América
Escucho un fuerte pitido, mientras trato de orientarme luego de haberme despertado. Apenas abro los ojos observo el despertador, viendo que es ya muy entrada la madrugada. Vuelvo a cerrarlos, pero al segundo escucho el pitido nuevamente. Me doy cuenta, que es el tono de llamada de mi celular.
Lo tomo y veo el nombre de Lucas en la pantalla.
-¿Lucas?-. Digo aún con voz adormilada.
-¿Pu…puedes venir a buscarme?-. Pregunta con dificultad.
Me alarmó al escucharlo y salgo de la cama rápidamente para cambiarme.- ¿Dónde estas?
El queda un momento en silencio, antes de volver a hablar.- En la calle 45. En el callejón, que está junto a la tienda de joyas.
-Bien, voy en camino-. Digo antes de colgar y bajar corriendo las escaleras.
Mi padre tubo, que viajar debido al trabajo y por suerte mi madre ha ido con el. Puedo dormir tranquila, durante unos días.
Luego de conducir excediendo el límite de seguridad, por las vacías calles de la ciudad, llegó a la joyería. Salto del auto y voy corriendo hasta el callejón. Un fuerte trueno suena y empieza a caer grandes gotas de lluvia.
Enciendo la linterna de mi celular.
-¿Lucas?-. Llamo, mientras iluminó el oscuro lugar buscándolo.
-Aquí-. Apenas lo escucho.
Lo encuentro recostado sobre un basurero, mientras se sostiene las costillas. Su rostro está completamente manchado de sangre y apenas puede abrir los ojos.
-Mierda-. Corro hacia su alcance y me arrodilló a su lado.
La lluvia sigue cayendo y si no, nos damos prisa estaremos completamente empapados en los próximos segundos.
-Lucas, ¿Me escuchas?.
El trata de abrir los ojos, pero sólo apenas puede abrir sólo el derecho. Intenta sonreír, pero sólo hace una incómoda mueca.
-Vi…niste.
- Claro, que vine idiota. Vamos hay, que llevarte a un hospital.
Tomo su mochila que está junto a él y me lo cuelgo en el hombro. Después con mucho cuidado paso el brazo de Lucas por mi cuello y trató de ayudarlo a ponerse de pie. El gruñe y suelta palabrotas, debido al dolor, que le provoca los movimientos.
Para estas alturas ya estamos completamente mojados. Un rayo cae no muy lejos, cuando llegamos al vehículo. Abrocho su cinturón y luego el mío, antes de encender el coche.
Conduzco unos minutos en silencio, antes de hablar.
-¿Sabes quién te golpeó o el motivo?
El no me contesta. Decido dejar el interrogatorio para más tarde y darle el espacio, que necesita.
Cuando aparco en el estacionamiento del hospital, ayudó a Lucas a bajar del automóvil, rodeó mi cuello con su brazo y envuelvo mi brazo alrededor de su espalda.
¿Alguien puede ayudarnos?-. Digo cuando entramos en la sala de Emergencias.
Una joven enfermera viene trotando hasta nosotros.
-¿Qué le ha pasado?
- Lo han golpeado-. Digo señalando lo obvio.
Saca una linterna de su bolsillo y alumbra a los ojos de Lucas-. Bien, pueden esperar en la sala de espera.

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Somos Oscuridad
RomanceLUCAS Y AMÉRICA PARA LOS OJOS DE LA GENTE SON PERSONAS DE MUNDOS TOTALMENTE DIFERENTES, INCLUSO PARA ELLOS LO SON. LUCAS D' ANGELO EL ITALIANO ANTISOCIAL QUE SIEMPRE APARECE CON UN GOLPE NUEVO, QUE NO HABLA NI SE JUNTA CON NADIE DE LA SECUNDARIA. A...