POV Aisha
Cuando decidí enfrentarlo no creí que se vería tan imponente como se ve ahora, tanto que hasta me hace dudar de si ganaré esta batalla.
El tan conocido miedo comienza a escabullirse por cada fibra de mi ser. Por precaución doy un paso atrás y esa pequeña vocecita cobarde aflora para decirme que lo más prudente sería huir.
—Bueno, debería acompañar a mi abuela, tal vez encuentre algo de caviar o res ¿Quién sabe? con permiso.
Cuando me disponía a pasar por su lado me detiene del brazo. Solo unos instantes en los que nuestras miradas chocan y puedo sentir mi cuerpo temblar. Su imponente figura está causando estragos en mí y mi voz no se atreve a salir.
—Aún no es hora de la cena.
Edick me toma de la mano y me aleja aún más de la manada.
—No, espera...—me quejo, pero me ignora y sigue caminando.
Me dejo llevar y mientras me jala tomo la osadía de observarlo, desinteresándome del camino e ignorando los gritos de mi conciencia, solo fijo mis ojos en él. Primero en su enorme mano que, sostiene mi muñeca y he de admitir, que me sorprende el hecho que, aunque está molesto, su forma de tomarla es delicada y suave, me gusta su toque. Al menos es consciente que está sosteniendo algo de valor.
Las venas en su mano se marcan un poco por la posición, pero aún así se ve suave y fuerte.
Continúo el recorrido de mi mirada por sus fuertes brazos, cubiertos grácilmente por una camisa negra que le sienta de maravilla. Dejo mis ojos deleitándose unos segundos en sus brazos hasta que siento su oscura mirada, de reojo en mí. Reaccionó a tiempo y disímulo lo mejor que puedo viendo hacia los árboles que nos rodean.
—Vaya, los árboles tienen ramas.
Quiero darme una cachetada por mi comentario, eso no era lo que quería decir ¿Qué me pasa? Él no dice nada y lo agradezco en silencio.
Normalmente soy más cuerda que una cachorra hormonal que se pone a observar a cualquier licántropo que se le ponga delante, pero heme aquí, sin una pizca de raciocinio lo suficientemente fuerte como para dominarme y evitar que suelte este tipo de comentarios y miradas por él, como si fuese una puberta sin experiencia ni conocimientos. Ni siquiera cuando fui cachorra pasé tal vergüenza.
A pesar que las ideas de que podría propasarse conmigo o hacerme algo, se imponen en mi mente como una alerta, algo dentro de mí, me impide soltarme e inclusive, me atrevería a decir que me hace sentir cómoda y tranquila con su presencia.
Cuando me suelta veo que nos hemos detenido en un claro del Bosque de Oro que colinda con el Bosque Nevado. Desde luego la inmensidad del Bosque Nevado es tal que llega hacia este lado del territorio, que no recuerdo nunca haber explorado. Desde aquí puedo ver el campo de fuerza que protege la manada, si caminamos un poco más, bien que llegamos a él. No todas las manadas pueden permitirse contar con uno y las que los tienen son manadas con alta participación en guerra, como las manadas italianas y francesas. Lo que me hace preguntarme ¿Cómo conseguimos ese escudo? ¿Habrá sido Edick, quien siendo parte de una manada con suficientes ingresos y gran poder militar lo trajo? ¿Por eso el Consejo quiere que me case con él?
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El Aullido Perfecto
مستذئب"Cuando alguien nace líder, lo es sin importar quien o que lo contradiga, así si lo contradice uno mismo." M.O. Aisha Hartford es una licántropo atrevida, astuta, egocéntrica que ama su libertad y poder decidir y tomar decisiones sin dar explicacion...