América
Todo me parece tan surrealista y como si estuviéramos en una película, reproduciéndose en cámara lenta.
Observo como Lucas se levanta de la cama rápidamente, cuando escuchamos a mis padres en la sala. Pienso que es, porque se ocultara, para que ellos no lo vean. Pero en realidad se dirige hacia la puerta y luego sale de la habitación.
-Lucas, detente. ¿Qué rayos haces?-. Grito, mientras tomo mi bata y salgo tras el.
Esta a medio camino bajando las escaleras. Desde la barandilla mientras lo sigo, veo a mis padres dejar las maletas y luego mirar hacia arriba, al escuchar nuestros apresurados pasos.
-Pero que…-. Empieza a decir mi padre, pero antes de que de pueda continuar, Lucas se abalanza contra el y lo derriba.
-¡Oh por Dios!-. Grita mi madre horrorizada.
Lucas levanta el puño y golpea fuertemente el rostro de mi padre. Escucho un hueso romperse y veo como la sangre se dispara.
-¡Violador hijo de puta!-. Le grita mientras sigue golpeándolo.
-¡Haz que se detenga, América! ¡Haz que se detenga!-. Sigue gritando mi madre, mientras se mueve histéricamente.
Pero yo no puedo moverme, ni hablar. Sólo puedo mirar como Lucas lo golpea. Observo la sangre en su rostro y escucho los gemidos adoloridos que emite. Algo que he querido hacer desde hace años, está sucediendo ahora mismo, y no puedo dejar de observarlo.
Mi padre intenta defenderse, pero no puede contra el.
-¡Basta!-. Dice mi madre y trata de detener a Lucas, tomándolo por los hombros, pero falla.
Cuando el parece haber terminado, se aleja del cuerpo ensangrentado de mi padre. Rápidamente me acerco y lo ayudó a ponerse de pie.
-Llamaremos a la policía, salvaje. Y te pondremos una denuncia por agresión.
-Hágalo señora y yo les diré, que mi novia me ha dicho que su padre la ha violado por años, y que su madre lo ocultado. ¡Malditos enfermos!-. Grita Lucas un poco lunático.
Mi madre palidece y lleva una temblorosa mano hasta sus labios.
Tomo del brazo a Lucas y lo arrastró escaleras arriba.
-¿Qué rayos has hecho?-. Pregunto, mientras cierro la puerta de mi habitación.
Me siento en la cama y tomo mi cabeza entre mis manos. Dios, puede arruinarlo todo.
-Simplemente no podía quedarme aquí y comportarme como si nada hubiera pasado.
- No es tú pelea, Lucas. No debías haber hecho eso.
-¿Y qué esperabas, que hiciera? ¿Qué me quedara aquí, mientras el violador de mi novia estaba en la casa?-. Dice en voz alta.
Sus furiosos ojos fijos en mi y la sangre que aún mancha sus destrozados nudillos, gotea sobre la alfombra.
-¡No lo entiendes! Puedes haber arruinado todo-. Voy hasta mi armario y tomó un bolso, para juntar un poco de ropa.
-¿Qué pude haber arruinado?-. Pregunta confundido.
-Aún pueden llamar a la policía-. Guardo un poco de mi ropa apresuradamente.
- No me importa.
-¡Pues a mi si! Te abrirán un expediente. Estará tú nombre en los registros, serás…serás un posible sospechoso-. Murmuró lo último.
-¿Cómo?.
- No importa-. Cambio mi bata por unos vaqueros y una sudadera, antes de colocarme unas botas.
Lucas se coloca la suya, y luego volvemos a bajar las escaleras.
Mi padre ya no está en el suelo, pero aún la sangre está fresca, sobre la cerámica. Escucho sus murmullos que llegan desde la sala.
-El chico lo sabe-. Dice la alterada voz de mi madre.
Lucas sostiene mi mano fuertemente y lanza una mirada de odio hacia la sala.
-Ese chico no tiene nada contra mi, Juliet. ¿Acaso lo has visto? Es una drogadicto-. Habla con dificultad mi padre.
La mirada de Lucas se endurece, y quiere dirigirse hacia la sala, pero lo retengo. No puedo permitir, que lo vuelva a golpear por mucho, que lo desee.
-Vámonos-. Lo dirijo hasta la puerta y salimos a la fría noche.
Cuando cerramos las puertas del coche, me percató que el auto no contiene gasolina.
-¡Mierda!
-¿Qué pasa?-. Pregunta.
- No hay gasolina.
-¿De todos modos donde iríamos?-. Pregunta distraído mientras mira por la ventana.
- No lo sé-. Digo mientras apoyo mi cabeza por el volante.
-Podemos ir a mi casa.
Levanto la cabeza extrañada al escuchar sus palabras-. ¿Estas seguro?
-Si.
-¿Y tú padre?
-Debe estar en el bar.
-Esta bien, pero aún no tenemos gasolina.
El sonríe y niega con la cabeza-. Nena, existe algo llamado transporte público.
Blanqueo los ojos y salgo del auto.
-¡Oye! Ven aquí-. Dice mientras me alcanza, y desliza un brazo por mis hombros, antes de inclinarse, y besar mi mejilla.
Me sorprende lo normal, que está actuando. Es como si no hubiera estado golpeando a mi padre hace menos de una hora. Sus manos aún tienen manchas de sangre, luego de haberlos limpiado con una toalla.
Cuando llegamos no hay mucha gente en la estación. Una pareja de mediana edad esperan junto a dos niños. Un joven junto a su perro, recostado por una columna y algunos vagabundos durmiendo en unas bancas.
Lucas y yo nos colocamos juntos a las vías. El se coloca atrás de mi y me acerca a su pecho, envolviendo sus brazos por mi cintura. Siento sus labios en mi cuello y luego sus pequeños besos, que depositan en el.
-Eres jodidamente hermosa-. Susurra en mi oreja y me suelta.
- Gracias.
Lo veo mientras busca en sus bolsillos y saca su paquete de cigarrillos. Me ofrece uno y lo tomo. Intenta prender su encendedor con poco gas, varias veces girando la pequeña rueda con su pulgar. Lo observo hasta, que lo logra, y acerca su llama, para prender el mío.
Doy una profunda calada y luego suelto el humo al aire. Una suave música suena en los parlantes de la estación.

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Somos Oscuridad
RomanceLUCAS Y AMÉRICA PARA LOS OJOS DE LA GENTE SON PERSONAS DE MUNDOS TOTALMENTE DIFERENTES, INCLUSO PARA ELLOS LO SON. LUCAS D' ANGELO EL ITALIANO ANTISOCIAL QUE SIEMPRE APARECE CON UN GOLPE NUEVO, QUE NO HABLA NI SE JUNTA CON NADIE DE LA SECUNDARIA. A...