VIII- Atrapada de nuevo

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POV Aisha

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POV Aisha

Amor. Un sentimiento único y especial. Y no, no hablo del amor por la familia o el de una persona especial. No. Estoy hablando de ese amor que puedes sentir por ti mismo y por tu vida, ese amor que te tienes porque sabes quien eres. Es ese amor el que influye en tus decisiones.

¿Cómo es el amor que me tengo a mi misma? Pues es lo suficiente como para no dejar que me vendan como trozo de carne al mejor postor.

¿Permitir que me casen con este Alpha sólo por conveniencia?  ¿Conveniencia de quién? ¿Mia? ¡Ja! Eso no pasará, no lo permitiré, lucharé por mi libertad. 

Puede que sea egoísta pero no me importa, hace años aprendí que en este mundo no gana el más benévolo, en este mundo gana el egoísta el que ve por sí mismo, porque desgraciadamente donde instintos animales gobiernan nada bueno se espera.

—¿Cómo que Aisha está comprometida padre? ¿Cuando pasó todo esto?—preguntó mi hermanito molesto.

Sacudo mi cabeza en el momento que se nubla mi vista y todo vuelve a la normalidad. 

—Hijo, no es de tu incumbencia así que...

—¡Es mi hermana, así que si me incumbe!—exclama Dylan

Tiene los puños apretado y mi padre aprieta su mandíbula conteniendo su rabia para no contestarle mal. Okay, esto terminará mal si no intervengo. Si, a veces he envidiado a mi hermano porque él puede tener más aprecio de nuestro progenitor, pero eso no quiere decir que le arrebataré esta oportunidad. Que al menos uno de nosotros tenga su cuidado y su cariño.

Decidida a no seguir al margen de esta situación por él y por mi misma, ya que me incumbe, intervengo.

—Dylan, comprendo que te preocupes pero tengo que hablar con mi padre y "mi prometido"—me burlo para producir molestia en el individuo que no me he molestado en observar desde que entramos a la Sala de Reuniones del Alpha—a solas—susurro poniendo una mano en su hombro.

Me permito abrir el vínculo que compartimos en la manada, pero solo para que lo escuche él. No importa si es un riesgo, hay cosas que solo él puede saber. 

**Estaré bien, Dy, moveré las piezas para que todo esté a mi favor, ya verás...**

Él gruñe en respuesta. Me da ternura lo que hace, me quiere proteger y así como el no está de acuerdo, yo no lo estoy. Pero su mera presencia podría provocar un problema peor y estoy demasiado cansada de este, como para añadir otro.

—Anda ya mocoso, yo me encargo de esto—zanjo con la mirada fija en él.

Eso es suficiente para él. No muy a gusto sale de la Sala de Reuniones tomando la mano de su amiga, no sin antes comunicarse por el vínculo.

**Escapa si es necesario, yo te cubro**

Asiento apartando la vista de él, gesto imperceptible para todos excepto para nosotros.

El Aullido PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora