10. Mi primer amigo ~

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   Kiba caminaba por las calles de la aldea junto a Akamaru, quien observaba preocupado a su amo ya que éste andaba con la cabeza por las nubes.

   Estaba ansioso y bastante nervioso. Debía ir a buscar a Ibi e invitarla al festival que Kakashi sensei (como Hokage) había organizado, pero no sabía cómo proceder con los planes. Naruto le contó lo que había sucedido en su casa, cómo había tenido un quiebre delante de ellos dos por las palabras de Hinata y le confesó cómo se sentía respecto a ella. Y Kiba lo entendía perfectamente, de hecho, él nunca había visto a Ibi como una molestia ni había decidido rendirse con ella e ignorarla. Pero simplemente debía darle su espacio, porque por más que quisiese ayudarla y estar ahí para ella, ella se cerraba automáticamente y no dejaba entrar a nadie. Lo único que podía hacer era verla desde lejos, esperando el momento para ofrecerle sus hombros, brazos, corazón, lo que fuese por ella.

   No es que estuviese enamorado de ella, a pesar de que a sus 12 años sí llegó a sentir algo, pero nunca algo demasiado claro. Lo que pasaba era que ella llegó a ser una amiga muy especial a la cual quería demasiado.

   Y si ella ahora lo necesitaba ahí, una vez más, él estaría allí. Así como la pelirroja siempre estaba para él en el pasado.

   Akamaru por momentos golpeaba suave su pierna con su hocico para llamar su atención, pero él estaba tan absorto en sus pensamientos que no lo notaba, hasta que éste lo mordió fuerte en su tobillo y Kiba dió un respingo mientras reprendía al perro y se refregaba la mordida. Lo que estaba pasando por alto y Akamaru quería hacérselo notar era que el aroma de Ibi ya se empezaba a sentir cada vez más cerca, por lo que debería darse prisa en ordenar su plan.

   Sintió su estómago dar vueltas por un segundo y de un momento a otro ya no estaba tan convencido de poder hacerlo. "¿Y si me manda a volar, como siempre, o pone alguna excusa tonta?".

   De repente le invadieron recuerdos de las veces que él invitaba a salir a Ibi (con claras intenciones románticas) pero ella jamás se daba por aludida y terminaba aceptando, creyendo que eran salidas de amigos, cosa que a él no le molestaba, de una manera u otra, disfrutaba mucho su compañía.

~ Dos días después de la "cita" que habían tenido mientras paseaban a Akamaru, a Ibi le tocaba entrenar con el equipo de Kurenai, y Kiba estaba emocionado por ello.

   Aquella chica le atraía bastante. Cuando entrenaban juntos a veces solía distraerse mirando anonadado cómo su cabello rojizo se movía violentamente mientras ella intentaba una y otra y otra vez atinarle al blanco con sus shurikens. O cuando corría vueltas enormes por el bosque, intentando aumentar su velocidad y toda su cabellera se agitaba, ondeando en el viento, y a pesar de que muchas veces ella estuvo a punto de desmayarse o descomponerse por sobre exigirse, seguía esforzándose hasta quedar tirada en el suelo sin energías. Pero lo que más le gustaba de ella, era su carácter.

   Una vez, él se había reído de ella, no por sentirse superior y querer hacerla sentir menos, sino porque su inutilidad en combate le parecía hilarante.

   La pequeña Ibi en ese momento se había acercado a él propinándole un puñetazo en la cabeza, lo cual lo tomó completamente desprevenido. Mientras él se sobaba el golpe, Akamaru le ladraba enojado a la chica, a lo que ella se le acercó y le acarició la cabecita. Ambos quedaron mirándola perplejos, ese día, por alguna razón, no podían quitar sus ojos de ella.
  
   Estaban practicando taijutsu, Ibi con Shino (porque ambos eran malos en combate cuerpo a cuerpo) y él con una Hinata totalmente cansada. Le dijo que fuera a descansar un rato ya que Kurenai se había ido por un par de minutos.

   Se acercó disimuladamente a Shino y le susurró:

- ¡Shino, cámbiame!

- ¿Ah? - lo miró extrañado.

𝓔𝓵 𝓛𝓲𝓵𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓱𝓸𝓻𝓪 𝓮𝓼 𝓡𝓸𝓳𝓸  (Neji Hyūga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora