Cena para uno

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Pasado


Era un viernes por la noche cuando Alec no se presentó a su cita con Magnus. Poco después de que comenzaron a ser novios tomaron la buena costumbre de tener una cita todos los viernes, siempre y cuando la cita de cada viernes fuera diferente a las pasadas.

Ese viernes había sido de cena romántica, Magnus se había esmerado preparando una receta de salmón ahumado que le había dado Maryse. El reloj marco la hora indicada y un nervioso Magnus se sentó frente a la mesa, esperando que Alec no tardara demasiado en llegar ya que no quería que la cena se enfriara.

El departamento de Magnus estaba bañado de velas, las cuales le daban un aspecto romántico al lugar, el chico había escogido su playlist más romántica y la había hecho comenzar a sonar tan pronto llego la hora acordada. Pero la puerta no se abría y las manecillas del reloj cada vez giraban más rápido.

No fue hasta tres horas después que Magnus se levantó de la mesa, apago todas las velas ya que no quería provocar un incendio en caso de quedarse dormido y dejo que la música siguiera sonando mientras se dirigía a su cama. No supo porque Alec no se había presentado a su cita, era la primera vez que faltaba desde que comenzaron a salir. Y mucho menos se imaginaba porque no contestaba ni sus llamadas ni sus mensajes, pero en aquel momento lo único que le importaba al joven enamorado era que su amado se encontrara bien.

Cuando Alec se presentó al día siguiente pidiendo disculpas por haberlo dejado plantado, Magnus ni siquiera pregunto la razón, tratándose de Alec algo grande debió de haberse presentado, o al menos eso fue lo que Magnus pensó.

Porque cuando se es joven y se está enamorado se suele pensar lo mejor de las personas.

TINIEBLAS (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora