Despertar

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Presente


Antes de que pudiera recuperarse se vio arrastrado hacia atrás. Cayó rápidamente contra el piso de su habitación, provocando que su cabeza diera mil vueltas. Le costó unos segundos poder abrir los ojos y enfocar a su alrededor, o mejor dicho a quien estaba frente a él.

-¿Ragnor? –su voz sonó tan rota que incluso le pareció desconocida—

-Eres un imbécil, ¿Qué pensabas hacer? –la voz de Ragnor se oía más molesta de lo que Magnus jamás le había escuchado en toda su vida—

-Estaba tomando y perdí el equilibrio.

Fue entonces cuando Magnus se soltó a llorar, dejo salir todas esas lágrimas que había estado reteniendo por tanto tiempo: no lloraba por Alec, lloraba por sí mismo, por haberse permitido llegar hasta ese punto. Había estado a nada de caer al precipicio y todo por una persona que no valía la pena, debería ser imposible que esas cosas pasaran, debería ser imposible perderse a sí mismo por otra persona, debería de haber un límite, algo que te impida olvidarte de ti mismo. Pero no había tal cosa, el amor, incluso el falso, tenía el poder de borrar todos los límites existentes. 




Ya estamos llegando al final de la historia, solo falta un capítulo. ¿Que esperan que pase? 


TINIEBLAS (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora