Citas

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Pasado


Habían tenido ya algunas citas, unas consideradas realmente buenas, como aquella donde fueron al parque y se la pasaron dándole de comer a los patos (aquel día, Magnus se enteró de que Jace le tenía un extraño miedo a los patos ¡por el amor de Dios, son solo patos! ) o como aquella donde Magnus hizo una gran fiesta en su departamento (aquella vez, Alec supo que nunca debía tomar en las fiestas masivas de Magnus, al menos que quisiera volver a terminar bailando sin playera encima de la mesa).

Pero también tuvieron algunas no tan buenas, como esa donde terminaron peleados porque camino al cine se encontraron a la ex novia de Magnus (a partir de ese día, el nombre de Camille estaba claramente prohibido en cualquier tipo de conversación) o aquella donde terminaron compartiendo una cena romántica con un deprimido Raphael.

En realidad, no importaba mucho que tan romántica o no era la cita, lo único importante era que estuvieran juntos. A partir de las citas que tuvieron se dieron cuenta de que sin importar lo malo que podía pintarse un momento, ellos terminaban por colorearlo y llenarlo de purpurina.

Así que después de algunas raras y hermosas citas, Magnus supo que amaba a Alec como jamás pensó que se podía amar a alguien. No supo hallar las palabras para explicar que era lo que sentía por el chico de los ojos azules, solo podía decir que cada vez que estaba cerca de él, su corazón parecía querer salirse de su pecho. Cada vez que lo veía sonreír, sentía que su mundo entero se paralizaba. Cada vez que lo miraba a los ojos, sabía que no había nada más hermoso que eso. En pocas palabras, Alec era todo lo bueno que el mundo podía ofrecerle, así que decidió comenzar a preparar el que el supuso sería uno de los mejores momentos de toda su vida.

TINIEBLAS (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora