los ojos. Gesto muy usual en América.- ¿Por qué discutían?.- Ella también lo noto.

América busca algo en su bolso mientras yo los sigo observando, los dos se miran unos segundos antes de contestar.

-Le estaba explicando a Luke unas nuevas estrategias para el partido que tenemos hoy, pero no quiere entrar en razón-. Dice Cole mientras lo mira.

-Y yo le decía que son muy arriesgadas, que ya estamos en los cuartos de final del torneo y no nos podes permitir ningún fallo-. Dice entre dientes.

-Ah…que mal, ¿Chicle?-. Dice América con una sonrisa mientras nos ofrece la goma de mascar. Es obvio que a ella ni siquiera los estaba escuchando, pero yo si, y no les creo una mierda.

-Si, dame-. Dice Luke mientras toma una tira del paquete. Yo también retiró una y lo meto en mi boca, el sabor frutal inunda mi garganta mientras lo mastico.

- No puedo comer azúcar-. Dice Cole.

-Aquí dice, cero azúcar-. Dice América mientras lee el paquete.

-Entonces si-. Dice Cole antes de sacarle el paquete de las manos y meter el último chicle a su boca.

- Es mentira, si contiene-. Dice América mientras se ríe.

Cole frunce el ceño antes de leer la pequeña caja, la fulmina con la mirada mientras saca el chicle de su boca  y lo tira junto con el paquete en el tacho de basura que está junto a el.

Luke ríe-. Que perra eres.

-No te haces una idea-. Dice América mientras se limpia una solitaria lágrima a causa de su risa.

-¿Vendrás al partido de esta noche?-. Me dice Cole.

- No lo sé-. La verdad no planeaba nada y jamás fui a ningún partido.

- Si, ven para verme animar a estos, mientras les dan una paliza-. Dice América mientras me mira con un puchero.

-¡Hey!-. Dice Luke ofendido.

-Esta bien-. Le digo con una sonrisa.- quiero ser espectador del espíritu escolar del que tanto alardeas-. Ella sólo sonríe mientras se pone de puntillas para alcanzar mi mejilla y besarla, tengo que inclinar mucho mi cabeza para que lo alcance.-Que enana eres-. Le susurró en su oreja. El timbre suena indicándonos el final de nuestra platica y el comienzo de nuestra siguiente clase.

- Bien, nos vemos italiano y adiós continente-. Nos dice Cole que al parecer aún está afectado por lo de la goma. América sólo murmura un “imbécil".

- Vamos-. Le digo, mientras la tomo de la mano.

-¿De verdad irás al juego está noche?-. Me pregunta y notó inseguridad en su voz.

- Si, ¿tu quieres que vaya?.

- Claro que quiero que vayas.

- Esta bien, entonces no me lo perdería por nada.

Paramos frente a la puerta de su aula, mientras los alumnos entran rápidamente.

-¿Qué  tienes ahora?-. Me pregunta.

-Biología ¿y tú?.

-Ciencias políticas.

-Buena suerte, enana -. Le digo antes de inclinarme para besarla mientras ella se pone de puntillas. Es un beso corto pero intenso.

- Gracias, nos vemos más tarde-. Cuando ya me estoy alejando unos pasos me doy cuenta de algo.

-América-. La llamo, ella esta de espalda abriendo la puerta del salón.

-¿Si?-. Dice mientras me mira.

-Se supone que me habías regalado el chicle-. Digo con una sonrisa.

- Pues no, sólo era un préstamo-. Dice con una gran sonrisa, antes de hacer una pompa con su chicle y con el mío, ya que este después del beso quedo en su boca y no me lo devolvió. Sacudiendo la cabeza pero aún sonriendo me dirijo a mi siguiente clase.
                               ♡♡♡
Luego de un día agitado lleno de informes, trabajos y exposiciones básicamente un día normal de secundaria llegó a mi casa. Abro la puerta y este suelta un chillido ya que falta aceitar la bisagras y ajustar los tornillos. Mi padre no está sentado frente al televisor como siempre lo está, mirando un partido o repetición de la champions league, esperando a que llegue y pueda preparar la cena.

-Lucas-. Me llama mi padre desde la cocina.

Cruzo el arco que separa la sala de la cocina y lo veo sentado en la mesa mientras come un huevo frito quemado y aceitoso con un pedazo de pan duro.

-¿Qué pasa?. Pregunto lo más suave posible, pero se que camino sobre suelo minado.

-¿Cuántas veces te dije, que me dejes preparado algo de comer antes de irte a la escuela?-.Pregunta mientras me mira fijamente.

-Lo siento, se me olvidó. Si quieres preparo algo ahora-. Básicamente lo único bueno que puedo cocinar es pasta y eso lo tuve que aprender a los golpes.

-¿No ves que ya estoy comiendo, idiota?. O te crees rico y que puedes preparar más de una vez la cena-. Dice mientras se levanta y se para frente a mi.

- Ya lo sé, sol…-. No puedo continuar hablando, ya que el puño cerrado de mi padre impacta sobre mis costillas. Me inclino hacia abajo, mientras me abrazo tratando de controlar el dolor y regular mi respiración con los ojos fuertemente cerrados.

Mi padre pasa junto a mi, mientras se dirige hacia la sala de estar.

-No se para que vas a la escuela, es obvio que eres un idiota y que no puedes aprender una mierda. Eres un tipo fracasado y morirás como fracasado, nadie nunca te querrá y te abandonaran como tu madre, yo solo no fui lo bastante rápido para hacerlo-. Sus palabras calan mi cabeza y hacen un nudo en mi garganta, mientras trató de recuperarme del fuerte golpe.

Las palabras pueden llegar a ser un arma y doler más que una fuerte golpiza y mi padre definitivamente sabe como rematar.

Cuando cierro la puerta de mi cuarto, me tomo el rostro mientras trató de tranquilizarme. Mis manos tiemblan y temo ya no poder controlarme, siento una fuerte presión en el pecho desde adentro, sólo quiero bajar y golpearlo tanto, que ya no respire y que no puedan reconocerlo.
Me recuesto sobre mi cama y colocó una almohada sobre mi rostro. Dios estoy tan cansado. Siento a mi celular vibrar dentro de mi bolsillo trasero de mi pantalón, antes de abrir el mensaje ya se quien es, porque prácticamente es la única que tiene mi número.

América: Espero verte más tarde en las gradas.

Yo: En camino.

Me levanto de la cama de un salto y voy al baño antes de irme. Cuando salgo tomo una gorra negra ya gastada con el escudo del inter, tomo una campera de jean pesada y me la colocó sobre la sudadera negra que ya llevaba puesto. A estas horas las temperaturas bajan considerablemente.
Bajo las escaleras mientras escucho el televisor prendido, llegó a la sala y veo que sólo están transmitiendo un programa de comentaristas, mi padre está roncando en el sillón. Salgo lo más silencioso a la calle y me dirijo hacia el subte.

¡Vaya! Me digo mientras observo a toda la gente en las gradas, jamás pensé que el lacrosse atrajera a tanto público. Subo las escaleras mientras me posiciono en lo más alto de las gradas para obtener una buena vista. No me interesa el deporte o como sale la escuela, sólo vine por ella.

La gente empieza a gritar, a silbar y a saltar, mientras vemos como las porristas salen al campo de juego. Se posicionan cerca de las gradas, observo a América que lleva su uniforme de porrista negro y dorado con la silueta de la cabeza de un León en el pecho, todas están de mangas largas, pero la faldita lo mucho que tapa sólo es el trasero, llevan zapatillas blancas y cada una lleva dos pequeños rodetitos sobre sus cabezas, también notó en América un poco de glitter dorado sobre sus pómulos. América observa a todos en las gradas hasta encontrarse con mis ojos, una gran sonrisa se extiende por su rostro y me saluda efusivamente. Ridículamente tierna.
Empieza a sonar la canción God’s Plan de Drake por los parlantes. Sandy se posiciona en medio de América y Sara.

-¡¿LISTAS?! VA-. Grita la capitana.

Mi mandíbula casi cae  al suelo mientras las observo, no es una coreografía normal de porrista, estas chicas están putamente sincronizadas mientras se mueven. Tienen pasos de academia de baile, incluso incluyen pasos del juego de fortnite que juego por las noches.
Todas se inclinan su torso hacia delante pero nunca rompiendo las filas, nos miran seductoramente mientras empiezan hacer twerking. Los hombres se levantan de sus asientos y empiezan a gritar, yo particularmente empiezo a tener calor mientras miró a América.
Siempre pensé que ellas hacían un bailo de porristas como se ve en las películas y que piden a las gradas que griten “Denme un A”. Pero eso está muy lejos de la realidad, su baile es sincroniza, divertido de esos que te dan ganas de ir y bailar con ellas. Algunas porrista toman a América de las piernas y ella coloca sus pies sobre sus manos entrelazas. Aguanto la respiración mientras veo como América vuela por los aires dando una vuelta completa antes de abrir las piernas en el aire y caer. Todos se levantan de sus asientos para aclamarla y yo no me quedo atrás.

-¡MUY BIEN, ENANA!-. Grito, unos tipos me miran mal pero no me importa.

Todas se ponen en fila, antes de dar una vuelta en el aire hacia atrás y terminar acostadas en suelo, con las piernas dobladas  bajo sus espaldas y los brazos abiertos. Wow.
Aparentemente ganamos, pero no me di cuenta, ya que durante todo el partido solo la buscaba con la mirada para tratar de verla aunque fuese unos segundo. Las personas van abandonando la cancha, al igual que yo mientras trató de encontrarme con América.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo, lo sacó y leo el mensaje.

America: Espérame en el estacionamiento, junto a mi auto.

Haciéndole caso voy hacia la salida. Estoy recostado en su auto fumando y esperándola, cuando la veo aparecer sola, vestida con un pantalón deportivo negro, las misma zapatillas, al parecer también lleva mi campera negra porque jamás me la devolvió, una gorra roja y un bolso de deportes colgando de su hombro.
Trota los pocos pasos que nos separan, antes de abalanzarse sobre mi, enroscar sus piernas por mi cintura y enrollar sus brazos en mi cuello. Pensando rápido la agarro con las dos manos por el trasero, ella suelta un brazo y me arrebata el cigarrillo de los labios para darle una calada y soltar el humo en mi rostro.

-¿Te gustó?-. Pregunta con una sonrisa, aún tiene el glitter en su rostro.

-Estuviste maravillosa-. Digo sincero.

-Lo se, pero es lindo que lo digas-. Dice mientras levanta la gorra, me da un pequeño beso y la vuelve a colocar en su lugar. Presionándose más junto a mi, siento un fuerte dolor en la zona donde mi padre me golpeó hace unas horas.
Inconscientemente la suelto de golpe, pero por suerte cae parada.- ¿Qué te pasa Lucas?-. Dice con preocupar en su rostro.

-Nada-. Miento.

-Y una mierda-. Dice antes de volver a presionar mis costillas con la mano.

- Mierda-. Digo cerrando los ojos y aguantando el dolor. Ella tomándome desprevenido, me levanta la sudadera junto con la camiseta que llevo puesto, para exponer mi abdomen y costillas. El frío me cala completamente, haciendo que la piel se me erice.

-¡Oh por Dios!-. Dice al ver el formado hematoma que tengo en lugar.-Fue el ¿verdad?. Tu padre.

- Si-. Digo mientras me colocó la gorra hacia atrás y miro ya a las pocas personas que quedan en el estacionamiento.

- Lucas-. Dice mientras me toma el rostro con las dos manos y me enfrenta a su sería mirada azulada-. Esto no puede quedar así.

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