Detrás de los arbustos

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Pasado


La primera vez que lo vio, estaba en un salón lleno de gente, pero sus ojos solo pudieron verlo a él, grave error.

Catarina había pasado insistiéndole todo el día con que fuera a la fiesta, no entendía cuál era el afán de su amiga con el asunto pero como siempre (bueno, algunas veces) terminaba por ceder ante ella, complaciéndola con el bendito capricho.

Llegaron a la fiesta y el mismo ritual de siempre estaba haciéndose en la enorme casa. No sabia como era que Catarina lo había convencido de ir a aquella fiesta llena de adolescentes con las hormonas demasiado alborotadas como para pensar con claridad. Sus ojos pasaban aburridos de persona tras persona, buscando algo interesante que ver pero todo era lo mismo de siempre, o eso fue lo que pensaba. De pronto, como cuando un imán es atraído por otro, su mirada fue a dar justo a una de las esquinas de la sala. Un Dios griego... digo, un chico, estaba sentado en una silla a metros de distancia. Magnus se quedó inmóvil ¿ya dijo que era lo más hermoso que haya visto jamás? ¿No? pues eso era, a una distancia considerablemente lejos, Magnus pudo ver su cabello negro moverse un poco hacia atrás, los ojos azules mirando a las personas de la habitación con claro desinterés...

-Magnus – la voz de su amiga lo saco de su ensoñación – por favor dime que no comenzaras a espiar a la gente detrás de los arbustos

- no estoy espiando a nadie – dice – además, aquí adentro no hay ningún arbusto

- gracias al cielo no, como si no te vieras lo suficientemente acosador – Magnus se llevó una mano al pecho haciendo una mueca de dolor, sus ojos fueron rápidamente a donde el chico de ojos azules estaba, pero al parecer estaba saliendo hacia el patio

- Catarina, porque te quiero tanto te perdonare por tu hiriente comentario – dice mientras comienza a caminar – pero necesito espacio para hacerlo, dame unos minutos, tratare de recomponerme – sin darle tiempo de decirle nada paso la sala como si un demonio viniese detrás de él.

Abrió la puerta del patio con todo el sigilo que pudo, el chico estaba de espaldas a él, ahora que estaban tan cerca pudo verlo mejor, o al menos prestar atención a detalles que hace un momento no había visto. El chico vestía sorprendentemente sencillo, un suéter azul que parecía darle el aspecto de ser un poco más robusto de lo que realmente era, y un pantalón negro que... ¿acaso este chico no usaba nada ajustado? Quería acercarse a él, pero este irradiaba una tranquilidad tan bella que no quería interrumpir, así que hizo lo cualquier persona normal haría en su lugar, se escondió detrás de un arbusto para seguir viéndolo. Podía imaginarse la risa burlona de Catarina en algún lugar de la sala. 

TINIEBLAS (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora